El grave estado de los acuíferos de España

Cuando se habla de reservas de agua, se suele hablar de embalses. No obstante, los acuíferos se encuentran también en muy mal estado.

Roberto Granda

Roberto Granda

Cuando hablamos de problemas de agua en España se suele hacer referencia al mal estado de los embalses. No obstante, estos son sólo una parte de las reservas de agua. Los acuíferos, a veces muy olvidados, constituyen una pieza clave. Tanto por su regulación de flujos naturales (manantiales) como por sus usos extractivos.

Así pues, ¿cómo se encuentran? La realidad es dura y clara: el estado de los acuíferos en España es grave en muchos casos.

Los acuíferos en España, en estado crítico

Mucho hablamos generalmente del estado de los embalses al analizar el problema de agua en España. Si bien es cierto que esto es relevante, y que son claves, no son el único factor. Aparte de los embalses, gran parte del agua consumida procede de las reservas que se encuentran bajo tierra, no sobre esta.

Hablamos, pues, de los acuíferos que, tal y como se constata en un informe reciente emitido por Greenpeace, se encuentran en un estado crítico.

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El estado de los embalses continúa empeorando semana tras semana en todo el país. Fuente imagen: ElTiempo.es

El informe analiza el estado tanto cuantitativo como cualitativo de las aguas. Dicho de otro modo, analiza el grado de explotación de la reserva subterránea y cómo de contaminada se encuentra (así como sus posibles causantes).

En cuanto al estado cualitativo, el informe concluye que el 30% de las masas subterráneas analizadas se encuentran en mal estado químico. Esto supone un total de 243 masas de agua subterráneas. Las causas principales de contaminación son los nitratos, pero también destacan otras fuentes contaminantes como los plaguicidas o los metales.

El mal estado químico es especialmente destacable en Fuerteventura (100% de sus masas subterráneas), Gran Canaria (80%) o Guadiana, con también el 80%. La cifra es también muy abultada en la cuenca del Tinto, Odiel y Piedras (Huelva), donde se alcanza el 75% de los acuíferos en mal estado químico.

Entre los contaminantes más habituales, como se mencionó, se encuentran los nitratos. Estos proceden en gran medida de la contaminación derivada de las macroexplotaciones ganaderas, especialmente en el caso del ganado porcino, de acuerdo al informe.

Estado de las masas de agua subterráneas. Fuente imagen: Greenpeace España

El estado cuantitativo es muy malo en muchas zonas

No obstante, quizá el factor más relevante en más de una región sea el estado cuantitativo, ya que se puede sumar a la sequía en superficie. Así pues, encontramos que 220 masas de agua se encuentran en un mal estado cuantitativo.

Si las extracciones se realizasen de acuerdo a la capacidad regenerativa del acuífero (contando lo que se recarga anualmente), no habría problemas en el estado cuantitativo. No obstante, la realidad es muy distinta, y es que hay zonas donde la sobreexplotación de los acuíferos es una realidad.

Así pues, destacan cuatro grandes zonas: Tenerife (100% de sus masas), cuenca del Segura (60%), cuencas internas de Cataluña (57%) y cuenca del Guadiana (55%). Otros casos relevantes son el Guadalquivir, las cuencas mediterráneas andaluzas o el Júcar.

De los mencionados previamente, dos casos son muy destacados. El primero es el Segura. Esta región del país, de por sí muy seca (su clima es muy árido, con precipitaciones en general escasas), está sometida a una presión sobre el agua que excede con creces la capacidad hídrica de su territorio y su realidad climática.

Así pues, encontramos acuíferos como el de Mazarrón que están explotados al 460% de su capacidad anual.

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Las Tablas de Daimiel. Fuente imagen: Pixabay

El segundo caso destacado es el Guadiana. La conversión de secano a regadío de numerosísimos cultivos provoca una presión insostenible sobre el recurso hídrico en la región. El conocido como Acuífero 23 (separado en Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus-Valdelobos) está en las últimas.

El índice de explotación excede el 300% de la capacidad de regeneración anual, y esto se traduce en cada vez menos agua.

Entre las consecuencias más conocidas de esta sobreexplotación en el Guadiana se encuentra la pérdida casi absoluta de la lámina de agua de las Tablas de Daimiel, Parque Nacional de Ciudad Real de extrema relevancia e importancia para numerosas especies de aves en nuestro país.

En 2027 la situación podría ser mucho peor

De acuerdo al informe, y si no se revierten los actuales consumos desmesurados y las prácticas contaminantes, es muy probable que para el año 2027 la cantidad de masas de agua que se encuentren en mal estado sea muy mayor, alcanzando por tanto un mayor porcentaje total de masas afectadas.

Cabe destacar que todos estos datos se han obtenido de fuentes públicas, especialmente de los informes propios de las cuencas hidrográficas en sus Planes Hidrológicos.

Si no se revierte la tendencia de consumo de agua, el panorama no es bueno. A esto se suma que, en las últimas décadas, las lluvias en la vertiente atlántica no parecen estar pasando por su mejor momento, tal y como ya analizamos en este artículo.