Armario sostenible: ¿cómo hacer el cambio de ropa de estación?

Consigue el armario perfecto. Tips para conseguir un armario sostenible. Pasa de un armario caótico a uno ordenado y sostenible.

Laura Opazo

Laura Opazo

Llega la hora de enfrentarse al temido cambio de armario pero, en realidad, enfrentarte a tu vestidor es un buen punto de inicio para transformar tu relación con la moda y empezar a conformar un armario sostenible.

Posiblemente, una de las cosas que siempre te pase cuando te enfrentes a este momento, es que te des cuenta de la cantidad de prendas que atesoras y apenas has utilizado durante toda la temporada.

Y es que infrautilizamos la ropa que tenemos en el armario. La media de puestas de una prenda son siete y, en ocasiones, esta cifra está muy por encima del uso real.

¿Cómo puedo mejorar las cosas? ¿Por dónde empiezo a crear un armario sostenible?

Haciendo un cambio de armario consciente. Da mucha pereza y exige tiempo y paciencia pero, al mismo tiempo, es un ejercicio de reflexión que nos da la oportunidad de aprender de nuestros propios errores y nos permite crear nuevos hábitos a la hora de consumir y valorar lo que ya tenemos.

Normalmente la falta de organización hace invisibles las prendas, y acabamos por no utilizar aquellas que se encuentran sepultadas bajo una montaña de ropa. Habrás oído decir mil veces que un armario en orden aporta claridad de ideas pero es que, además, permite escanear rápidamente lo que hay, facilitándote la vida y ahorrándote tiempo por las mañanas.

Como punto de partida, empieza por sacar toda la ropa, los zapatos y los accesorios del armario y colocarlos encima de la cama

Como punto de partida, empieza por sacar toda la ropa, los zapatos y los accesorios del armario y colocarlos encima de la cama. Seguro que en este proceso habremos redescubierto prendas que no recordábamos que teníamos, otras que están sin estrenar, cosas antiguas que ya no tienen ninguna utilidad en nuestra vida actual y otras que no nos gustan.

Pasos para organizar un armario sostenible

1 – Ropa que me gusta y me pongo

Agrupa aquella ropa que te identifique y con la que te sientas cómodo o cómoda. En definitiva: las buenas decisiones de compra. Es importante sacar un mínimo denominador común que te indique por qué están ahí y tomar nota para aprender de tus propios aciertos. ¿Te las pones porque son básicas y combinan con todo? ¿Las usas porque son especiales, están bien confeccionadas y son de buena calidad? ¿Son tus favoritas porque los colores te favorecen?

Es fundamental tratar de darle a cada una de esas prendas el mayor juego posible, así que haz que mariden entre sí y consigue al menos cinco combinaciones diferentes. No tengas miedo, experimenta y mezcla. Una vez que hayamos realizado esta tarea de estilismo y creatividad, ya nos podemos poner manos a la obra y guardar nuestros tesoros de forma clara y ordenada.

Armario sostenible

2 – Ropa que no me sienta bien, no me gusta y no me pongo

Ahora te enfrentas al segundo grupo, que representa nuestras malas decisiones. Se trata de ropa que apenas hemos utilizado y no va acorde con nuestro estilo. ¿Por qué no te gustan? ¿Los colores no te favorecen? ¿El patrón no te sienta bien? ¿No sabes cómo combinarlas? ¿Se las has visto a tanta gente que has terminado por cogerles manía? ¿Pertenecen a tu yo del pasado?

cambio de armario seleccion de ropa

Es importante que reflexiones bien sobre qué te ha llevado a tenerlas en nuestro armario porque te ayudará a no repetir malas decisiones y tener un armario sostenible.

Si sumas todo el dinero que has invertido en estos errores, es posible que te duela el bolsillo, pero, si a ello añadimos que con él se ha ido algo más importante como los recursos que ha supuesto crear estas prendas, la dimensión pasa a ser mayor.

El objetivo es tratar de responsabilizarte de su destino y tratar de darles una nueva vida. ¿Cómo? Hay varias vías, pero puedes apostar por utilizar tu creatividad arreglándolas, adaptándolas y/o customizándolas. También puedes intercambiarlas por otras de tu círculo cercano, venderlas en el mercado de segunda mano o donarlas a quienes más lo necesitan.

3 – Ropa que está estropeada o ajada

Y, por último, el grupo correspondiente a la ropa en mal estado. Seguro que hay prendas que han tenido un ciclo más largo y otras más corto, así que conviene nuevamente reflexionar. ¿Se ha deteriorado por el mal cuidado que le hayas podido dar a la prenda? ¿Su aspecto ha ido a peor porque es de mala calidad?

donacion de ropa que ya no usas

Aprende de ello y reflexiona sobre si la ropa de mala calidad realmente compensa comprarla o si tenemos que ser más considerados con su cuidado, porque nuestra mala gestión ha limitado su tiempo de uso. ¿Qué podemos hacer con estas prendas? Lo conveniente será reciclarlas dentro del ámbito doméstico (haciendo trapos, por ejemplo) o bien llevándolas a contenedor adecuado para que puedan gestionar su reciclado adecuadamente.