Así amplifica el cambio climático las enfermedades infecciosas

A medida que aumenta el cambio climático estamos favoreciendo la propagación de enfermedades infecciosas por zonas no habituales

Mario Picazo

El cambio climático está estrechamente relacionado con la propagación y la gravedad de las enfermedades infecciosas de múltiples maneras. Varios estudios han vinculado la alteración del nicho ambiental de los vectores de enfermedades con el calentamiento global, un fenómeno que experimentamos desde hace décadas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años investigando la compleja interacción entre la salud humana, animal y ambiental. La rápida propagación de enfermedades infecciosas está directamente relacionada con el cambio climático, la deforestación y otros cambios ambientales.

Las enfermedades infecciosas ya no son un problema aislado

Ya no se trata de casos aislados en zonas remotas del planeta. Las enfermedades zoonóticas y las transmitidas por vectores se han convertido en una preocupación de salud pública. En muchos casos, su aparición se ha asociado a cambios en el clima y en los ecosistemas de determinadas regiones.

Las enfermedades transmitidas por mosquitos son unas de las más habituales y, debido al aumento de las temperaturas, estos insectos han expandido su rango de acción hacia latitudes más altas.

La invasión de ecosistemas naturales y su efecto en la salud humana

Un caso ampliamente documentado es el de los murciélagos portadores de virus. Estos mamíferos han comenzado a habitar zonas cercanas a los núcleos urbanos debido a la pérdida de su hábitat natural, causada por cambios en el clima y el entorno.

Además, su proximidad a áreas pobladas se debe a la creciente superposición entre sus hábitos de vida y los de los seres humanos. Este fenómeno aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades de los murciélagos a las personas y se está volviendo cada vez más frecuente.

Enfermedades como las infecciones de derrame o el virus del Ébola, transmitido por murciélagos frugívoros, han provocado brotes epidémicos en el pasado, alcanzando su punto máximo en África occidental. La transmisión de estos virus también es facilitada por mosquitos, garrapatas, moscas y pulgas.

Por esta razón, se han registrado cada vez más casos de enfermedades transmitidas por vectores como dengue, malaria, zika y chikunguña. En estos casos, la deforestación es un factor clave, ya que la destrucción del hábitat natural de numerosas especies ha ido en aumento en diversas regiones del mundo.

cambio climático
Fuente: Unsplash

Deforestación y biodiversidad: una combinación peligrosa para la propagación de virus

Un estudio reciente ha evaluado el efecto de la deforestación en la proliferación de mosquitos en 12 países de los cinco continentes. Los resultados muestran que, de 87 especies analizadas, más de la mitad aumentaron su población en zonas deforestadas.

Sin embargo, la deforestación no sólo favorece la presencia de vectores, sino que también reduce la biodiversidad, lo que puede aumentar el riesgo de transmisión de enfermedades.

En los ecosistemas con mayor biodiversidad, los vertebrados no portadores de enfermedades actúan como una barrera, dificultando que los vectores se alimenten de especies infectadas. Este fenómeno, conocido como efecto de dilución, disminuye la probabilidad de transmisión de patógenos a los seres humanos.

A medida que el clima global cambia rápidamente como consecuencia del cambio climático, sobre todo con el aumento de las temperaturas en la superficie terrestre, los patógenos también modifican su distribución y se expanden hacia nuevas regiones.

Expansión de la malaria, el dengue y el chikunguña hacia nuevas regiones

Un estudio ha demostrado que la distribución de la malaria se ha desplazado hacia altitudes más elevadas en Etiopía y Colombia durante los años más cálidos. Asimismo, el calor, la humedad y el viento influyen en la propagación de mosquitos vectores, responsables de la transmisión del virus del Nilo Occidental.

El mosquito Aedes albopictus, vector del dengue y el chikunguña, ha expandido su territorio en los últimos años. En 2023, su presencia se confirmó en 13 países de la Unión Europea, frente a los ocho países registrados en 2013.

Las previsiones no son alentadoras: se estima que, en 2080, 2.250 millones de personas más estarán en riesgo de contraer dengue en comparación con 2015. Además, la enfermedad podría expandirse a países que actualmente se consideran zonas de bajo riesgo.

Inundaciones y enfermedades transmitidas por el agua: una amenaza silenciosa

La meteorología extrema ha provocado un aumento en la frecuencia de inundaciones, muchas de ellas asociadas a ciclones tropicales, aumento del nivel del mar y lluvias torrenciales. Estos eventos no sólo destruyen infraestructuras, sino que también favorecen la propagación de enfermedades al contaminar el agua con patógenos.

Las enfermedades transmitidas por el agua afectan especialmente a los países más pobres, que carecen de sistemas eficaces de saneamiento.

En regiones como Asia del Sur y África Oriental, la falta de acceso a agua potable es un foco de contagio para millones de personas. Enfermedades como el cólera, la diarrea infantil, la neumonía, el dengue y la malaria se han vuelto más comunes en estas áreas.

El calentamiento de los océanos y el auge de bacterias peligrosas

El aumento de la temperatura del mar también ha propiciado la expansión de bacterias patógenas. Un estudio reciente ha demostrado que el calentamiento de mares y océanos favorece la proliferación de Vibrio cholerae, bacteria responsable del cólera.

La propagación de enfermedades infecciosas debido al cambio climático es un fenómeno que afecta a todo el planeta. La alteración de los ecosistemas, el incremento de temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos están generando un entorno propicio para la proliferación de virus y bacterias.

Estos factores han intensificado la presencia de enfermedades infecciosas en regiones donde antes eran poco comunes, lo que plantea un reto sanitario global que exige medidas urgentes.

cambio climático
Fuente: Unsplash