Día de la Paz: el cambio climático puede causar guerras

La falta de recursos o los desplazamientos de población son algunas de las causas que generan guerras por el cambio climático.

Mario Picazo

Mario Picazo

Si hay algo claro, es que la historia de la humanidad siempre ha estado marcada por las guerras entre los seres humanos. Esto lleva sucediendo desde la Antigüedad hasta hoy en día. Sin embargo, el tipo de guerras (o más bien la causa de estas) ha ido variando con el paso del tiempo.

De esta manera, hoy en día, uno de los motivos que pueden desencadenar conflictos (por muy difícil que sea de creer) es el cambio climático. De hecho, se ha estudiado que, de seguir con el pronóstico sobre el calentamiento global y el cambio climático que tiene los científicos y expertos, estos sean las causas principales de guerra en un futuro.

Guerras por el cambio climático: ¿por qué ocurren?

A nadie le resulta extraño que el control de los recursos naturales que ofrece la Tierra supone más poder para los países que los poseen dentro de sus fronteras. Muestra de ello es la crisis que está sufriendo Europa como consecuencia de la guerra de Rusia contra Ucrania.

Con este conflicto se puede demostrar cómo las energías renovables deberían ser la fuente principal de energía de Europa. De esta manera, la dependencia del gas proveniente de Rusia no comprometería de una manera tan delicada al funcionamiento de algunos países europeos.

Guerras por el cambio climático
El cuerno de África, una región conocida por ser la más pobre del planeta, comprende países que sufren conflictos y guerras derivadas por el cambio climático. Eritrea es un ejemplo de ello. fuente: Pixabay

Pero, en ciertas partes del mundo, especialmente en África, recursos tan básicos como el agua, son la fuente de guerras y conflictos. Por ello, cuando se producen sequías graves (y se cree que el cambio climático antropogénico es el que las provoca cada vez con más frecuencia) las consecuencias son nefastas.

Tampoco es positivo, en su extremo opuesto, las lluvias extremas y sus consecuentes inundaciones. Estas pueden causar las mismas pérdidas en las cosechas que una sequía severa y prolongada. Y es que, aunque la situación ha cambiado en el último siglo, muchos países de África todavía hoy subsisten gracias a la agricultura y a la ganadería.

Sudán, el país con la primera guerra climática registrada

Según Harald Welzer, autor del libro «Guerras Climáticas» e investigador del programa de «Investigación sobre el Clima», la primera guerra o conflicto humano registrado que puede considerarse como un guerra climática es el conflicto de Darfur que, a día de hoy, sigue en curso.

Darfur es una región de la zona oeste de Sudán. Antes de empezar a detallar la problemática del lugar, cabe destacar que se trata de un país localizado en lo que se conoce como el cuerno de África, una de las regiones más pobres de la Tierra.

Aunque los expertos hablan de un conflicto étnico y racial, en Darfur el clima y la geografía fueron uno de los componentes que desataron también la guerra. Y es que, en el norte de Darfur conviven etnias negras africanas con otros pueblos cuyo origen es árabe.

Mientras los primeros se dedican, principalmente, a la agricultura, el segundo grupo subsiste gracias al pastoreo nómada. Siendo Sudán una región especialmente seca, un episodio de sequía extrema (ocurrida entre 1985 y 1988 y con su consecuente hambruna) originó el primer conflicto entre estos dos grupos.

El CSIC y otros estudios

Cuando las poblaciones son afectadas por las consecuencias del cambio climático, que influye de manera especial a zonas como África, produce muchos movimientos migratorios. El término acuñado para estos desplazados es el de refugiado climático.

Siendo África un país con tanta variedad de religiones, pueblos, etnias y culturas (algunas radicalmente opuestas entre ellas) estos desplazamientos de refugiados climáticos pueden ser la causa de tensiones entre núcleos de población y acabar en guerras, como ya ha sucedido en Sudán.

Así lo relata un estudio reciente de la Universidad de la Universidad de Stanford, que ha descubierto la relación entre el aumento de las temperaturas en África y los conflictos civiles. Cuando se produce un aumento de 1ºC en las temperaturas, los conflictos civiles se incrementan entre un 20% y un 30%.

El continente africano es una de las regiones más castigadas por la falta de agua. Fuente imagen: Pixabay

Por otro lado, el CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) también ha estudiado este fenómeno de la mano de otros centros e instituciones de prestigio. Entre otras, el Instituto INGENIO, la Universidad Politécnica de Valencia, la Universidad de Roma y la Universidad de Urbino Carlo Bo.

Para poder sacar una conclusión bien fundamentada, utilizaron un periodo de datos desde 1990 hasta 2016. Las conclusiones de este estudio lanzan afirmaciones muy parecidas a la de la Universidad de Stanford.

Así, concluyen que una continua y alargada subida de las temperaturas y precipitaciones hace que se produzcan hasta 4 o 5 veces más conflictos. Más allá de las áreas afectadas, el radio del conflicto se puede expandir hasta 550 kilómetros.