¿Se pueden (o no) almacenar las energías renovables?

El almacenamiento de energía es una capacidad primordial para el desarrollo de la energía renovable en el sistema eléctrico.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

El incremento de la demanda de energía en el mundo y el cambio climático han puesto en marcha desde hace tiempo diversas estrategias para abastecer de energía a la sociedad. Todas ellas en consonancia con las medidas de mitigación del calentamiento global.

En este modelo energético en evolución, las energías renovables juegan un papel fundamental. Sin embargo, las fuentes renovables aún deben solventar importantes conflictos para dar estabilidad al sistema.

Por ejemplo, la regularidad y constancia al suministro de la red eléctrica. Un aspecto en el que el almacenamiento de energía se convierte en una auténtica prioridad para poder aprovechar todo el potencial de las energías renovables.

La Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA por sus siglas en inglés) detalla algo interesante. Según ellos, «el almacenamiento de energía y electricidad es una tecnología clave en la transición mundial hacia un sistema de energía sostenible».

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Fuente de imagen: Salto de Chira, Gobierno de Canarias

¿Se puede almacenar la energía renovable?

La energía eléctrica se puede generar y transportar con cierta facilidad. Sin embargo, su almacenamiento resulta más complejo.

A pesar de esta complejidad, existen tecnologías y sistemas de almacenamientos de energía a través de distintos puntos de la cadena de suministro. Según detalla Red Eléctrica Española las tecnologías de almacenamiento de energía son:

1 – Sistemas mecánicos de almacenamiento de energía

Por ejemplo, la hidroeléctrica reversible mediante bombeo. Es un sistema por el que dos embalses están a distinta altura. De este modo, el embalse superior almacena agua. Este sirve de fuente de energía potencial para generar electricidad en el momento que se requiera mediante la caída al segundo embalse y paso por una turbina.

Posteriormente, mediante sistemas de bombeo, el agua del embalse más bajo puede retornar al embalse superior para volver a almacenar energía.

2 – El almacenamiento de energía térmica

Consiste en el calentamiento o enfriamiento de un elemento o un depósito para usar su energía potencial en el momento en el que se necesite. Por ejemplo, un tanque de agua que se calienta en los momentos en los que puede haber excedentes de energía.

3 – El almacenamiento químico de energía

Este proceso recurre a la transformación de energía en forma de electricidad para realizar diversas reacciones químicas.

El objetivo es obtener moléculas capaces de generar energía en el momento en el que se necesite. O en ciertos procesos industriales como puede ser el hidrógeno, combustibles sintéticos o el metanol.

4 – El almacenamiento en redes mediante pilas y baterías

Además de condensadores, superconductores y volantes de inercia. Es decir, cualquier sistema que recurre a la tecnología para almacenar o transformar energía.

Descarbonización del sector energético

«Las nuevas tecnologías de almacenamiento de energía se convertirán en elementos fundamentales de los sistemas eléctricos del futuro. De tal forma que el almacenamiento eléctrico puede aportar valor en todos y cada uno de los eslabones de la cadena de suministro de electricidad». Así apuntan desde Red Eléctrica Española.

Por tanto, el almacenamiento de energía renovable es una de las grandes oportunidades de desarrollo. Además, es un aspecto fundamental en la descarbonización del sistema de producción de electricidad.

Según la Unión Europea, el almacenamiento de energía «es clave para una mayor producción de energía renovable y para la seguridad energética». «Especialmente porque los sistemas de energía renovable actuales no son ni constantes ni regulares en el tiempo.»

Es decir, la energía solar depende de la cantidad de luz que recibe el dispositivo. Por su parte, la energía eólica depende de la fuerza del viento. Del mismo modo, la energía hidráulica depende de las precipitaciones caídas y de la cantidad de agua embalsada.

Según estudios recientes, a medida que aumenta la cantidad de energía renovable que aporta al sistema eléctrico también se incrementa la necesidad de almacenamiento.

Por ejemplo, durante algunos días países como Alemania, Portugal y España son capaces de abastecer gran parte de su red eléctrica exclusivamente con energías renovables. Lo que muestra que son energías en constante crecimiento y desarrollo.

«Necesitamos suficiente almacenamiento. Por lo tanto, necesitamos más inversión en sistemas de almacenamiento para que la energía renovable alcance su máximo potencial. Los subsidios alentarían la inversión. Algo que, a su vez, permitiría una mayor integración de las energías renovables en el sector energético». Así lo apuntan los expertos de la Universidad de East Anglia en Reino Unido.

Almacenamiento de energía en España

Actualmente, España tiene una capacidad de almacenamiento de energía de 8,3 GW. Capacidad que pretende incrementarse de forma exponencial en los próximos años.

Esto supone menos del 0,5% de la capacidad total de producción de energía. De hecho, se estima que durante el año 2020, en España un 47% de la energía total producida se generó gracias a energías renovables. El total anual fue de 121.350 GWh.

En febrero de 2021 España aprobó la Estrategia de Almacenamiento Energético, una herramienta clave para garantizar la seguridad del suministro y el precio. Una herramienta que fomentará el desarrollo de esta tecnología y respaldará el despliegue renovable, aportando flexibilidad al sistema y estabilidad a la red.

«La Estrategia contempla disponer de una capacidad de almacenamiento de unos 20 GW en 2030 y alcanzar los 30 GW en 2050. Considerando tanto almacenamiento a gran escala como distribuido», señalan fuentes del Ministerio para la Transición Energética y Reto Demográfico.

Así, mediante el fomento de este tipo de estrategias y del desarrollo del almacenamiento de energía, se aspira a conseguir la neutralidad climática antes de 2050.