8 maneras de identificar el ‘greenwashing’ en el mundo de la moda

Al cuestionar el origen y la forma de producir, las firmas han tenido que reaccionar para no perder rentabilidad y ganarse nuestra confianza

Laura Opazo

Laura Opazo

En un momento el que comenzamos a cuestionar el origen y la forma de producir, las firmas han tenido que reaccionar para no perder rentabilidad y ganarse nuestra confianza

¿Cómo podemos detectar si es «verde» todo lo que reluce? Todos sabemos que para que una empresa obtenga rentabilidad debe tener el apoyo de los consumidores. Es por ello que, en la carrera por conseguir una buena percepción por parte de los clientes, muchos negocios recurren a tácticas poco ortodoxas para satisfacer la demanda de aquellos que buscan productos y servicios respetuosos con el medioambiente. Así pues, el greenwashing, está más que nunca a la orden del día

Este “ecopostureo” se da en todos los sectores, pero especialmente en el textil. Así pues, muchas firmas prometen cambios. Sin embargo, siguen estando lejos de poder considerarse comprometidas y están usando técnicas de marketing deshonestas que muestran poca solidez en sus datos que no resultan ni reales ni creíbles. 

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Las consecuencias del greenwashing

Se acaba confundiendo al consumidor que puede sentir desconfianza hacia marcas que realmente trabajen con responsabilidad y pueden encontrar dificultad a la hora de tomar decisiones inteligentes y responsables.  Luchar contra la práctica del greenwashing es complicado, pero para que no os den gato por liebre conviene estar atento a las siguientes señales que lanzan algunas marcas de moda:


1-Lo natural no siempre es sostenible

Muchas marcas presumen de utilizar tejidos naturales, como por ejemplo, algodón, lana o seda. Sin embargo, el término natural no dice necesariamente que sean sostenibles per se, todo depende de cómo se obtengan. Por ejemplo, el algodón si no ha sido cultivado de manera ecológica llevará pesticidas y productos agresivos con el entorno y con los trabajadores.

Lo mismo pasa con la seda o la lana, si para extraerlas ha habido maltrato para el animal que las produce.  Para saber si realmente una fibra natural es sostenible o no, debemos consultar si está o no certificada. 

2-Uso excesivo de terminología eco

El uso y abuso de términos como sostenible, slow u orgánico se utilizan a la ligera para promover una declaración de intenciones que muchas veces es hueca. Estos términos no van siempre respaldados de datos fiables y por lo tanto no aporta nada. 

3-Abuso de imágenes con texturas vegetales y colores verdes 

Campañas fotografiadas en el campo, etiquetas de color verde o uso de símbolos que evocan a la naturaleza no implican que ninguno de los procesos empleados en la fabricación de prendas sean respetuosos con el entorno.

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4-Verdades a medias

Es bastante común ver que algunas firmas declaran que un tejido empleado es sostenible solo porque lleva un pequeño porcentaje de tejido reciclado pero el resto de los procesos no lo es. 

5-Telón verde

Muchas empresas destacan una pequeña línea sostenible dentro de sus tiendas, mientras que el resto de la producción ha sido elaborada de manera “convencional”, empleando mano de obra barata y con materias primas que se alejan de lo que se entiende por sostenible.

6-Datos y más datos

La forma más fácil de averiguar si las marcas están jugando al despiste es buscar cifras que respalden sus afirmaciones. Esto nos permitirá saber si sus objetivos son medibles y realmente comprometidos. Si no hay datos, las palabras se las lleva el viento.

7-Lo vegano no siempre es sostenible

Esto puede significar que se utilizan alternativas sintéticas, pero a menudo estas proceden del petróleo, un recurso no regenerable y muy contaminante en su extracción y producción. Lo ideal es comprobar si las alternativas utilizadas son realmente respetuosas con el medio natural.

8-Familiarízate con los certificados

Existen distintos sellos y certificaciones que acreditan que los tejidos utilizados respetan la salud, las condiciones laborales de los trabajadores y el medioambiente. Las empresas certificadas con estos sellos están sometidas a un control estricto por parte de entidades u organismos externos e independientes de gran prestigio. Estos acreditan que durante todo el proceso de fabricación se han respetado unos códigos de gestión medioambiental y social

Es obvio que tampoco podemos ir contantemente con el radar alerta, pero es importante que tengamos en cuenta que muchas veces, las marcas que más presumen, son las que más llevan a cabo el greenwashing. Es muy peligroso que las firmas frivolicen de esta manera con la información que recibimos cuando la transparencia y la ética deben ser fundamentales en la sostenibilidad.

Pero sobre todo, es importante que los consumidores seamos proactivos, investiguemos y preguntemos a las firmas. Ya que en el momento en el que exijamos respuestas, éstas dejarán de ser vagas y deberán estar contrastadas para aseverar certezas.