Barcelona activa un ambicioso plan contra el calor extremo ante veranos de hasta 50ºC

Barcelona organiza un simulacro para evaluar si sus habitantes están preparados para las situaciones de calor extremo cada vez más frecuentes

Mario Picazo

Veranos cada vez más calurosos, con temperaturas que podrían alcanzar los 50 grados a la sombra. Ese es el escenario para el que se prepara la ciudad de Barcelona, que quiere anticiparse a situaciones de calor extremo que puedan provocar cortes de energía, interrupciones en la movilidad urbana o un acceso limitado a medicamentos, entre otras consecuencias.

El calor se intensifica, pero lo hace aún más en entornos urbanos. En las ciudades hay que tener en cuenta el fenómeno conocido como isla de calor urbano. El asfalto de calles y carreteras, junto con los edificios, retiene el calor y añade varios grados a las temperaturas que ya de por sí son elevadas debido a la llegada de masas de aire cálidas, habituales durante el verano.

En el caso de Barcelona y otras ciudades del Mediterráneo, los veranos son cada vez más cálidos y bochornosos debido al aumento de la temperatura del mar. El factor humedad convierte temperaturas de 32 o 33 grados en sensaciones térmicas de 40 o más grados, lo que incrementa el malestar para los habitantes de la ciudad.

Barcelona: isla de calor nocturna intensa en litoral e interior. Fuente: ETSAB Barcelona.

Objetivo: preparar a la población ante el calor extremo

El objetivo del simulacro es evaluar la respuesta ciudadana ante una situación de calor extremo. Por el momento, está previsto realizarlo dentro de un par de años en una zona concreta de la ciudad. La iniciativa toma como referencia el simulacro que realizó París en 2023 con la misma finalidad.

Con las reacciones que se obtengan, el Ayuntamiento de Barcelona elaborará un protocolo de actuación dentro del marco del llamado «Plan Calor». Este plan, con horizonte temporal hasta 2035, prevé ampliar el número de refugios climáticos, que ya supera los 400.

El presupuesto estimado para este periodo ronda los 11,6 millones de euros. La intención es aplicar de forma progresiva todo lo que se instale o se aprenda con esta experiencia. La ciudad se enfrenta cada vez con más frecuencia a episodios de calor extremos, que tienden a prolongarse en el tiempo.

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Salvar vidas ante un calor que transforma Barcelona

Cada vez más personas se instalan en las ciudades y, para 2050, se prevé que cerca del 70 % de la población mundial viva en zonas urbanas. Barcelona, con una alta densidad de población, puede experimentar un impacto aún mayor ante las olas de calor, en comparación con otras áreas.

Los expertos llevan tiempo advirtiendo del peligro creciente para la salud que supone el calor urbano, como resultado de la combinación de varios factores. Uno de los principales es la isla de calor urbana, que absorbe calor durante el día y lo libera por la noche, impidiendo que se refresque el ambiente. Esto complica el descanso nocturno, sobre todo en hogares sin sistemas de refrigeración.

Por esta razón, las temperaturas en las ciudades suelen superar en varios grados a las de las zonas rurales. Este estrés térmico lo genera el ser humano al amplificar el cambio climático. Las olas de calor son más frecuentes, intensas y duraderas, lo que multiplica los riesgos para la salud, especialmente en entornos urbanos donde el calor apenas da tregua.

La salud de millones está en juego

Las consecuencias para la salud pueden ser graves, con un aumento de los casos de golpes de calor y deshidratación, especialmente en personas mayores, niños y pacientes con enfermedades crónicas. En 2024, más de 2.000 personas murieron en España por causas relacionadas con el calor, y junio de 2025 ha sido particularmente negativo en este aspecto.

A la intensidad térmica se suma, en muchos casos, la contaminación del aire, que agrava los problemas respiratorios y cardíacos. Algunos estudios también relacionan el calor extremo con el deterioro de la salud mental, aumentando los casos de estrés y ansiedad.

Todos estos factores explican por qué el calor extremo se ha convertido en una de las principales preocupaciones para muchas regiones del planeta.

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Barcelona. Fuente: Banco de imágenes