Así será la Tierra del año 2050

La Tierra va a experimentar una transformación en muchos aspectos entre hoy y el año 2050 que afectará a millones de habitantes del planeta.

Mario Picazo

Mario Picazo

Muchos se preguntan cómo será el clima de la Tierra y todo lo que lo rodea en el año 2050. La respuesta no es nada fácil. Depende de cómo actúe el ser humano durante los próximos casi 28 años que quedan hasta llegar a ese año. Lo primero que se debería hacer es responder a una serie de preguntas.

¿Se va a producir una mayor preocupación y cuidado con el Medio Ambiente? ¿Dejarán de quemarse combustibles fósiles de forma desmesurada? ¿Se evitará el aumento de la deforestación? ¿Se detendrá la contaminación del aire, los océanos, mares y ríos del planeta?

En los últimos 10.000 años se ha notado (y mucho) la influencia del ser humano. Esto ha provocado cambios importantes en el entorno y el clima. La mayoría de estos cambios, que están relacionados con la transformación del medio ambiente, han ocurrido durante los últimos 50 años.

Sólo quedan 30 años para intentar frenar esta situación.

Tierra
Cuánto cambiemos la Tierra dependerá en gran medida de cuánto carbono inyectemos al sistema climático del planeta.

Las predicciones hablan de la Tierra más deteriorada en el 2050

Entre ahora y 2050, se va a seguir experimentando un aumento en los riesgos ambientales, especialmente los relacionados con el clima. Aunque la lista es larga, se pueden agrupar en 6 categorías principales. 

– Aumento de la sequía y los incendios forestales.

– Aumento de inundaciones y los fenómenos meteorológicos extremos.

– Fusión de los casquetes polares y aumento del nivel del mar.

– Colapso de la agricultura y la pesca.

– Pandemias y aumento de la propagación de enfermedades.

– Alteración del ecosistema y extinción de especies.

Independientemente de lo que se haga para mitigar el cambio climático, se prevé que todos estos problemas sigan empeorando entre ahora y 2050. 

Pero la pregunta es si mejorará la situación. Eso, en gran medida, va a depender de los esfuerzos como especie, sabiendo que la población va seguir aumentando de forma imparable.

También dependerá de cómo la población mundial sea capaz de adaptar sus hábitos y su consumo en un planeta de recursos finitos. 

Como lleva años demostrando la ciencia, el impacto general en el medio ambiente depende en gran medida de un factor importante. Este es la capacidad del ser humano para reducir las emisiones de carbono.

La última vez que la concentración de CO2 fue tan alta como hoy, fue durante la Era del Plioceno. Es decir, hace unos 3 millones de años.

Entonces, las temperaturas globales promedio eran de 2ºC-3°C más altas que durante la era preindustrial (antes de 1750 hasta el presente). Además, los niveles del mar eran de 15 a 25 metros más altos que en la actualidad.

En 2050 el planeta Tierra podría ser irreconocible

Los cambios que se van a vivir entre ahora y el 2050 son numerosos. Los nombrados con anterioridad son los que más impacto pueden tener sobre la población y la biodiversidad del planeta. Cambiarían el aspecto de algunas regiones tal y como las conocemos hoy y afectarían directamente al clima.

contaminación
Las emisiones de gases de efecto invernadero son la razón principal del cambio que estamos viviendo.

Días cada vez más cálidos y estaciones diferentes a las de hoy

Los últimos informes del IPCC pronostican un aumento de la temperatura media global. Será de entre 1,5oC y 2oC para el año 2050. Todo depende del escenario de emisiones de carbón que genere el ser humano.

El primer escenario, el de menor calentamiento, implicaría reducir un 50% las emisiones anuales de CO2 respecto a las de 2010. 

Según los pronósticos de los modelos numéricos, en las latitudes medias de la Tierra, los días serán hasta 3ºC más calurosos en el primer escenario. Mientras, en el segundo escenario se producirá un aumento de hasta 4ºC. 

En 2050 los días serán hasta 3 grados más calurosos que hoy, en el mejor de los escenarios de reducción de emisiones de carbono.

En latitudes más altas, las noches más frías se calentarán entre 4,5ºC y 6°C. Por otro lado, en el Ártico, las temperaturas subirán entre 5,5ºC y 8°C y las olas de frío serán más suaves y breves.

