Australia dispara desde helicópteros a 750 koalas tras el incendio del Parque Budj Bim
Una intervención sin precedentes desencadena un debate ético sobre el manejo de especies protegidas ante desastres naturales
Redacción
Australia se enfrenta a una nueva controversia ambiental tras autorizar el sacrificio de 750 koalas en el estado de Victoria. La operación, llevada a cabo por francotiradores desde helicópteros, tuvo lugar en las inmediaciones del Parque Nacional de Budj Bim, tras un incendio que devastó más de 2.000 hectáreas de hábitat natural.
Según el Ejecutivo estatal, se trató de una eutanasia por motivos humanitarios, orientada a eliminar el sufrimiento de ejemplares gravemente heridos, desnutridos o incapaces de sobrevivir en libertad.
Sin embargo, la acción ha suscitado un profundo malestar en sectores vinculados a la protección de la biodiversidad, al considerar que la estrategia aérea carece de controles éticos suficientes y plantea interrogantes sobre su eficacia y rigor científico.
Un operativo aéreo que intensifica las tensiones conservacionistas
El incendio forestal registrado a comienzos de marzo dejó a decenas de koalas atrapados en un entorno inhóspito, con acceso limitado a alimento, sombra y agua. Frente a esta situación, las autoridades activaron un protocolo que culminó en la eliminación sistemática de los animales considerados irrecuperables.
Este procedimiento, inédito en la historia de la gestión de fauna en Australia, ha sido criticado por no garantizar la identificación adecuada del estado clínico de los individuos desde el aire, ni la detección de crías ocultas en las bolsas marsupiales de las hembras.
La ausencia de supervisión independiente y de métodos alternativos menos letales ha amplificado las dudas sobre la proporcionalidad y transparencia de la medida.
Una especie emblemática atrapada entre el colapso y la gestión de crisis
El koala figura desde 2022 como especie en peligro de extinción en diversas regiones del país. En algunas áreas, la población se ha reducido en más del 60 % en apenas dos décadas.
Las amenazas son múltiples: deforestación acelerada, expansión urbana, enfermedades infecciosas, incendios forestales cada vez más frecuentes y los efectos persistentes del cambio climático.
La infección por clamidia, que afecta a un altísimo porcentaje de la población silvestre, causa infertilidad y otros trastornos que comprometen su supervivencia. Además, el calor extremo y las sequías prolongadas han degradado la calidad nutricional del eucalipto, base exclusiva de su alimentación.
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Entre los antecedentes hay una emergencia sin resolver
Aunque esta operación se presenta como una respuesta puntual, forma parte de una serie de eventos extremos que han puesto contra las cuerdas a la biodiversidad australiana. Los incendios masivos de 2019 y 2020 marcaron un precedente trágico, con la desaparición o desplazamiento de miles de millones de animales, entre ellos gran parte de la población de koalas en áreas críticas.
Desde entonces, se han intensificado los llamamientos para consolidar planes de conservación más resilientes y sostenibles, que prioricen el rescate, la rehabilitación y la reubicación controlada de ejemplares afectados, frente a intervenciones de carácter irreversible.
Tecnología de vanguardia, avances limitados
El gobierno australiano puso en marcha recientemente un plan de recuperación a diez años que incluye la restauración de corredores ecológicos, la reforestación con especies nativas y la implantación de sistemas de monitoreo mediante inteligencia artificial.
Uno de los proyectos más destacados consiste en analizar el estado de las poblaciones mediante cámaras térmicas, drones y modelos predictivos.
Pese a ello, los resultados siguen siendo discretos. Informes recientes advierten que las poblaciones de koalas continúan en declive, y que las acciones correctivas no han sido suficientes para frenar su regresión.
