Día de África: problemas medioambientales del continente

Con motivo del Día de África, repasamos los principales problemas medioambientales del continente, como la sequía o el cambio climático.

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¿Qué se celebra el 25 de mayo en África?

El Día de África se celebra cada 25 de mayo. Según Naciones Unidas, se conmemora la creación de la Organización de la Unidad Africana (OUA), fundada en 1963.

El 25 de mayo de 1963, 32 estados africanos firmaron la Carta fundacional en Addis Abeba, Etiopía. En 2002, la OUA pasó a llamarse la Unión Africana.

¿Qué se celebra en África?

Uno de los hitos significativos de los países de este continente está relacionado con la descolonización. el Día de África es un día festivo en todos los países del continente.

«En el Día de África celebramos la enorme promesa y el potencial de este continente diverso y dinámico», António Guterres, secretario general de la ONU.

No obstante, en el Día de África, el 25 de mayo debemos también atender a los múltiples desafíos que impiden que la región alcance su máximo potencial, incluida la pandemia de COVID 19 y su impacto devastador en las economías africanas, el cambio climático, los conflictos no resueltos y una grave crisis alimentaria.

Principales problemas medioambientales de África

  • Escasez de agua. El 60% de la población no tiene acceso a este recurso.
  • Exceso de polución. Las emisiones no están debidamente reguladas.
  • Deforestación. Creciente degradación y desertificación de los suelos.
  • Megaminería. Explotación minera ilícita a un ritmo insostenible.
  • Caza furtiva. Muchas especies africanas están en peligro de extinción.
  • Sobrepoblación. Más personas de las que sus recursos pueden abastecer.
  • Limitada gestión de residuos. Destaca la gran contaminación de los cuerpos de agua.

Día de África 2022, el año de la nutrición

La Unión Africana ha designado 2022 como el Año de la Nutrición. En el Día de África de este año, el mundo debe unirse en solidaridad con todos los africanos para fortalecer la seguridad alimentaria y poner la nutrición al alcance de todas las personas.

Problemas medioambientales: sequía en el cuerno de África

La situación general en el Cuerno de África, especialmente en países como Kenia, Somalia, Etiopía y Sudán es verdaderamente crítica.

Cerca de 25 millones de personas se encuentran severamente afectadas por la sequía y los conflictos. De no responder a sus necesidades, muchos niños podrían morir.

Cerca de 25 millones de personas se encuentran severamente afectadas por la sequía. Fuente: Pexels.

Las lluvias primaverales llegan tarde y la cantidad de agua caída es muy inferior al promedio. En el condado de Meru, Kenia, se han registrado cantidades entre un 50% y un 70% inferiores.

La población no es capaz de mantener los cultivos, el ganado muere y gente sufre hambrunas.

7,8 millones de personas en Etiopía necesitan ayuda alimentaria

2,6 millones de personas en Kenia necesitan ayuda alimentaria, 3,2 millones en Somalia y 7,8 millones en Etiopía.

Turkana, en Kenia, es uno de los condados más afectados por la sequía, pero también por muchos años de subdesarrollo. Cerca de un millón de personas vulnerables necesitan ayuda urgente para sobrevivir.

Los grupos más afectados por la sequía en África

Los grupos de mayor riesgo son: los pastores, gente que pierde sus animales. En el centro de Somalia, algunas personas han perdido el 46% de su ganado.

El segundo grupo son los agricultores, cuyas cosechas se echan a perder.

Los niños corren un gran riesgo en este momento. Tanto por el riesgo de abandonar el colegio, ya que sus padres no pueden pagarlo o porque están malnutridos y no tienen acceso a agua potable.

Las mujeres cada vez tienen que recorrer distancias más largas para recoger agua para la familia y esto también genera preocupación por su seguridad.

Es cierto que esta zona está expuesta a menores precipitaciones pero el avance del cambio climático está afectando a las personas que menos capacidad tienen para soportarlo.

El impacto en África de la guerra de Ucrania

La guerra en Ucrania está creando una tormenta perfecta para los países en desarrollo, especialmente en África.

Esta crisis está provocando un aumento de los costes de los alimentos, la energía y los fertilizantes con consecuencias devastadoras para la nutrición y los sistemas alimentarios, al tiempo que dificulta aún más que el continente movilice los recursos financieros necesarios para invertir en su población.