También se estima que, de mantenerse el escenario más conservador de emisiones, el 14% de la población estará expuesta a olas de calor severas. Al menos una vez cada cinco años. Ese número salta al 37% y olas de calor casi anuales para el segundo escenario.

Las regiones densamente pobladas serán las más afectadas. En 2050, hasta 350 millones de personas que vivirán en las llamadas «megaciudades», sufrirán estrés por calor.

Los aumentos de temperatura provocarán sequías severas en muchas partes del mundo. A falta de agua, habrá un impacto drástico en la agricultura. Pero, también en el suministro para zonas urbanas densamente pobladas.

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El estrés hídrico que van a vivir muchas zonas del planeta se convertirá en uno de los principales problemas a los que se enfrentará la humanidad para el 2050.

El sur de Asia se espera que sea la zona más afectada. Esto es, porque cuatro de las ciudades más densamente pobladas del mundo estarán ubicadas allí para el 2050.

Otras zonas geográficas especialmente vulnerables incluyen el Mediterráneo (sur de Europa, norte de África y oeste de Asia), África Subsahariana, América del Sur y Australia.

En el oeste de Asia y Oriente Medio, el aumento de las temperaturas se va situar entre 3 y 4ºC. Ese exceso de calor exacerbará en gran medida el problema de las sequías y las olas de calor severas. En esta región, ya hay una presión considerable sobre los ríos Tigris y Éufrates.

El aumento del nivel del mar en la Tierra afectará a millones

Otra gran amenaza asociada con el cambio climático es la posibilidad de que el aumento de la temperatura acelere el deshielo de los casquetes polares. Eso provocaría un aumento del nivel del mar en todo el mundo.

Amenazaría así las ciudades costeras, así como las regiones del interior donde las principales vías fluviales están conectadas a los océanos.

El nivel del mar ha estado aumentando un promedio de 3,4 milímetros por año.

Esta tendencia ya está ocurriendo y las consecuencias se están sintiendo en todo el planeta. Un estudio reciente del Goddard Space Flight Center de la NASA ha lanzado un conclusión alarmante. El nivel del mar ha estado aumentando un promedio de 3,4 milímetros por año.

El periodo analizado se concentra entre el 15 de enero de 1993 y el 11 de marzo de 2021. Los mismos datos indican que desde 1900, el nivel global del mar ha subido una media de 20 centímetros en total.

Según el Informe especial del IPCC sobre el océano y la criosfera se puede esperar algo preocupante. En un clima cambiante como el actual, se espera que para 2050 los niveles globales del agua del mar aumenten. Este incremento estará entre 24 y 38 centímetros por encima del promedio. 

Se producirá un aumentó drástico de las inundaciones costeras.

Sin embargo, estimaciones más recientes de la NOAA han incorporado nuevos datos sobre la dinámica de la capa de hielo de Groenlandia e Islandia. Estos muestran que los aumentos se han ido acelerando con el tiempo. Ese cambio podría significar subir el promedio entre 0,3 y 0,9 metros para 2050

A ese incremento habría que añadir que durante las intensas mareas ciclónicas, se producirá un aumentó drástico de las inundaciones costeras. A parte, estos factores alterarán la circulación oceánica y los patrones climáticos, lo que interrumpirá la pesca y amenazará las regiones costeras más bajas.

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Los fenómenos meteorológicos más extremos sumados al aumento de nivel del mar tendrán un impacto en muchas zonas costeras del planeta.

Las ciudades van a ser las grandes afectadas, sobre todo porque una buena parte de la población global vive en ella cerca de los océanos. Según un informe de Naciones Unidas, más del 10% de la población mundial vive en zonas costeras. Lo peligroso es que estas se encuentran a menos de 10 metros sobre el nivel del mar.

También destaca un dato importante. Alrededor del 40% de la población mundial vive dentro de una franja que se encuentra a sólo 100 kilómetros de la costa.

La tierra ocupada por más de 300 millones de personas quedará bajo el agua para 2050.

Eso incluye una elevada parte de la población mundial que vive en comunidades costeras. Allí el acceso al mar y los recursos marinos es vital para la vida y el sustento de la población local.

