Mario Picazo
Los posos de café que se generan a diario en muchos rincones del mundo tienen múltiples usos. Con frecuencia pasan a formar parte del suelo pero también sirven como abono local para plantas amantes de los ácidos o incluso para cierto tipo de hongos. Hasta en algunas ocasiones se llegan a emplear como repelente de insectos.
Más allá de esos variados usos, ahora hay uno de mayor envergadura planteado por un equipo de investigadores australianos. La idea es utilizar posos de café para aumentar la resistencia del hormigón y así hacer que las estructuras sean más sólidas.
Hormigón más fuerte y a la vez menos contaminante
Incluir posos de café en el cemento puede conseguir que este sea un 30 por ciento más fuerte de lo habitual. Pero, aparte de ayudar a construir estructuras más resistentes, con su uso también se reducirían los residuos orgánicos y por lo tanto las emisiones de gases de efecto invernadero que genera.
Incluir posos de café tratados en el hormigón puede aumentar su resistencia hasta un 30 por ciento a la vez que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero
Los humanos consumimos mucho café, y cada año, generamos nada más y nada menos que cerca de 10.000 millones de kilogramos de residuos. Casi todo ese volumen termina en los vertederos de muchos países donde no hay intención de ser reutilizado.
Todas las emisiones que generan los restos del café en los vertederos son un desafío medioambiental. Se emite una enorme cantidad de gases de efecto invernadero, entre los que destacan dos muy activos, el metano y el dióxido de carbono.
Eliminarlo no significa incorporar el poso del café directamente a la mezcla del hormigón ya que eso lo debilitaría. El método consiste en primero, a ser posible con energía limpia, calentar los restos de café a más de 350°C mientras se le elimina el oxígeno.
El proceso, conocido como pirolisis, sirve para descomponer las moléculas orgánicas del café, y generar un carbón vegetal poroso y rico en carbono llamado biocarbón. El producto resultante tiene la propiedad de que ayuda a formar enlaces que se pueden incorporar en la matriz del cemento.
Café para abastecer la creciente demanda del sector de la construcción
El sector de la construcción es de los que más crecen a nivel mundial. Disponer de una mayor volumen de hormigón implica un uso intensivo de ciertos recursos. El proceso contribuye al Cambio Climático ya que se aumenta la emisión de gases de efecto invernadero.
La propia extracción de materiales, como la arena que se emplea para su elaboración, también impacta seriamente sobre el medio ambiente. Normalmente se obtiene de lechos y orillas de ríos y acaba en algún tramo del proceso industrial de la construcción.
Dado el ritmo de crecimiento del sector, para muchos obtener materia prima al ritmo demandado es un auténtico desafío. Por una parte surge la limitación del recurso en sí que cada vez es más escaso. Por otra, el impacto ambiental que conlleva la extracción de arena.
Pero según los expertos que han dirigido el estudio, se puede aplicar una metodología de economía circular para aliviar el estrés del sector. Lo primero sería mantener los desechos orgánicos fuera de los vertederos, pero también preservar mejor nuestros recursos naturales como la arena.
Como todo proceso industrial de última generación ahora toca ver cómo evoluciona este nuevo producto en el tiempo. Hay que evaluar la durabilidad a largo plazo del nuevo cemento. Comprobar cómo se comporta en diferentes condiciones ambientales.
Con bajas temperaturas, durante un proceso de descongelación, absorbiendo agua, expuesto al intenso sol y a otros muchos factores medio ambientales extremos que puede generar el nuevo clima en el que vivimos .
La investigación de este tipo también se está ramificando hacia otros productos. En la actualidad a parte de restos de café se está trabajando en la creación de biocarbón a partir de otras fuentes de desechos orgánicos. La madera, restos de alimentos o desechos agrícolas son solo algunos de los elementos que en un futuro podrían encontrar otros usos.