El dolor de una tortuga por la contaminación marina

Nathan Robinson y Christine Figgener son dos biólogos que se encontraban investigando tortugas marinas en Costa Rica y el Caribe. En un momento de la investigación observaron una tortuga que tenía algo incrustado en los orificios nasales. Rápidamente se dieron cuenta de que se trataba de una pajita de plástico de 10 centímetros típica de refresco.

Los biólogos vieron que el animal respiraba con dificultad y no podría sobrevivir si no se le extraía. Por lo tanto, se pusieron manos a la obra y lograron finalmente liberar el orificio nasal. En un impactante vídeo de Youtube se puede ver como la tortuga sangra e incluso emite ruidos de dolor.

La propia Figgener aseguró en su cuenta de Facebook que «nunca fui capaz de usar una pajita otra vez después de ver el daño que puede causar. Por favor, sé parte del movimiento que ayuda a reducir el uso de plásticos en nuestra vida diaria. Con tu ayuda, podemos asegurarnos de que esto no volverá a pasar».

Tras el suceso los biólogos denunciaron las consecuencias para los animales de verter plásticos en el mar. Robinson aseguró que «hay una solución y está en nuestras propias decisiones. Por favor, decid no a todos los productos de plástico de un solo uso. Cada pajita de plástico, cada bolsa de plástico, o cada botella de plástico que termina en los océanos podría significar la diferencia entre la vida o la muerte para un alto número de animales marinos».

Quizás el dolor provocado a esta tortuga sirva en un futuro para concienciarse y darnos cuenta de las consecuencias de lanzar objetos al mar.

AVISO: Estas imágenes pueden herir la sensibilidad de algunas personas.