Fotos

harán que propio o extraño, se den cuenta de la belleza de la tierra leonesa, a la que la UNESCO ha premiado con el mayor número de Reservas de la Biosfera que ningún lugar posee. Podremos ver también restos de trincheras del llamado Frente Norte, que se desarrolló principalmente en territorio leonés, y en el que el frente Republicano aguanto estoicamente sobre nuestras montañas. Al final los que pagaron gran parte del pato de ambos bandos fueron los habitantes de estas tierras, que vieron como les robaban, quemaban sus casas, violaban a sus mujeres, y todo tipo de vejaciones, aunque ahora, todo eso forme parte de la historia, y que podemos ver en la distancia de quien no la sufrió, aunque todavía es posible, como hicimos nosotros al regresar al pueblo, hablar con los que lo vivieron. La gente de la montaña de León suele ser abierta, y si le dejan, podrán estar hablando durante horas. La parte final desde el collado (aún subimos a la otra montaña que está en frente), baja por una empinada pista hasta que se suaviza llegado al sestil (corral), a partir de ahí hermosos prados y sebes nos irán llevando apaciblemente a Tolibia. Quien quiera venir a perderse por estos agrestes valles, haría bien antes en leerse el libro el Rio del Olvido que el escritor leonés Julio Llamazares, hijo del Curueño y del Porma, escribió en su juventud sobre estos valles. PD: Dedicado al gocho/os que fue dejando botes de bebida, el aluminio de un medicamento, y una colilla, que yo viera, y que recogí, si no sabe comportarse y respetar, quédese mejor en su casa. Afortunadamente este tipo de gente, empieza a estar en vías de extinción.