Las proyecciones del Centro del Clima hechas en 2019 explican que, debido a las inundaciones anuales y al aumento del nivel del mar, la tierra ocupada por más de 300 millones de personas quedará bajo el agua para 2050.

Las enfermedades infecciosas se extenderán a más regiones

Otro importante aspecto del informe del IPCC tiene que ver con cómo los cambios de temperatura provocarán un aumento de los niveles de las enfermedades.

A lo largo del siglo XXI, se espera que el cambio climático deteriore la salud en muchas regiones. Será más notable en los países en desarrollo con bajos ingresos.

Se prevé que los riesgos de las enfermedades transmitidas por vectores aumenten con el calentamiento. Habrá que contar con un aumento de la extensión del área afectada y de la temporada de infección que puede durar más tiempo.

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Las transmisión de enfermedades más allá de sus lugares habituales hacia otras regiones del planeta ya es un hecho que se amplificará con el paso de los años debido al calentamiento global.

Los principales impulsores de esta tendencia incluirán varios factores. El aumento de las temperaturas, las inundaciones, la urbanización y el movimiento de poblaciones humanas en todo el mundo. 

Estos nuevos escenarios llevarán a un aumento de las enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua. Especialmente aquellas propagadas por plagas como pulgas, garrapatas y mosquitos.

Para 2050 se prevé que las enfermedades infecciosas superen a las enfermedades cardíacas.

De hecho, para 2050, se estima que la mitad de la población mundial podría estar en riesgo de contraer enfermedades transmitidas por insectos. Las más destacadas las que se transmiten por mosquitos como la malaria, el dengue o el virus zika

Como resultado, se prevé que las enfermedades infecciosas superen a las enfermedades cardíacas como la principal causa de muerte en el mundo. Se generaría así una crisis de atención médica que costaría más de 100.000 millones de euros en el proceso.

Los mayores niveles de contaminación del aire, ozono troposférico y alérgenos transportados por el aire también darán lugar a otras patologías. Especialmente las relacionados con los pulmones.

Ese problema, junto con los de otras enfermedades, pondrá una presión importante sobre los sistemas de atención de salud. Especialmente en los centros urbanos de los países menos desarrollados.

Muchas especies de animales y plantas se quedarán por el camino

Otro aspecto importante del informe del IPCC tiene que ver con cómo el cambio climático afectará la biodiversidad. Aumentará las tasas de extinción de especies debido a la sequía, los incendios forestales y la propagación de especies invasoras. 

El informe se basa en un estudió de 105.000 especies de insectos, plantas y vertebrados. Está enfocado en determinar cuál sería el impacto del cambio climático en ambos escenarios de emisiones. 

En el primer (y conservador) escenario, se espera lo siguiente. El 6% de los insectos, el 8% de las plantas y el 4% de los vertebrados perderán más de la mitad de su rango geográfico.

Para los insectos, la pérdida de rango significaría una pérdida de polinizadores. Abejas, sírfidos y moscas azules, que son esenciales para el ciclo de vida de innumerables especies de plantas serán los más afectados.

En las regiones polares, la mayor pérdida de hábitat podría provocar la extinción de especies como los pingüinos y los osos polares.

La deforestación implica cambio climático pero también una pérdida tremenda de biodiversidad.

En las cuencas oceánicas, los tiburones, muchas especies de peces, rayas y el fitoplancton se ven cada vez más amenazados. Sobre todo a medida que los cambios de temperatura y los ecosistemas alterados fuerzan sus migraciones. Estas son hacia los polos y/o hacia aguas más profundas y frías. 

El aumento de las temperaturas también está provocando la decoloración y la pérdida de hábitat en los arrecifes de coral de aguas cálidas. Como en otros aspectos estudiados, el alcance de este cambio en biodiversidad depende de qué escenario se acabe haciendo realidad. 

En el primero, proyecta que alrededor del 7% de las regiones terrestres verán sus ecosistemas cambiar de un tipo de bioma a otro.

Ese dato aumenta al 13% en el segundo escenario de emisiones de carbono. Las tendencias de calentamiento también conducirán a una reducción de la biomasa. Especialmente la de la de selva tropical, con una mayor deforestación y la pérdida de los límites del sur en los bosques boreales.