Un viaje por los rincones andaluces con más luz y color

Belenes cargados de tradición

Los belenes andaluces son pequeñas (o grandes) obras de arte. Cada comercio, calle principal y plaza tiene su propio belén. En la mayoría de casos, los comerciantes o promotores dedican semanas para recrear cada pieza del Nacimiento del Niño Jesús. Algunos de los más singulares son el de Asociación Belenista en Jérez, el de la Roldana de Sevilla o el del Jardín Botánico de Córdoba. 

Aunque quizá el más curioso (y también famoso) es el de Rute en Córdoba, el belén de chocolate más grande del mundo, construido durante los últimos 90 años por los Galleros Artesanos.

Muy populares son también los belenes vivientes, la representación hecha con esmero y cariño por los vecinos de los diferentes pueblos y barrios. El de Beas es el más antiguo y famoso de Andalucía (más de 300 personas). Otros conocidos son el de Arcos de la Frontera, Medina Sidonia y Ubrique en Cádiz, Galaroza en Huelva, Almayate en Málaga o Córdoba ciudad, entre otros.

Luces y mercadillos de prestigio internacional

De luces, Málaga sabe y mucho. European Best Destinations ha colocado al alumbrado de la ciudad en el top 20 de Europa describiéndolo como “un espectáculo excepcional e innovador”. Este año, 16 Ángeles Celestiales con estelas de 12 metros de largo decoran la señorial calle Larios. También mágicos son los alumbrados del resto de capitales andaluzas. Por ejemplo, Sevilla este año ilumina más de 280 calles y Córdoba, como cada Navidad, nos presenta su alumbrado en torno a la histórica calle Cruz del Conde. 

Si no eres muy de luces, tienes los típicos mercadillos. Algunos de los más conocidos son el Mercado de Navidad de Granada (en la Plaza Bib Rambla), el Mercadillo de Artesanía de Almería, el de Nervión o Alameda en Sevilla y los puestos del Paseo del Parque, muy cerca del alumbrado malagueño.

Dulces casi infinitos

¿Quién no conoce los mantecados de Estepa? ¿O los polvorones de Antequera? La región andaluza, repleta de historia y tradición, tiene una amplia lista de dulces típicos. A los ya nombrados, se unen otros como las yemas, los hojaldrados, los roscos de vino, los pestiños, los canutillos o los piñonates, entre muchos otros. 

Por último, dos propuestas menos populares pero también cargadas de tradición y sabor: el Pan de Cádiz y el resol de café, una bebida de Jaén elaborada con agua, café, aguardiente, hierba luisa, canela, cáscara de limón, y azúcar.

Navidad flamenca

En pocos lugares de España (y del mundo) se celebran las fiestas con la pasión que se hace en Andalucía. Las calles, bares, plazas y teatros bailan al son de los clásicos villancicos, algunos con un toque flamenco o rociero, como los campanilleros de Pozoblanco o los villancicos por verdiales en Málaga.

Además, en Andalucía todavía están muy extendidas las zambombas, reuniones de familiares, vecinos o amigos para tomar vino, anís y dulces navideños mientras se cantan villancicos. Destacan, entre otras, las Zambombas Flamencas de Jerez. En la antigüedad, eran muy típicas justo antes de Nochebuena en las corralas y patios de vecinos. Cada miembro de la zambomba tocaba un instrumento, siendo el único indispensable el que da nombre a la tradición. 

Y para rematar las fiestas, las cabalgatas de los Reyes Magos, que llenan de ilusión a los niños y niñas cada 5 de enero. La más popular: la de Higuera de la Sierra, en Huelva, la segunda más antigua de España que se celebra desde 1918. ¿Y las más curiosa? Sin duda, el arrastre de latas de Algeciras, celebración en el que los más pequeños arrastran miles de latas por las calles del pueblo para mantener despiertos a Melchor, Gaspar y Baltasar y asegurarse de que entregan sus regalos.