El invierno 2021-2022 fue extremadamente seco y muy cálido

Este pasado invierno 2021-2022 destacó por ser extremadamente seco, siendo el segundo más seco desde 1961. También fue muy cálido.

Roberto Granda

Roberto Granda

El invierno 2021-2022 se ha caracterizado por ser muy cálido, y, sobre todo, extremadamente seco. Ha sido el segundo invierno más seco desde 1961, sólo superado por el invierno 2011-2012. Además, ha estado marcado por el calor, con temperaturas anómalas, especialmente en las máximas durante diciembre y febrero.

El invierno que pareció primavera

Si por algo destacó la pasada estación, fue por su anomalía. El invierno 2021-2022 ha estado marcado por su carácter extremadamente seco y muy cálido. Ha sido el «invierno menos invierno» en gran parte del país en los últimos 70 años.

Un invierno de pocos abrigos

Diciembre destacó por ser un mes cálido, especialmente en sus dos últimos días. Durante el 30 y 31 se batieron numerosos récords de temperatura máxima en el país, con un final de año que pareció abril en vez de diciembre.

En enero, si bien las máximas estuvieron por encima de la media, las mínimas descendieron considerablemente. Propiciado por la estabilidad imperante gracias al anticiclón, las noches convirtieron el interior peninsular en un pequeño congelador, con numerosas estaciones registrando mínimas extremadamente bajas día tras día.

En el mes de febrero, las temperaturas fueron muy cálidas, y las anomalías frías de las mínimas se redujeron notablemente en casi todo el país. Destacó, no obstante, por la importante anomalía cálida que presentaron las temperaturas máximas, con diferencias respecto a la media que superaron los 3ºC en amplias zonas del territorio.

invierno 2021-2022 extremadamente seco

Todo esto hace que, en el conjunto de los tres meses invernales, las temperaturas se hayan situado en promedio 1.5ºC por encima de lo normal en España. Ha sido el cuarto invierno más cálido de la serie histórica, y el tercero más cálido del siglo XXI.

El invierno 2021-2022 destacó por ser extremadamente seco

No obstante, lo más destacado ha sido sin duda la acusada escasez de precipitaciones durante los tres meses invernales, especialmente enero y febrero. Según informa AEMET, el valor medio de las precipitaciones para el trimestre alcanzó los 89mm en todo el país.

Esto supone apenas un 45% de lo normal, aunque cabe destacar que en la vertiente mediterránea no se alcanzó ni el 25% de lo normal. En las islas Baleares fue el invierno más seco de la historia, y en las Canarias fue muy seco.

Porcentaje de la precipitación respecto a lo normal. Fuente: AEMET

Este invierno tan seco ha propiciado que la situación se pueda catalogar como sequía meteorológica en gran parte del país. Tal y como muestra el índice de precipitación estandarizado contando la evapotranspiración (SPEI), en el período de los últimos 2 años, la sequía se concentra en la vertiente atlántica, especialmente en el Guadalquivir. Únicamente ha habido una situación clara de superávit en la vertiente mediterránea.

La primavera quiere ser algo más movida

Si bien las previsiones estacionales nos indican una primavera seca y más cálida de lo normal, por ahora marzo está resultando húmedo en muchas zonas. El paso de algunas pequeñas bajas está consiguiendo inestabilizar la atmósfera en el país, con lluvias que en algunas zonas están siendo abundantes.

Analizando las relaciones entre patrones atmosféricos, los datos nos indican que cuando persiste el fenómeno de La Niña en primavera en el Pacífico (como parece que será), las precipitaciones en nuestro país tienden a estar algo por encima de la media en el trimestre primaveral (marzo, abril y mayo). Habrá que ver la evolución, pero esperemos que continúen las lluvias para mitigar los efectos de la sequía.

Correlación entre la oscilación NIño-Niña y las precipitaciones primaverales. Fuente: Climate Reanalyzer