Fotos

Joder Antonio velez, después de la reprimenda que le di a nuestro amigo AVE-FENIX, me has obligado a venir y decirte lo mismo que le dije a él porque has herrado en lo mismo, y que conste que de camino a la cueva lo he visto de casualidad y me ha dañado la vista. Hubiera bastado con publicar las impares menores de diez y una de un rosal, de esta manera no me habría llamado la atención, y por lo consiguiente, yo estaría en mi cueva del cerrato, y tu te habrías evitado este soponcio. Ya si me voy para la cueva sin mirar hacia atrás.

Ya veo que te has saltado la valla del Niu y te has despachado a gusto haciendo fotos de los rosales, menos mal que tenia el perro atado, jajaja, buenas tomas ANTONIO. Un abrazo desde el Niu.

Toda la belleza de mayo la has recogido en este reportaje, maravilloso colorido... hasta aqui llega el aroma, que por cierto me encanta. Felicidades y gracias por compartir. Un abrazo.

Hermosas fotos Antonio. Me das tanta envidia que creo que me iré a la Rosaleda del Retiro. Un abrazo

Un fatídico día de primavera, hace ya unos cuantos ciclos lunares, tuve que matar por una rosa, si dontoniovelez, matar, qué sensación mas mala y a la vez placentera, porque la rosa era mía y de nadie mas, solo quedaba una y yo la vi primero; me acerqué al rosal, el único que quedaba después del incendio, y con las dos manos desprotegidas la agarré del tallo y conseguí partirlo, quedándome con la última rosa roja, por fin la tenía. De repente miro mis manos y las veo peor que la cabeza de un nazareno, ensangrentadas y llenas de espinas, no me importó porque la sensación de tenerla era superior al dolor. Después de caminar unos cuantos kilómetros llego a casa, y al entrar veo a mi suegra que ha venido de visita como hace todos los días, se me acerca y con insistencia me pide la rosa, le digo que no, y en ese momento se abalanza sobre mi, y tras un forcejeo consigue arrebatármela, acto seguido empieza a gritar con gestos de dolor porque se había clavado las espinas, y a los cinco minutos cae al suelo muerta. Al poco tiempo hubo un juicio para aclarar su muerte y el juez me pregunta -porqué maté a Doña Carmen- y yo fríamente le contesté -mire señor juez, no pude soportar el sufrimiento agónico que tenía, ya que estaba herida de muerte, y por humanidad la rematé.

Tampoco crea usté lucifer que merece la pena salir de su cueva del cerrato - daría lo mismo si estuviera en las cuevas de los medinas - para darle una ojeada a este intrascendente reportaje. Por eso entiendo perfectamente que la visión de estas rosas de colores le pueda producir desprendimiento de retina algo que no le deseo, como usté comprenderá. En cuanto al soponcio pilatos que me podía haber evitado, así a vote pronto no se me ocurre nada digno de resaltar. Bueno sí, decirle que a estas alturas del afeitao pocas circunstancias me producen ya telele o patatús, así que duerma usté tranquilo no tenga desazón ni zozobra. Un apunte final, el motivo de tantas fotos en cada reportaje es muy sencillo, darles salida al exceso de stock.

Así fue AVE-FÉNIX, aproveché la hora de la siesta para saltar la valla del Niu y hacer este reportaje. Aunque debes hablar seriamente con el perro porque el me señaló donde estaban los mejores rosales, y eso un buen perro guardián nunca lo debe hacer, no puede confraternizar con un intruso, jaja. Un abrazo para el Niu.

Decir que ha llegado volando en bandada hasta Zaragoza el aroma, la esencia y la fragancia de estas rosas, Isabel, es el mejor elogio que se le puede dedicar a este reportaje. Por eso puedes coger las rosas que más te gusten para que puedas disfrutar de su perfume, es un obsequio por tu visita y amables parabienes. Un abrazo.

Entonces la envidia es recíproca Arce, a mi también me da envidia que puedas visitar la belleza de la Rosaleda del Retiro, así que empatamos a envidias. Me alegra que te gusten estas rosas de colores. Un abrazo.

Es que hay suegras y suegras d.Mengano, y Doña Carmen era muy suya. Sigamos hablando de suegras, pero antes le pongo en antecedentes, yo tenía una lambretta con sidecar hace muchos años y una fiesta de guardar fuímos a la playa del Plomo, iba la parienta detrás y los tres niños en el sidecar con la sombrilla, la nevera con el tinto de verano y la tajá de sandía, la olla con la fritá de matanza, la imprescindible tortilla de papas con cebolla y pimientos, un flotador inflao que era un neumático de camión de un cuñao, las toallas, un termo con el café y la botella de chinchón para el carajillo, un balón hinchado de nivea, una bolsa con los cubos y las palas de los zagales, un jamón en el jamonero para la merienda y tres barras de pan de quilo. A la altura de Fernán Pérez me suelta la parienta: Hay que ve antonio la manía que le tiene a mi madre, se calla porque entramos en una curva peligrosa, pasada la curva continúa: No me explico el por qué nunca la quieres traer en la moto con nosotros a la playa. Como ha podido leer - d.Mengano - en esta historia no falleció naide ni intervino la justicia, pero el sufrido motorista - de la impresión - estuvo al borde de tener que ir a urgencias de la Bola Azul, faltó el canto un duro.