El cometa Leonard se aproxima al Sol: ¿Cómo observarlo desde La Tierra?

El cometa Leonard, el mejor cometa de 2021, ya está aquí. Las claves sobre su trayecto y los mejores días y horas para observarlo desde la Tierra.

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

El cometa Leonard, el mejor cometa de 2021, ya está aquí. Después de casi un año de seguimiento, en el que se anunciaba que podríamos estar ante un cometa espectacular (en mayor o menor grado) ha llegado el momento de intentar observarlo.

El cometa Leonard es visible a simple vista, pero no es comparable al cometa Neowise

En estos momentos, el cometa Leonard se encuentra en torno a la magnitud 5. Aunque está por encima de la magnitud necesaria para ser visible a simple vista, no es tan simple como en el caso de una estrella. Si disponemos de unos prismáticos astronómicos (incluso unos baratos, de 10×50, serán más que suficientes) podremos disfrutar de un gran espectáculo.

Es visible poco antes del amanecer y, aproximadamente desde el 14 de diciembre, también al atardecer, muy cerca del horizonte tras la puesta de sol. A finales de diciembre y principios de enero, el cometa Leonard también será visible desde el hemisferio sur.

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El cometa se está acercando todavía al Sol, y su distancia mínima a la Tierra se produjo el pasado 12 de diciembre, a una distancia de 34 millones de kilómetros. El 18 de diciembre, pasará a apenas 4 millones de kilómetros de Venus. Alcanzará su perihelio, el punto más cercano de su órbita alrededor del Sol, el próximo 3 de enero, a una distancia de 56 millones de kilómetros.

Ese es el momento, por lo general, en el que los cometas alcanzan su máximo brillo. Leonard ha ido aumentando su brillo regularmente y es el más espectacular que podremos observar este año. No será comparable a Neowise, visto en 2020.

Si disponemos de unos prismáticos astronómicos (incluso unos baratos, de 10×50, serán más que suficientes) podremos disfrutar de un gran espectáculo.

Aun así, se espera que pueda llegar a alcanzar una magnitud aparente de 4. Esto, aplicado a estrellas, querría decir que sería fácilmente visible desde muchos lugares del mundo. El inconveniente es que los cometas son objetos difusos, por lo que son más difíciles de ver.

Si nos encontramos en un lugar con poca contaminación lumínica, y buenas condiciones de observación, es posible que lleguemos a verlo sin dificultades. Pero lo recomendable, en este caso, es disponer de unos prismáticos astronómicos si tenemos la oportunidad. Además, nos encontramos ante un cometa especial por su órbita.

Un cometa que no visita el interior del Sistema Solar a menudo

El cometa Leonard tiene una órbita tremendamente grande. Se calcula que, en su afelio, en el punto de su órbita más alejado del Sol, se encuentra a 3500 veces la distancia que separa a la Tierra del Sol. Su órbita se calcula, aproximadamente, en unos 35 000 años.

Además, tiene la particularidad de ser un cometa muy rápido. En relación a la Tierra, se mueve a una velocidad de 70 km/s. A pesar de ello, dadas las distancias en el espacio, no veremos un movimiento apreciable en el cometa, a menos que lo podamos ver durante grandes períodos de tiempo. Así que, como en otros casos, es un cometa especial.

Contaminación lumínica de Nueva York. Crédito: Wikimedia Commons/Charliebrown34

No porque nos vaya a dejar un espectáculo en el firmamento (a menos que dispongamos de telescopio o prismáticos astronómicos). Simplemente, por el hecho de que pocos seres humanos podrán presumir de haberlo visto. En cuanto a espectacularidad, quizá el cometa más similar que podamos mencionar es el cometa Wirtanen, que tarda algo más de 5 años en orbitar al Sol y que, en 2018, llegó a alcanzar una magnitud cercana al 3.

Hay que recordar que la escala de magnitud aparente mide, simplemente, el brillo que un objeto parece tener desde la Tierra. Por extraño que pueda parecer, funciona a la inversa.

El cometa Leonard es una de las grandes citas que nos queda en las últimas semanas de 2021.

Es decir, un objeto de magnitud 6 es mucho más tenue que uno de magnitud 4. A su vez, uno de magnitud 0 es mucho más brillante que uno de magnitud 3, pero mucho menos que uno de magnitud -4 (como curiosidad, la magnitud aparente del Sol es de -26).

Por lo general, en el caso de estrellas, podremos ver a simple vista aquellas que estén por debajo de la magnitud 6. En el caso de cometas, su naturaleza los convierte en objetos más difíciles de observar a menos que sean tremendamente brillantes. El cometa Leonard, a pesar de ser más modesto que Neowise, entra en esa definición.

Cómo localizar el cometa Leonard en el firmamento

Siempre que el cometa no se descomponga (algo que ya sucedió en 2020 con el cometa Atlas, que prometía ser uno de los más espectaculares de la historia), podremos ver el cometa en el atardecer, a partir de entre el 14 y 16 de diciembre, muy cerca del horizonte. Estará justo por debajo de Venus, en dirección sudoeste, y necesitaremos disponer de un horizonte muy despejado.

Con el paso de los días, su posición en el horizonte se irá elevando ligeramente. El 17 de diciembre estará, aproximadamente, justo debajo de Venus. El mejor momento, si queremos intentar verlo, será al atardecer, media hora tras la puesta de sol.

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El cometa ATLAS, observado el 14 de marzo de 2020. Crédito: Martin Gembec

Si podemos observar Venus, probablemente tengamos un horizonte lo suficientemente despejado como para encontrar a Leonard a poca distancia. Sin embargo, es necesario recordar que la contaminación lumínica es un factor importante.

Si vivimos en lugares con contaminación lumínica destacable (incluyendo, por supuesto, las grandes ciudades) la posibilidad de verlo es tremendamente remota. Incluso desde lugares con cielos oscuros, a simple vista, Leonard será un objeto difícil de observar. Por lo que no podemos dejar de enfatizar la importancia de poder utilizar prismáticos astronómicos o un telescopio.

Sea como fuere, el cometa Leonard es una de las grandes citas que nos queda en las últimas semanas de 2021.

En 2022 tendremos muchas nuevas oportunidades para observar el firmamento. La primera será una lluvia de estrellas, las Cuadrántidas, que alcanzarán su pico de actividad en la noche del 3 al 4 de enero y que son capaces de, en condiciones ideales, llegar a dejar hasta 120 meteoros por hora.

A eso habrá que sumarle las habituales lluvias de estrellas, conjunciones… y quién sabe, quizá en 2022 también podamos observar algún cometa. Pero, por ahora, ¡Hay que intentar observar el cometa más brillante de 2021!