5 riesgos de bañarse en lagos y embalses que debes conocer

Las aguas de interior se convierten en lugares de ocio durante el verano. Sin embargo, la falta de precaución puede llevar a accidentes fatales

Equipo IA&Data Eltiempo.es

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Las aguas de interior se convierten en lugares de ocio durante el verano. Sin embargo, siempre hay riesgos de bañarse en lagos que pueden ser fatales

Con la llegada de las altas temperaturas, buscamos lugares donde refrescarnos. En ocasiones los embalses, lagos o laguna se convierten en playas de interior. La cercanía a casa, si no tenemos varios días para ir a la playa o no vivimos cerca del mar, se convierte en una alternativa. Sin embargo, al tratarse de aguas de interior, muchas veces no se mantienen las medidas de seguridad ni la precaución que se tiene en el mar. Confiarse puede conducir a accidentes fatales.

En el año 2020 fallecieron en España 398 personas a consecuencia de lesiones graves ocurridas en un entorno acuático. La principal causa fueron los ahogamientos accidentales.

Otras 535 personas se encontraron en riesgo de sufrir un ahogamiento y pudieron ser rescatadas con vida, aunque algunas necesitaron hospitalización. De ellas, 147 fueron menores de 9 años (82 niños y 65 niñas).

El caso más reciente ha tenido lugar en el Pantano de San Juan, en Madrid, donde una niña de 10 años cayó de la lancha de su familia y falleció ahogada.

Hoy te hablamos de los cinco riesgos que debes conocer, para que un día de diversión no acabe siendo trágico:

riesgos de bañarse en lagos

1. Infórmate de la meteorología:

Es importante que siempre sepas el estado del cielo. Estate atento a la previsión en www.eltiempo.es. Si hay posibilidad de tormenta, estar bañándose dentro del agua no sería una buena idea, como tampoco lo sería estar debajo de un árbol.

Además si hay fuertes precipitaciones es importante que estemos alejados de cauces, arroyos… por muy secos que los veamos, ya que pueden desbordarse en pocos minutos. Si hace mucho sol, también debes conocer los niveles de radiación ultravioleta para proteger tu piel y la de los más pequeños.

2. Conoce la zona de baño:

Es importante saber la profundidad que hay en cada punto, así como si hay rocas, ramas. Una zambullida puede suponer un traumatismo si no conocemos la altura del agua y nos golpeamos. Las ramas de árboles hundidos también nos pueden dar un susto si quedamos enganchados en el fondo.

3. No hay que jugársela en zonas profundas:

La calma aparente de las aguas en un día de verano, pueden estar escondiendo intensas corrientes. Seguro que alguna vez bañándote en estas zonas has notado mientras flotabas el agua de la superficie más cálida que la de abajo, mucho más fría. Estos contrastes hacen que se produzcan corrientes internas en ocasiones muy fuertes que pueden hundirnos. Por eso no debemos perder de vista a los niños.

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4. Conozcamos el estado de salud del agua:

Es importante que conozcamos si el agua se encuentra limpia, libre de contaminantes… y si el baño está permitido. Todas las Comunidades Autónomas disponen de páginas web que ofrecen información sobre las zonas de baño permitidas e información sobre ellas. No está de más consultar esta información y que sepamos antes de viajar a estos puntos si podremos o no disfrutarlos. Es frecuente que en ocasiones lugares habilitados para el verano, tengan que cerrarse algunos días por diversos motivos.

5. Respetemos la normativa y la fauna:

Todos los lugares de baño están señalizados. No hacer fuegos, no arrojar residuos y respetar los límites de baño son las normas que más frecuentemente nos encontraremos y que debemos siempre cumplir. Cada vez que vemos una línea de boyas, no es por disminuir el espacio de baño, sino por nuestra propia seguridad. Además, tenemos que respetar la fauna que otro lado nos puede ahorrar una molesta picadura de avispas o abejas.

Es muy importante que ante todo tengamos sentido común pues siempre hay riesgos de bañarse en lagos o embalses. Cuando acudimos a cualquier zona de baño tenemos que respetar el agua y las normas. Nunca debemos dejar sólos a los pequeños y siempre hay que estar atento a los que estén en el agua. Sólo así podremos hacer que la mayor preocupación sea qué llevar en la nevera para comer.