El cambio climático también afecta a la vivienda: el calor enfría los precios en las zonas donde más

Sergio Delgado Martorell

Nada, ni nadie está a salvo de los efectos del cambio climático. Las alteraciones de las temperaturas de la Tierra y de los patrones del clima a largo plazo, ya van más allá del medio ambiente.

¿Sabias que el cambio climático está, incluso, transformando el mercado inmobiliario en España? Con tantos periodos de sequía, de lluvias torrenciales y de incendios a mansalva, los precios de las viviendas están empezando a notar variaciones nunca antes vistas.

Y es que tanto los propietarios como, sobre todo, los compradores están ya teniendo en cuenta la ubicación de una vivienda que ha sufrido algún tipo de estrago climático para decantarse por ella, o no.

Un reciente estudio lo ha analizado y las conclusiones son, cuanto menos, llamativas. Si en los últimos quince años, los días calurosos han aumentado en nuestro país, así como la proliferación cada vez más de DANAs más intensas. También las zonas más cálidas están perdiendo atractivo en favor de aquellas más frescas (aunque huelga decir que absolutamente todo el mercado inmobiliario español se encuentra en un dinamismo único)

El calor frena el crecimiento del mercado inmobiliario

Según dicha investigación, se considera un día de calor extremo cuando las temperaturas suben a los 35 grados o más. Suelen ser días que se concentran entre los meses de junio a septiembre.

Pues bien, cada día adicional con más de 35 grados equivale proporcionalmente a una caída en el precio de una vivienda situada en ese mismo punto geográfico de un 0,08%.

Porcentaje que sube al 0,15% en el caso de los alquileres. O lo que es lo mismo, en términos económicos serían 0,0059 euros y 1,4 euros por metro cuadrado respectivamente.

A simple vista parecen variaciones sin importancia, pero claro, el impacto acumulativo es lo que cuenta.

Fuente de la imagen: Unplash

Mientras que en ciertas zonas del sur y del Mediterráneo los veranos son cada vez más largos y las olas de calor mucho más seguidas y frecuentes, en las zonas del interior y del norte de la península los precios suben. La compraventa lo hace un 0,16% y el alquiler un 0,3%, esto son 2,8 y 0,012 euros respectivamente.

En definitiva, el calor lleva a que haya una ralentización de las transacciones y una depreciación del valor de las casas y los pisos.

El mercado de la vivienda se redefine a golpe de temperatura

Las temperaturas se han convertido ya en un factor clave en muchas operaciones de compra o alquiler de viviendas. En aquellas donde hacen más calor, los futuros inquilinos aprecian mucho más el aislamiento térmico, la calidad de las ventanas y la eficiencia energética o los sistemas de refrigeración.

Mientras que, en las zonas de más frío, la calefacción es vital para decidirse por un piso u otro. También otras características como la cercanía a zonas verdes y reservas naturales.

Los especialistas apuntan a que se está dando una tendencia denominada gentrificación climática. Esto es el desplazamiento “forzoso” de una importante masa de la población hacia zonas más sostenibles y con temperaturas menos agresivas donde vivir.

La vivienda actúa como termómetro del cambio climático

Esta asociación entre el estado del clima y el mercado de la vivienda no es exclusivamente algo que esté ocurriendo en España. Por ejemplo, en Estados Unidos, estados del sur como Texas y Florida más propicios al aumento de las temperaturas y el peligro de huracanes, ya evidencian un freno en la construcción pública.

Mientras que, en el resto de Europa, informes propios del Banco Europeo apuntan a cómo el cambio climático va a impactar de lleno sobre el valor de los activos residenciales y del coste de las hipotecas, que podrían variar en función del riesgo que suponga para aseguradoras y bancos.

El cambio climático no es algo que afecta solamente a la salud de nuestra flora y fauna, a nuestros bosques y paisajes, a nosotros mismos y a las de nuestros animales. Afecta a muchos aspectos económicos que pueden llegar a poner en jaque también a nuestros bolsillos.