Consejos para conducir con nieve de forma segura

Conducir con nieve de forma segura es posible. Un coche con la tracción adecuada aumenta la seguridad en carretera. Toma nota del resto de indicaciones.

Redacción

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Cuando llegan semanas de temporales de nieve a España, una de las principales precauciones que debemos tener en cuenta es a la hora de ponernos al volante. La bajada de las temperaturas provoca heladas, sobre todo a primera hora de la mañana. Si a este fenómeno, le sumas la lluvia, es normal que encontremos nieve en la calzada.

Ya sea en montaña o en ciudad, es fundamental conducir con cuidado con fenómenos meteorológicos adversos y es necesario tener en cuenta además una serie de recomendaciones antes de lanzarte a la pista.

Conducir con nieve de forma segura es posible, pero antes deberás tener en cuenta estas indicaciones para evitar sobresaltos inesperados al volante.

Conducir con nieve. Lo primero, ten en cuenta esto:

La nieve

La mezcla de nieve con el polvo del ambiente, el humo y la grasa del asfalto forman una masa deslizante perjudicial para los vehículos. Por otro lado, aunque la nieve sea virgen, las bajas temperaturas la endurecen, formando peligrosas placas de hielo.

Las placas de hielo

No te confíes, porque las placas de hielo pueden aparecer también en días anticiclónicos. Lo más peligroso es que éstas apenas se aprecian en el asfalto, por lo que tendrás que prestar atención. Toma nota: durante las últimas horas del día y el amanecer suelen formarse con más frecuencia, y sobre todo, bajo los puentes.

El viento

Deberás tener especial precaución con las rachas de viento, imprevisibles en la mayoría de los casos. Ante ellas lo mejor es moderar la velocidad y mantener una sujeción firme del volante.

5 claves para conducir con nieve

1 – Revisa la previsión meteorológica

Siempre que te dispongas a hacer un trayecto en coche en invierno revisa previamente la previsión meteorológica y los partes de nieve. Te ayudará a trazar la ruta con antelación y a equipar tu vehículo con todo lo necesario.

2 – El coche adecuado

El hielo y la nieve influye directamente sobre la adherencia y la conducción. De ahí que un coche con la tracción de las ruedas adecuada sea de vital importancia. La tracción de las ruedas aumenta la seguridad a pesar de que las condiciones de la calzada sean adversas.

Este sistema reparte el par motor entre el eje delantero/trasero y frena de manera selectiva las ruedas con baja adherencia optimizando la tracción en cada momento. Esto garantiza que la trayectoria sea óptima y mejora el control del vehículo.

Además, su eficacia también se pone en práctica al momento de iniciar la marcha sobre terrenos resbaladizos, ya que usa los datos de diferentes sensores que miden el número de revoluciones de las ruedas, giro del volante, la velocidad rotacional y la aceleración transversal del vehículo aprovechando al máximo la adherencia disponible.

3 – Puesta a punto de tu coche

Comprueba que todos los líquidos del coche se encuentran en los niveles adecuados. No te olvides del anticongelante. Pon especial atención también en la dirección del coche y los frenos (discos y pastillas). Mantén en buen estado tus limpiaparabrisas para asegurarte que arrastrarán la nieve eficazmente.

No en todos los coches se pueden colocar cadenas; en cambio neumáticos de invierno sí. Por lo que si vas a conducir en terrenos con nieve con cierta frecuencia su uso es más que recomendable. Su dibujo tendrá al menos una profundidad de 1,6 mm, una condición que te ayudará a evitar los deslizamientos.

4 – ¿Cadenas para la nieve?

Las cadenas siempre en el maletero durante los meses de invierno. En la carretera te puede sorprender en cualquier momento un temporal y deberás tenerlas a mano para conducir con nieve. Aprende cómo ponerlas con antelación para evitar sorpresas de última hora. Si las cadenas de nieve metálicas te parecen muy complicadas, recurre a las de tela (más fáciles de poner y guardar).

5 – Conducción adecuada: velocidad y marchas

Con nieve en la carretera deberás conducir siguiendo estas pautas: mueve el volante con suavidad, reduce la velocidad y circula siempre con marchas largas para evitar perder tracción. Usa las marchas como freno en vez del pedal. Recuerda además mantener la distancia de seguridad y evitar los volantazos.

Por último, otra precaución que debes tomar es evitar pisar las rodaduras que han hecho otros vehículos por delante, porque es en esos espacios donde más hielo se suele acumular.