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Siete rincones naturales de Asturias para perderte este verano

¿Con ganas de respirar naturaleza en esta ‘nueva normalidad’? Adéntrate en estas rutas del ‘Paraiso Natural’ y reconecta contigo mismo tras el confinamiento.

El brillo del verde, el sonido de los pájaros, el rugir de los árboles. Tras semanas de confinamiento, estrés y ansiedad, este verano de ‘nueva normalidad’ necesitamos aire puro. Así lo evidencia el Barómetro Turístico de la consultora Braintrust, publicado en junio, que sitúa al turismo de naturaleza como la modalidad con mayor crecimiento con un 39,5% respecto a 2017.

Y decir naturaleza es decir Asturias. Una región repleta de Reservas de la Biosfera donde se respira salud y paz: Picos de Europa, Somiedo, Oscos-Eo, Redes, Ponga, Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias y Las Ubiñas-La Mesa son, sin duda, una alternativa ideal para reconectar contigo mismo y disfrutar de los tuyos. ¿Planeando ya tu viaje por el ‘Paraíso Natural’? Toma nota de estas rutas.

En este verano de "nueva normalidad" los viajeros buscamos aire puro. Según un estudio reciente, el turismo de naturaleza es la modalidad con mayor crecimiento

1. Brañagallones

La recompensa que encontraremos al final de esta ruta es un lugar rodeado de bosques de hayas en medio de lo que algún día fue un circo glaciar. Para llegar hasta Brañagallones hay que recorrer 10 kilómetros dentro del Parque Natural de Redes que comienzan a orillas del río Nalón, en la aldea de Bezanes. Este contacto con el agua, al inicio de la ruta, es solo la primera sorpresa del camino.

Tras dos kilómetros de recorrido, que transcurren por una senda empinada, nos espera el mirador del Texu La Oración. Parada obligatoria para hacer un breve descanso mientras se disfruta de una panorámica de Bezanes, la cuenta del Nalón y el pico Cascayón. Solo un poco más adelante, contemplaremos la cumbre del Cantu del Oso sobre Brañagallones. A medida que se avanza, surgen al paso grandes bosques y vistas espectaculares que nos acompañan hasta nuestra meta.

2. Biemenes

El bajo nivel de dificultad y las características de esta ruta la convierten en una opción ideal para ir con niños. Es un recorrido de ida y vuelta de cuatro kilómetros que parte de Rozadas, en el concejo de Biemenes. Junto al trazado sencillo, hay otro aliciente que atraerá a todos los público: el camino trascurre a orillas de un río salpicado de varios molinos.

Uno de los lugares de la Ruta de los Molinos (Fuente: Turismo de Asturias)

Tras cruzar un pequeño bosque, y después de caminar unos minutos, nos encontramos con los primeros: el Molín de Matilde, de Barrial, el de Flora, el del Ferreru, o el de Máxima. Entre la vegetación del bosque, se atisban las cumbres de la Sierra de Peñamayor. Más adelante, están el Molín de Milio o de Fermina, ambos restaurados. Corriente arriba se llega al último molino de la ruta, el de Honorio, donde un sendero a la izquierda lleva al pueblo de Melendreros, el final del recorrido. El regreso se realiza por el mismo camino.

3. Mual

Este bosque tiene, entre sus alicientes, que es la puerta al mayor robledal de España: el bosque de Muniellos. La uta de Mual comienza en el pueblo que le da nombre y discurre a lo largo de 8,5 kilómetros. Una vez que se deja atrás este pequeño núcleo urbano, nos adentramos en un bosque de castaños donde se pueden observar varias “corripas”, una construcción de planta circular donde se depositan los erizos del castaño hasta que se desprende su fruto.

La ruta de Mual es la puerta al mayor robledal de España: el bosque de Muniellos. El camino comienza en el pueblo que le da nombre y discurre a lo largo de 8,5 kilómetros.

La senda discurre paralela al río Muniellos. A nuestro paso aparecen rebollares y hayedos y, de nuevo, construcciones circulares que en esta ocasión protegen a las colmenas de los osos. La ruta continúa hasta la Reserva Natural Integral de Muniellos, a la que solo se accede con un permiso especial. Nuestro camino no acaba aquí: continúa hasta el mirador de Montecín, desde donde se divisa el pueblo de Mual. Para volver, hay que llegar hasta el collado de Moncóu y, desde ahí, tomar la misma pista por que se ha realizado el ascenso.

