Efecto isla de calor: lo que no te deja dormir en la ciudad

El efecto isla de calor hace que también durante la noche el calor sea difícil de llevar, por no bajar las temperaturas mínimas de los 20ºC.

Marta Almarcha

Marta Almarcha

¿No debería refrescar por las noches en vez de seguir haciendo calor después de todo el día? Si te haces esta pregunta estando en la ciudad, en la respuesta ha de estar incluido el efecto ‘isla de calor urbana’. Te contamos qué es, por qué sucede y cuál es el impacto en la salud con ola de calor.

Los días de altísimas temperaturas en verano provocan que no sólo tengamos temperaturas máximas muy elevadas durante el día, sino que las temperaturas mínimas no bajen lo suficiente como para poder conciliar el sueño de forma adecuada.

Los expertos apuntan a que cuando las temperaturas no bajan de los 20-21ºC, el descanso comienza a verse afectado y aún más cuando no baja de los 25ºC o más, cuando se dan las noches tórridas. Esto ocurre con mayor frecuencia en las ciudades. Para entender por qué ocurre, hay que tener en cuenta el efecto isla de calor, un fenómeno que nos trae de cabeza durante los meses de verano.

¿Qué es la isla de calor?

En las grandes ciudades, las temperaturas mínimas están entre 3 y 4ºC más altas que en los alrededores. El motivo es que por la noche (más que durante el día) el hormigón y el asfalto desprenden la gran cantidad de calor que acumulan durante el día. Esto sumado a que son pocos los espacios verdes, que podrían facilitar la transformación de energía solar a través de la fotosíntesis y la evaporación del agua, hace que poder dormir sea misión imposible.

El fenómeno isla de calor aumenta con el tamaño de la ciudad.
El efecto isla de calor aumenta con el tamaño de la ciudad.

Se ha demostrado que el fenómeno de la isla de calor aumenta con el tamaño de la ciudad. Muestra de ello tenemos en las grandes ciudades como Madrid, Valencia, Barcelona, Zaragoza o Toledo, donde las temperaturas mínimas son más elevadas que en zonas rurales.

El efecto isla de calor urbana no solo ocurre en verano.

Además, este efecto no solo actúa durante el verano, en invierno también evita que algunos días se produzcan heladas en las grandes ciudades. De hecho, según los estudios, este efecto es más acusado en situación de frío. También es más notable cuando hay gran estabilidad y no sopla el viento.

¿Cómo nos afecta la isla de calor?

Evidentemente, este efecto es adverso para los habitantes de las ciudades en los meses de verano. Además de no facilitar el descanso, puede tener efectos negativos sobre la salud, entre ellos el malestar general y el cansancio acumulado, la deshidratación, etc. Te aconsejamos que recurras a algunos de estos trucos para luchar contra las altas temperaturas nocturnas y dormir mejor.

¿Cómo reducir el efecto isla de calor?

Cuanto más altos son los edificios, peor, ya que es más área de hormigón la que absorbe la temperatura y lo irradia lentamente durante la noche, así como el asfalto de las calles. También hay que sumar el efecto de la contaminación del aire, que no favorece el escape del calor.

Isla de calor. Los aires acondicionados generan a su vez más calor
Los aires acondicionados generan a su vez más calor

Además, los aparatos de aire acondicionado y sistemas de refrigeración son otro factor a añadir, ya que se utilizan más cuando las temperaturas son muy altas y a la vez generan más calor: la pescadilla que se muerde la cola (retroalimentación).

Las zonas verdes son las grandes aliadas para las ciudades, funcionan como pequeños oasis dentro de las islas de calor. Algunos edificios cuentan ya con jardines o huertos urbanos en las azoteas.

Por todas estas razones, se debe apostar por una arquitectura más sostenible en las grandes ciudades, en las que se ponga el foco, entre otras medidas, en mejorar los materiales de las infraestructuras, el aumento de zonas verdes, en el que las calles sean más anchas y con edificios más bajos, etc. De esta manera, se busca minimizar los impactos de las islas de calor urbana.