Cómo prepararse para el cambio de hora

Pautas y consejos para adaptarse al cambio de hora que se produce cada año.

Pablo Ramos

Pablo Ramos

Cada cambio de hora genera una modificación de la rutina. Al alterar el horario de una forma repentina, aspectos fundamentales como el sueño pueden verse perturbados, afectando a la vida diaria, al estado de ánimo e incluso a la salud de muchas personas. 

Dependiendo de cada individuo, esta circunstancia incómoda puede prolongarse durante varias jornadas. Pero con el paso del tiempo, el cuerpo se adapta al nuevo cambio de hora y vuelve poco a poco a la normalidad.

«El cambio de horario, aunque sólo sea de una hora, altera el tiempo de exposición al sol durante el día y desequilibra al reloj interno, que tarda varios días en reajustarse». Así lo apuntan desde la Sociedad Española del Sueño (SES).

¿Cuánto tarda el cuerpo en adaptarse al cambio de hora? 

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Fuente imagen: Pixabay

«Cambiar la hora implica un periodo de adaptación y es por ello que se eligió hacer en la madrugada del sábado al domingo», destacan desde SES. 

El periodo de adaptación al nuevo horario varía en función de cada persona. No obstante, se estima que el cuerpo se adapta por completo al cambio de hora en un periodo de entre uno a cinco días. Aunque todo depende del estilo de vida de cada persona y de su rutina de sueño.

¿Cómo prepararse para el cambio de hora? Consejos

Los principales consejos para prepararse cambio de hora y adaptarse al nuevo horario se centran principalmente en mantener un descanso y sueño óptimo y suficiente. Es aconsejable también en los días previos ir modificando levemente la rutina a la hora de irse a dormir, para que las consecuencias del cambio de hora no sean tan bruscas. 

En el caso del cambio de hora de invierno a verano, lo más adecuado es ir a dormir un poco antes de lo habitual en los días previos. Así, el cuerpo se va preparando para el adelantamiento de la hora. 

Otro de los aspectos a tener en cuenta es evitar el consumo de bebidas o alimentos estimulantes, que dificultan la conciliación del sueño. Especialmente a última hora de la tarde y primera de la noche. En este sentido, también se aconseja adelantar un poco el horario de cada comida y evitar las comidas copiosas, especialmente en las cenas. 

Por otro lado, si a la hora de conciliar el sueño existen dificultades, se puede realizar una actividad física moderada durante la mañana o a primera hora de la tarde, para que se produzca un importante nivel de cansancio. Pero nunca en los momentos previos a irse a dormir. Con esto se favorece la conciliación del sueño. 

Por último, se debe evitar el uso de dispositivos electrónicos como televisores, móviles, ordenadores o tabletas en las horas previas de irse a la cama, ya que actúan como un estimulante de la actividad cerebral. Y la luz que emiten puede perturbar el descanso y alterar la rutina de sueño.