El simpático recibimiento que hizo una manada de delfines a los astronautas al aterrizar
La cápsula Dragon Freedom amerizó con éxito, pero lo que nadie esperaba era la llegada de un grupo de delfines que rodeó la nave, ofreciendo una bienvenida tan curiosa como fascinante.
Redacción
Un insólito recibimiento aguardaba a los astronautas Barry “Butch” Wilmore, Sunita “Suni” Williams, Nick Hague y Aleksandr Gorbunov tras su retorno a la Tierra.
Al tocar aguas del Golfo de México, la cápsula SpaceX Dragon Freedom no sólo fue escoltada por los equipos de rescate, sino también por un grupo de delfines que nadó en círculos a su alrededor, convirtiendo el amerizaje en una escena de ciencia ficción.
Un comité de bienvenida inesperado
Desde el centro de control de SpaceX, la gerente de ingeniería Kate Tice narraba el amerizaje cuando la inesperada aparición de los cetáceos la dejó sin palabras. «¡Guau! No es solo uno o dos, es una manada entera de delfines rodeando la cápsula», exclamó.
Las imágenes captadas por drones de la NASA mostraban a los delfines nadando en círculos, aparentemente atraídos por el inusual objeto flotante.
Según Todd Speakman, biólogo marino de la Fundación Nacional de Mamíferos Marinos, este comportamiento es común en especies como los delfines Stenella, conocidos por su naturaleza extremadamente inquisitiva. «El ruido, las vibraciones y la presencia de equipos en el agua fueron suficientes para despertar su curiosidad», explicó.
¿Por qué los delfines se acercaron a la cápsula?
El océano es su hogar, y cualquier novedad en la superficie despierta la curiosidad de estos inteligentes cetáceos. Los delfines Stenella, frecuentes en el Golfo de México, son conocidos por su comportamiento exploratorio.
Su sistema de ecolocalización les permite percibir cambios en el agua con una precisión asombrosa, lo que explicaría su rápido acercamiento a la cápsula tras el amerizaje.
No es la primera vez que estos animales interactúan con objetos artificiales en el mar. Equipos de exploración submarina han registrado avistamientos de delfines investigando embarcaciones, boyas e incluso sumergibles, mostrando una fascinación innata por lo desconocido. En este caso, la llegada de una estructura metálica flotante, acompañada de sonidos y vibraciones inusuales, fue un imán para ellos.