¿Cómo afecta la lluvia a los niveles de polen y la alergia? 

Las precipitaciones juegan un papel fundamental en la limpieza de la atmósfera y reducción de los índices de alergia.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Aunque parezca un poco confuso, la lluvia y los niveles de polen en el ambiente están estrechamente relacionados. Y puede traer de cabeza a las personas que padecen alergia.

Esto sucede porque la lluvia es un fenómeno meteorológico fundamental que no sólo contribuye a humedecer el entorno y aportarle agua. También juega un papel primordial como agente de renovación y limpieza de la atmósfera. Contribuyendo así a reducir la contaminación y los niveles de polen que producen alergia. 

VÍDEO: QUIZÁS TENGAS ALERGIA Y NO LO SEPAS

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Las condiciones ambientales producidas con las precipitaciones, vientos, gotas de agua y elevados índices de humedad, son factores de mucho peso. Y es que tienen una gran relación con los síntomas de alergia que presentan los pacientes. 

¿Cómo funciona la relación entre la lluvia y los niveles de polen? 

En concreto, las lluvias arrastran los granos de polen, los principales responsables de causar alergia, y los depositan en la superficie terrestre. Debido a la humedad que han adquirido y al mayor peso que tienen, el polen se queda en el suelo. Así, no llega a afectar a las vías respiratorias de las personas.  

Además, los vientos arrastran los granos de polen y los difuminan por el entorno, lo que reduce su concentración en el ambiente.  Estas circunstancias hacen que ocurra algo muy interesante. Los niveles de polen que se registran en las estaciones de medición los días de lluvia sean muy inferiores a los de los días soleados. 

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Asimismo, el ambiente que se genera tras los días de lluvia también se ve favorecido por las precipitaciones caídas. Es por ello que la atmósfera permanece libre de niveles de polen durante varias jornadas. De este modo, tanto las lluvias como el viento diluyen los niveles de polen y depositan los granos de polen en los suelos.

Las condiciones ambientales que se dan en los minutos previos a la aparición de las tormentas también pueden llegar a aumentar la concentración de polen

Alergia y asma por tormenta 

Más allá de las precipitaciones, otros fenómenos meteorológicos también tienen una importante relación con los niveles de polen y los síntomas de alergia. Por ejemplo, los eventos extremos pueden incrementar la polinosis, una situación conocida como asma por tormenta. 

Este cuadro clínico se produce porque los fuertes vientos y la caída en tromba de la lluvia rompe los granos de polen. Como consecuencia, se esparcen las proteínas alérgicas por el entorno por encima del suelo, a la altura de las vías respiratorias. 

Así, las partículas de polen más pequeñas pueden afectar de una forma más intensa a los alérgicos. Incluso, incrementar las posibilidades de sufrir un ataque de asma. 

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Es más,  las condiciones ambientales tan concretas previas a la aparición de las tormentas también pueden llegar a aumentar la concentración de polen en el ambiente. Por ejemplo,  incluso antes de producirse las precipitaciones, suele generarse un aumento de la temperatura.

Esto deriva en unos mayores índices de polinosis, ya que las plantas liberan más granos de polen y esporas. Por ello, muchos alérgicos son capaces de predecir cuándo va a llover. Y lo hacen porque ven agravados sus síntomas en los momentos previos a una tormenta o a una fuerte precipitación. 

Conoce la previsión meteorológica y los niveles de alergia 

En ElTiempo.es se pueden conocer tanto la previsión meteorológica para las próximas jornadas como el estado actual de los niveles de polen. Además, se puede consultar por cada una de las provincias españolas. Todo ello, diferenciado por el tipo de planta que presenta los índices más elevados en cada territorio.