¿Cómo afrontará Europa el frío invierno en plena crisis energética?

Se acerca el invierno toda Europa se organiza para afrontar la que podría ser la crisis energética más grande de los últimos años.

Mario Picazo

Mario Picazo

A la espera de ver cómo llega de crudo el invierno este año en Europa, los respectivos gobiernos ya se han puesto manos a la obra con sus planes de gestión energética. Y es que existe la posibilidad de que la actual crisis aumente más de lo previsto. 

La meteorología y las acciones del gobierno ruso son, quizá, las dos variables más importantes en está potencial crisis energética que podrían vivir en muchos rincones de Europa durante los próximos meses. 

Si Rusia recorta aún más el suministro de gas natural, y vivimos situaciones de frío intenso, algunos países se enfrentarían a unos escenarios de abastecimiento energético complicados.

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El abastecimiento de gas natural es cada vez mas complicado para algunos países de la Unión Europea. Fuente imagen: Unsplash

Crisis energética: gas y electricidad peligran estos próximos meses

Los vetos que la Unión Europea va imponiendo a Rusia, junto con el conflicto de Ucrania, ha supuesto el cierre del suministro de gas para el viejo continente. Rusia cierra el grifo y ahora toca depender de un suministro más limitado de otros países como Noruega o Argelia. 

Con eso en mente, la UE y todos sus estados miembros, tienen que planificar cuidadosamente el uso de su gas. Además de otros recursos energéticos naturales que sirvan de complemento al de los combustibles fósiles. 

Sin gas natural, no habrá calefacción para millones de habitantes y en muchos casos tampoco suministro eléctrico. En 2020, el gas ya ayudó a generar cerca de un 20% de la electricidad de la Unión Europea. Solo la mitad de ese combustible se empleó en calefacción.

En 2020 el gas ayudó a generar cerca del 20% de la electricidad que consumió la Unión Europea

A parte de las crecientes restricciones de gas, el problema de abastecimiento de energía ya viene de atrás. La grave sequía y las intensas olas de calor vividas este verano y durante parte del otoño han limitado la producción de energía hidroeléctrica en muchas zonas de Europa.

Hasta las centrales nucleares, de las que tanto depende Francia, han visto su producción limitada. Con las alternativas de energía limpia a la baja. la crisis energética se ha ido agravando mas aún. 

Un plan para reducir la demanda de gas este invierno

Aunque los inviernos tienden a ser cada vez más suaves en Europa, la Unión Europea ya tiene trazado un plan de actuación para limitar el consumo de gas. La idea es reducir un 15% su demanda y poner en marcha desde ya una serie de objetivos para ahorrar electricidad durante los momentos punta del día.

Preocupa también el precio que alcance la electricidad, y la intención parece ser que no se dispare. De no contener el coste, podría ser una losa para muchos ciudadanos, Población que ya está sufriendo las consecuencias de una crisis económica que aumenta semana a semana. 

Uno de los objetivos es ir almacenando todo el gas licuado posible que va llegando vía barcos metaneros de otros países. De esa manera, se puede ir evitando la importación de gas ruso vía gaseoducto.

A pesar de ello, y aunque aumente el almacenamiento de gas, Europa va a depender y mucho de lo frío que sea este próximo invierno.

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La industria es uno de los sectores que mas podría sufrir la falta de abastecimiento de gas. Fuente imagen: Unsplash

Crisis energética: la escasez de gas y el sector industrial

Gran parte del gas Europeo se consume en el sector de la industria, generando electricidad y en sistemas de calefacción. Dado que en invierno la calefacción es fundamental para la supervivencia de millones de europeos,  si el invierno es más frío de lo habitual es probable que el recorte lo sufra la industria.

Reducir el consumo de gas en el sector industrial, sobre todo en procesos de la siderurgia o producción de fertilizantes, ayudaría a conservar una volumen importante de gas. Compensar economicamente a aquellas empresas que consuman menos a costa de perder ingresos, sería también una manera de reducir más aún el consumo. 

En el peor de los casos, los consumidores podrían enfrentarse a apagones de algunas horas al día, un escenario nada deseable pero bastante probable. Serán por lo tanto los consumidores y las industrias, los que tengan que decidir cuál es el escenario más apropiado para optimizar el consumo final. 

 Reducir la demanda de gas y electricidad durante las horas punta, limitando las temperaturas e invirtiendo en eficiencia energética, puede ser la fórmula más razonable.

Es importante que se pongan en marcha aquellas medidas que animen y remuneren a los consumidores para que reduzcan su consumo durante los periodos de tensión. Solo así podremos evitar el peor de los escenarios.