Del meteorito de Chicxulub al asteroide 2024 YR4: las colisiones que cambiaron la Tierra
Recordamos los eventos más destructivos de meteoritos en la Tierra en el contexto del posible impacto de un meteorito en 2032.
Redacción
La comunidad científica tiene la mirada puesta en el asteroide 2024 YR4. Es el primer asteroide de la historia moderna que ha activado el Protocolo de Seguridad Planetaria de la ONU por su porcentaje de posibilidad de impacto sobre la Tierra. Este porcentaje es pequeño (un 2% según las últimas estimaciones) pero el suficiente para que se considere una amenaza.
La fecha clave es el 22 de diciembre de 2032. Ese día es cuando las probabilidades de que este asteroide se convierta en meteorito cruzando nuestra atmósfera e impactando contra nuestro territorio. Los investigadores ya han trazado el espacio planetario en donde hay más riesgo de que caiga, llamando en cualquier caso a la calma.
Lo cierto es que a lo largo de la historia, nuestro planeta ha sido testigo de colisiones catastróficas con meteoritos que han cambiado el curso de la vida en la Tierra, desde extinciones masivas hasta explosiones capaces de arrasar miles de kilómetros cuadrados.

Con la ciencia avanzando en el monitoreo y la defensa planetaria, la humanidad se enfrenta a la pregunta clave: ¿estamos preparados para un impacto como los que ya han ocurrido antes?
Historia de los meteoritos que han caído en la Tierra
Uno de los eventos más catastróficos registrados fue el impacto de Chicxulub, ocurrido hace aproximadamente 66 millones de años. Este asteroide de 10 kilómetros de diámetro impactó en lo que hoy es la Península de Yucatán, México, y generó una explosión que provocó incendios globales, lluvias ácidas y un drástico cambio climático que llevó a la extinción de los dinosaurios.

En tiempos más recientes, en 1908, el fenómeno de Tunguska, en Siberia, nos mostró el impacto devastador de un objeto de menor tamaño. Este meteorito tenía un tamaño más parecido al asteroide 2024 YR4 cuya observación se está produciendo ahora.
Este meteorito tenía aproximadamente 50 metros de diámetro y explotó en el aire, la onda expansiva arrasó más de 2.000 kilómetros cuadrados de bosque, liberando una energía similar a la de una bomba nuclear. Afortunadamente, ocurrió en una región despoblada, evitando una catástrofe humana.
Más recientemente, en 2013, el meteorito de Cheliábinsk (Rusia), con solo 20 metros de diámetro, ingresó a la atmósfera y explotó a 30 kilómetros de altitud. Aunque su impacto fue menor, la onda expansiva rompió miles de ventanas y dañó 7.000 edificios, hiriendo a 1.500 personas.
Este evento evidenció la vulnerabilidad de las ciudades ante impactos de meteoritos más pequeños y la necesidad de estrategias de prevención.
Los expertos monitorean todos estos cuerpos espaciales amenazantes
Estos episodios han llevado a la creación de organismos como el Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOCC) de la ESA y la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), que monitorean cuerpos celestes que podrían representar un riesgo para nuestro planeta. Además, la misión DART ha demostrado la posibilidad de desviar asteroides, abriendo el camino para estrategias de defensa ante una amenaza real.
Si bien los impactos de grandes meteoritos son poco frecuentes, la historia nos ha enseñado que pueden ocurrir con efectos devastadores. En el contexto del posible impacto del asteroide 2024 YR4, el monitoreo y la preparación de tecnologías de mitigación se vuelven aspectos cruciales para garantizar la seguridad del planeta.
*Imagen destacada creada con recreación de DALL-e
VÍDEO: ¿QUÉ PASARÍA SI CAE UN GRAN METEORITO EN LA TIERRA?