Burgos, la capital de provincia más verde de España

La ciudad donde nació la leyenda del Cid Campeador es una urbe que atesora múltiples y variados atractivos para todo tipo de viajeros. Sin embargo, son pocos los que conocen la belleza de las muchas zonas verdes de Burgos.

Al pensar en Burgos, acuden a nuestra mente imágenes de una de las catedrales más impresionantes de Europa. También de aquel guerrero castellano, Don Rodrigo Díaz de Vivar, a medio camino entre el mito y la historia.

Además, su gastronomía es famosa en toda España (y fuera de nuestras fronteras). El entramado de callejuelas de su casco histórico le da un aire medieval. Un aspecto que contrasta con sus murales de arte urbano, sus modernos museos, y sus centros de artes escénicas y musicales.

Burgos es, en definitiva, una auténtica caja de sorpresas en la que las zonas verdes adquieren un papel protagonista.

Burgos, un jardín urbano en España

El Ayuntamiento de la ciudad realizó, en 2018, un estudio exhaustivo de las zonas verdes de Burgos. La conclusión a la que llegaron es que esta ciudad castellana es la urbe más verde de España.

Y es que Burgos cuenta con una superficie verde de 37 metros cuadrados por habitante. Un dato que casi triplica la cifra que la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda para que una ciudad tenga un aire y condiciones saludables.

Ese dato, además, no tiene en cuenta toda la amplitud del cinturón verde de Burgos. Pasear y respirar aire puro es algo sencillo y normal en esta capital castellana. Estas son algunas de las mejores zonas verdes de Burgos.

Ante de nada, consulta el tiempo en Burgos para que no te surja ningún imprevisto.

Fuentes Blancas, la más popular entre las zonas verdes de Burgos

Fuentes Blancas es una enorme zona verde que se encuentra a unos 6 km del casco histórico de Burgos.

Sin duda, se trata de la zona de recreo preferida por los burgaleses. Prueba de ello es que allí se celebra el Día del Burgalés Ausente. Un acto que certifica el cierre de las fiestas mayores de San Pedro y San Pablo en la ciudad.

En Fuentes Blancas se puede hacer casi de todo. Jugar al baloncesto en canchas públicas; caminar entre pinos de Monterrey, quejigos, tilos y chopos. Pasar un maravilloso día de picnic con amigos o familiares (hay zonas de barbacoas para ello).

También es un buen plan aprender sobre las aves y la flora de la zona en un magnífico humedal de 30 hectáreas. Así como nadar en las aguas del río Arlanzón para después secarnos en la zona arenosa de la playa de Fuente Prior.

Incluso se puede realizar una visita cultural a la cercana Cartuja de Miraflores, un antiguo monasterio que aún está habitado por monjes cartujos.

Además, Fuentes Blancas luce hermoso todo el año. Quizás el otoño sea la época más llamativa. Durante los meses que dura la estación, las hojas de los árboles crean un mosaico de tonos rojizos, anaranjados y ocres en el suelo del parque.

Paseo de la Quinta, diversidad botánica entre las zonas verdes de Burgos

Para llegar al área de Fuentes Blancas desde el centro de Burgos, se puede caminar – o recorrer en bicicleta por el carril bici. Se hace a través del impresionante jardín botánico que supone el Paseo de la Quinta.

Con una extensión de unos 4 km, este paseo que discurre en paralelo a las aguas del río Arlanzón. Fue propiedad de los prelados de la iglesia durante siglos. Finalmente, en el siglo XIX pasó a manos públicas y hoy en día se ha convertido en una de las zonas verdes de Burgos más visitadas. Tanto por locales como por turistas.

A su favor tiene su cercanía al centro y el hecho de que en él se puedan admirar un buen número de especies arbóreas típicas de la zona. Por ejempli, el quejigo, el chopo o el castaño de indias.

Paseo del Espolón, un clásico en Burgos

Desde hace más de un siglo, las ramas de los árboles del céntrico Paseo del Espolón – que acaba en el icónico Arco de Santa María burgalés – han tratado de ocultar las pasiones encendidas de los enamorados burgaleses.

E el lugar de paseo por excelencia. Desde aquí se puede admirar el contraste de los bellos edificios históricos del centro de la ciudad y la modernidad. Al otro lado del del Museo de la Evolución Humana y el Fórum Evolución.

Paseo de la Isla, un lugar original

Justo a continuación del Paseo del Espolón, comienza una de las más originales zonas verdes de Burgos: el Paseo de la Isla. Además de un parque arbolado, el Paseo de la Isla es también una especie de museo al aire libre.

Entre árboles, setos, tierra y hierba, se hallan elementos tan sorprendentes como el conjunto de los arcos de Castilfalé. Fue donado por el conde de Castifalé hace un siglo. Antes decoraban su granja de los Arcos.

También hay fuentes y elementos eclesiásticos procedentes de históricas iglesias y parroquias de Burgos y sus alrededores.

Parque del Parral, puerta de acceso a la Universidad de Burgos

Entre las zonas verdes de Burgos, el Parque del Parral es la favorita de los estudiantes universitarios. La razón es su proximidad al precioso campus de San Amaro (Hospital del Rey).

En su vasta extensión verde no es raro ver a gente leyendo, estudiando, jugando a algo o tomándose un bocadillo a medio día.

El Día del Curpillos – el viernes posterior al día del Corpus Christi – es el mejor momento para visitarlo. Durante esa jornada, el parque rebosa de vida con los actos de una fiesta que ha sido declarada de interés turístico regional.

Muy cerca del parque se encuentra el Monasterio de las Huelgas, uno de los monumentos imprescindibles que ver en Burgos. Y es que, Burgos es patrimonio cultural, pero también medioambiental.