El papel del espacio en las guerras

La guerra entre Rusia y Ucrania también está afectando a las relaciones entre Roscosmos, la agencia espacial rusa, y el resto del mundo.

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

La guerra entre Rusia y Ucrania nos ha dejado multitud de noticias respecto a lo que está sucediendo en tierra firme. Pero, más allá de la atmósfera de nuestro planeta, las consecuencias del conflicto también se están dejando sentir…

La relación de Roscosmos con el resto del mundo se enfría como consecuencia de la guerra

Desde que Rusia comenzase la invasión de Ucrania, hemos oído hablar de los ataques que se están llevando a cabo por tierra y aire. De manera casi inmediata, la NASA y Roscosmos aseguraban que las tensiones no se trasladarían al espacio. La exploración espacial parecía, una vez más, un recordatorio de que es posible hacer las cosas de una manera diferente.

Pero esa aparente cordialidad y calma no duró mucho tiempo. Dimitry Rogozin es el director de Roscosmos, la agencia espacial rusa. Tras el arranque de la invasión, no tardó en comenzar a tomar medidas.

guerra
La nave Soyuz MS en el espacio. Crédito: NASA

Si bien es cierto que algunas suceden en respuesta a las sanciones impuestas a Rusia por parte de otros países. Una de las primeras medidas fue la de retirar al personal de la agencia espacial de Guyana Francesa.

En este territorio de ultramar francés, en el norte de Sudamérica, está el Centro Espacial Kourou. Desde allí, la compañía Arianespace realiza sus lanzamientos. Entre los diferentes cohetes que utilizaban, se encuentran los cohetes Soyuz, proporcionados por Rusia. La retirada del personal de Roscosmos imposibilita su uso.

En el momento en el que Rogozin anunció la decisión, Rusia ya estaba comenzando a enfrentarse a las primeras sanciones. Por lo que, en cierto modo, se puede entender como una forma de, a su manera, sancionar a otros países.

A pesar de ello, la noticia no dejó de ser sorprendente, porque la cooperación en todo lo relacionado con la exploración espacial ha sido la tónica dominante en los últimos años. Sin embargo, solo fue el primer paso de una serie de medidas y comentarios que, en algunos casos, resultó más bien desconcertante.

La cancelación del lanzamiento de los satélite de OneWeb…

El pasado 4 de marzo, la compañía británica OneWeb debería haber llevado a cabo un lanzamiento espacial desde el cosmódromo de Baikonur. Ubicado en Kazajistán, es el centro de lanzamiento desde el que Roscosmos lleva a cabo sus actividades.

La compañía británica, al igual que SpaceX (de Elon Musk) con su constelación Starlink, está desplegando su propia red de satélites de telecomunicaciones. Unos días antes del lanzamiento, Rogozin anunciaba que solo se procedería con el lanzamiento de OneWeb si se cumplían dos condiciones:

– Por un lado, la compañía debía asegurar que esos satélites no se utilizarían con fines militares.

– Por otro, Dimitry Rogozin exigía al gobierno de Reino Unido que retirase su participación de la compañía. Desde el propio gobierno, comunicaron su negativa a Rogozin.

guerra
60 satélites Starlink a punto de desplegarse en el espacio tras su lanzamiento. Crédito: SpaceX

La propia OneWeb informaba de que había decidido cancelar el lanzamiento previsto de sus satélites, así como todos los que quedaban pendientes con Roscosmos. Algo que obligará a la compañía a buscar un nuevo socio para seguir desplegando su red de satélites.

El jueves 3 de marzo, el personal de Roscosmos (cuando el lanzamiento todavía estaba pendiente de cancelarse o no) procedió a tapar, en el cohete que iba a lanzar los satélites, las banderas de aquellos países que habían aplicado sanciones a Rusia.

Al día siguiente, se vio como decoraban con V y Z parte de la maquinaria del cosmódromo. Un movimiento de apoyo al ejército ruso, que usa ambas letras para indicar desde qué lugar se están adentrando en el territorio de Ucrania.

https://twitter.com/AuerSusan/status/1499693191750160384

… y las amenazas con la Estación Espacial Internacional

La Estación Espacial Internacional tampoco se ha librado de los comentarios de Dimitry Rogozin. El director de Roscosmos preguntaba, en un momento dado, cómo lograría Estados Unidos mantener la estación en órbita sin la ayuda de Rusia.

En realidad, no es descabellado, en cuanto a que en la actualidad se usan las cápsulas Progress (enviadas por Roscosmos) para, de cuando en cuando, aumentar la órbita de la estación y así evitar que pueda entrar en la atmósfera de la Tierra. Así, Rogozin aseguraba que sin su ayuda no se podría salvar la estación.

La Estación Espacial Internacional. Crédito: NASA

En realidad, es una exageración. El propio Elon Musk ha contestado a Rogozin en diferentes ocasiones, en estos últimos días. Las cápsulas Dragon y Crew Dragon de la compañía, probablemente, podrían cumplir con esa función con diferentes ajustes.

La Agencia Espacial Europea también ha salido al paso, al informar de que la misión Exomars 2022, que iba a enviar al róver Rosalind Franklin a Marte, en este mismo año, seguramente no se llevará a cabo. Las sanciones a Rusia, apoyadas por la agencia, dificultan enormemente que la misión siga adelante… al menos por ahora.

La misión, si no se lanzase en 2022, tendrá que esperar a 2024, como mínimo, para poder partir rumbo al planeta rojo. En cuanto a la vida en la estación en sí, la tripulación (en la que se encuentran cosmonautas y astronautas estadounidenses) sigue viviendo su día a día con aparente normalidad.

En el aire, sin embargo, crecen las dudas respecto a durante cuánto tiempo funcionará la estación. De momento, el acuerdo llega hasta 2024. Estados Unidos quiere prorrogarlo hasta 2031, pero Rusia todavía no se ha sumado a ese cambio… y podría no hacerlo.