El otoño dejará sitio a un invierno que romperá moldes: más calor y sequía en el suroeste
La recta final del otoño y arranque del invierno tendrá un carácter más cálido y seco de lo normal.
Mar Gómez
La recta final del otoño y el arranque del invierno vendrán marcados en España por temperaturas superiores a la media y por un déficit de precipitación especialmente acusado en el suroeste, según los últimos datos climatológicos y las previsiones para el trimestre noviembre–diciembre–enero.
El invierno que se resiste al frío: temperaturas por encima de lo habitual
Los mapas de anomalías térmicas muestran un escenario claro: el trimestre será más cálido de lo normal en gran parte del país, con especial incidencia en el Cantábrico, el valle del Ebro, el área mediterránea y Baleares.

Las capitales analizadas reflejan esta tendencia. Tomando como referencia el periodo 1991–2020, las medias normales del trimestre ya muestran inviernos relativamente suaves —por ejemplo, 15,6 °C en noviembre en Valencia o 15,2 °C en Sevilla— y todo apunta a que este año se situarán aún por encima.

A nivel peninsular, la serie histórica confirma la tendencia: la temperatura media del trimestre NDE (noviembre-diciembre-enero) ha subido más de un grado desde los años 60, alcanzando picos recientes como los 10,7 °C del invierno más cálido registrado en la serie.

Un suroeste más seco: las lluvias se harán de rogar
En cuanto a las precipitaciones, la previsión nos da una distribución desigual:
- Más seco de lo normal: Extremadura, oeste de Andalucía y zonas de Castilla y León.
- Ligero déficit: área central y parte del sur peninsular.
- Dentro de la normalidad: Mediterráneo, Cantábrico, valle del Ebro y este peninsular.

Las medias climáticas del trimestre muestran la enorme diferencia entre regiones: mientras Bilbao supera los 160 mm en noviembre, ciudades como Madrid o Sevilla rondan los 50–70 mm.
Un invierno más cálido y con menos borrascas atlánticas podría agravar la sequía en las cuencas del Guadiana y Guadalquivir.

España se encamina hacia un invierno suave, con menos frío invernal clásico y lluvias repartidas de forma desigual, un patrón que encaja con la línea de calentamiento observada durante las últimas décadas. El resultado será un arranque de temporada poco invernal.