4. Muniellos

Como se adelantaba más arriba, para acceder a la Reserva Natural Integral de Muniellos hay que solicitar un permiso, puesto que las visitas están restringidas a 20 personas por día. Es un entorno natural completamente virgen de 55 km2 donde se ubica uno de los mayores robledales de Europa, salpicado de robles de hasta seis metros de diámetro, hayedos y abedules.

Rodeado de leyendas y cobijo de la mitología asturiana, está asentado sobre un antiguo glaciar. Prueba de ello son las lagunas de Pico de la Candosa, cuatro escalones de agua que se esconden entre valles, senderos y cimas. Su visita es una de las más llamativas de este recorrido, por el que siempre iremos acompañados del río Muniellos o Tablizas, que atraviesa todo el bosque.

5. Teixo – Teixois

El bosque autóctono y la tradición del Principado caracterizan a esta ruta circular de 10 kilómetros. Comienza en la collada de Teixo, en Taramundi, y desde ahí se sigue la carretera que lleva hasta el pueblo de Santa Marina, con numerosos ejemplos de la arquitectura rural característica del occidente asturiano. Tras pasar por el caserío de Almallos, y atravesar un bosque de castaños, el sendero lleva al Conjunto Etnográfico de Os Teixois que reúne varios ingenios movidos por agua, como un molino o una primitiva central eléctrica.

La ruta Teixo – Teixois tiene 10 kilómetros de tradición asturiana y bosque autóctono (Fuente: Turismo de Asturias)

Desde aquí, y siguiendo el arroyo, la ruta continúa hasta la aldea de Las Mestas. En este tramo final hay “carboeiras” que producían el carbón vegetal que utilizaban las herrerías que antiguamente había en la zona. Una vez en Las Mestas, una pista conduce de nuevo a Teixo.

6. Peloño

Para hacer esta ruta primero hemos de ir, desde Cangas de Onís, hasta San Juan de Beleño. A la salida del pueblo hay una desvío a la izquierda que va hasta Viego. Un poco más arriba, en el alto del Cabañón, hay otro desvío hacia la derecha que tomaremos, abandonando así la carretera. Una vez allí, nos encontramos en el mirador de Les Bedules, donde dejaremos el coche e iniciaremos la ruta.

Aunque se trata de un recorrido con un nivel de dificultad bajo, completarlo nos llevará casi nueve horas. Por lo que madrugar e ir preparado con suficiente bebida y comida es fundamental. Peloño es un gran hayedo que se recorre por una pista de unos dieciséis kilómetros hasta llegar a la vega del Arcenorio. Es el camino encontraremos cabañas de pastores, ganado, algunos habitantes y senderistas, además de claros desde donde contemplar los Picos de Europa.

7. Montegrande

Una pista ancha fácilmente transitable nos guía en el recorrido de esta ruta que transcurre por un bosque de hayas. A lo largo de sus 6,7 kilómetros nos toparemos con alguna bocamina de antiguas galerías de carbón. Al poco de comenzar, un cartel que señala el camino hacia la fuente de los Leprosos. Tras caminar unos 4,3 kilómetros comienza una pendiente. Aquí el río Fundil nos acompañará durante esta parte de la ruta.

Cascada del Xiblu en pleno Hayedo de Montegrande (Fuente: Turismo de Asturias)

Un poco más adelante, nos encontraremos una bifurcación, debemos escoger el camino de la izquierda, para seguir el curso del río en sentido contrario a la corriente. Antes de completar los cinco kilómetros nos espera uno de los mayores encantos de este bosque: la cascada de Xiblu. Aquí podemos continuar hasta el siguiente pueblo, o deshacer el camino recorrido.

En el pleno deshielo estival los bosques adquieren una gran frondosidad. Un momento ideal para darnos un baño de naturaleza y disfrutar de estos enclaves únicos del Principado de Asturias. Una inyección de vida en esta nueva normalidad.

¿Quieres visitar el 'Paraíso Natural'?
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