Alergia producida por plantas: todo lo que debes saber

Consulta las claves para identificar la alergia producida por plantas, conocer todos los síntomas que puede causar y diferenciarla de otras patologías.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

El picor de ojos, los estornudos, el moqueo, o el escozor en la garganta son unos síntomas muy habituales de ciertas enfermedades por lo que en muchas ocasiones suelen confundirse. Por ello, desde Eltiempo.es te ofrecemos las claves y todo lo que debes conocer de la alergia producida por las plantas más común y las diferentes reacciones que causan a los pacientes. Sobre todo después que por la falta de lluvias esté siendo uno de los peores inviernos para los alérgicos.

¿Qué es la alergia producida por plantas?

Cuando hablamos de la alergia producida por plantas lo hacemos sobre una serie de síntomas que aparecen en los pacientes al entrar en contacto de forma directa o indirecta con alguna planta. La alergia a plantas más común es la alergia al polen. Ya sea al polen de gramíneas (la alergia más frecuente) o al polen de cupresáceas, olivo o plátano de sombra, una polinosis que suelen causar rinitis, conjuntivitis, asma bronquial o moqueo.

Además, también puede darse el caso de presentar algún tipo de síntoma alérgico, como sarpullido, dificultad respiratoria, escozor cutáneo o de ojos, etc. Suele darse ante alguna sustancia química que segregan algunas plantas y en ciertos momentos, como puedan ser las flores en general o los periodos de floración en concreto. Incluso, los propios pólenes pueden llegar a causar urticaria por contacto. 

Alergia a las flores 

En este sentido, durante su periodo de floración, las sustancias y los pólenes que generan las flores dentro de su ciclo de vida sí pueden resultar alérgicas para algunas personas. Aunque durante el resto del año no suelen producir alergia como tal de forma generalizada. 

Este es el caso de la alergia a las flores del jazmín o flores de otras plantas como las dalias o margaritas, que suelen tener unas altas concentraciones de pólenes. No hay que olvidar tampoco las flores del aligustre. 

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Urticaria por plantas 

Además de esto, existe otro tipo de alergia a las plantas que nada tiene que ver con el polen. Esta alergia suele presentarse en forma de ronchas, granitos y urticaria en la piel al entrar en contacto con alguna planta o flor concreta. 

Entre las plantas que producen urticaria más frecuentes destacan las ortigas, una de las consideradas malas hierbas más habituales. Esta causa picor y escozor al rozar los pelos de sus hojas y tallo. 

Por otro lado, la hiedra venenosa y el roble venenoso son unos arbustos que contienen una savia aceitosa muy irritante para la piel de las personas. En estas plantas, la urticaria suele presentarse en forma de sarpullido o dermatitis. 

En la inmensa mayoría de los casos, estas urticarias por plantas son leves y apenas afectan al paciente. Es más, al cabo de unas horas o unos días, el sarpullido desaparece. Eso sí, en algunos casos, en pacientes concretos con alergias específicas, este tipo de alergia a plantas puede requerir de algún tipo de tratamiento médico.

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¿Cómo saber si tengo alergia a las plantas?

Inicialmente, una buena medida puede ser evaluar y analizar qué tipo de reacciones presenta el paciente. Es decir, si los síntomas son picor de ojos, estornudos, picor de garganta o moqueo, lo más probable es que el paciente padezca algún tipo de alergia a pólenes. 

En este sentido, también se pueden consultar los índices polínicos de la zona de residencia para saber si, en el momento de presentación de síntomas, se sufren niveles elevados de polen y de qué tipo de planta. 

No obstante, hay que tener en cuenta que este tipo pueden coincidir en síntomas con varias enfermedades y virus, como los resfriados, la gripe o incluso el COVID-19. Por ello, lo más conveniente para diagnosticar una posible alergia a las plantas es acudir a un alergólogo. 

Este es el profesional sanitario más indicado para realizar las pruebas precisas e identificar las causas que producen estos cuadros. Así, se reducen los riesgos para el paciente y se pauta el tratamiento más indicado para cada caso que sea necesario.