Las lluvias de esta DANA fueron un 12% más intensas y el doble de probables por el cambio climático

Las fuertes lluvias e inundaciones asociadas a la DANA en nuestro país fueron mas probables y fuertes por el cambio climático.

Mar Gómez

Un reciente estudio preliminar publicado por el World Weather Attribution muestra que las fuertes lluvias e inundaciones asociadas a la DANA que ha golpeado España dejando imágenes desoladoras y decenas y decenas de fallecidos han sido más probables e intensas por el calentamiento global.

El análisis no es un estudio de atribución completo y detallado, ya que los científicos no utilizaron modelos climáticos para simular el evento en un mundo sin calentamiento inducido por el hombre. Sin embargo, explican que basado en las observaciones preliminares se observa una innegable atribución al calentamiento global.

Esto es algo de lo que los expertos llevamos hablando días: una atmósfera más cálida puede contener más humedad, lo que lleva a tormentas y lluvias más fuertes. De hecho la relación Clausius-Clapeyron indica que a 1,3 °C de calentamiento global, la atmósfera puede contener alrededor de un 9% más de humedad.

Por si esto fuera poco el mismo estudio habla de que este evento ha sido el doble de probable por el cambio climático que si no hubiera existido.

La catastrófica DANA tiene el nombre del cambio climático

La causa de este aumento en la severidad de las DANAs está directamente relacionada con el cambio climático. Y aquí no tenemos dudas porque a medida que aumenta la temperatura del planeta, el aire es capaz de retener mayor vapor de agua lo que hace que las lluvias sean más intensas, asociadas a fenómenos como estos. El resultado son lluvias intensas en cortos periodos, que provocan inundaciones repentinas, daños en infraestructuras y ponen en riesgo tanto a las personas como a los ecosistemas.

Además, el mar Mediterráneo, más cálido de lo normal (ya cada vez más cálido por el calentamiento global) a finales de verano es un ingrediente extra a la hora de aportar humedad en Levante.

Esta agua cálida actúa como un «combustible» para las tormentas. A medida que el aire sobre el Mediterráneo absorbe esta humedad adicional y luego se encuentra con masas de aire frío en altura, se generan condiciones perfectas para la formación de lluvias intensas y tormentas torrenciales. Este fenómeno no solo agrava la intensidad de las DANAs, sino que también incrementa la frecuencia y magnitud de lluvias que pueden resultar en inundaciones graves y rápidos desbordamientos de ríos.

Un Mar Mediterráneo que se calienta más rápido de lo normal

De cara al futuro, el continuo aumento de las temperaturas en el Mediterráneo plantea un escenario preocupante en cuanto a la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, especialmente las DANAs. A medida que este mar se calienta, se convierte en un reservorio de energía y humedad que favorece la formación de tormentas más intensas y con mayor capacidad destructiva.

Cuanto más alta sea la temperatura del mar, mayor será la probabilidad de lluvias torrenciales, al aumentar el vapor de agua del aire.

El Mediterráneo es un enclave único donde convergen varios factores que facilitan estos procesos. La combinación de aguas cálidas, masas de aire en niveles altos y una orografía compleja en las costas circundantes crea un «caldo de cultivo» ideal para que los fenómenos meteorológicos se amplifiquen.

Temperatura del mar Mediterráneo este verano. Fuente: puertos del estado.

Con temperaturas cada vez más elevadas, el Mediterráneo aporta más humedad y energía a la atmósfera, lo que, en presencia de masas de aire frío, puede desencadenar lluvias torrenciales y tormentas extremas.

Según los modelos climáticos, se espera que las temperaturas del Mediterráneo sigan aumentando en las próximas décadas, lo que podría potenciar la frecuencia y severidad de estos fenómenos.

Aumento de la temperatura del agua del mar Mediterránea. Fuente: NCEI