Estado de los embalses en España: ¿Cómo influirán las lluvias de Garoé?

Os contamos si las lluvias de esta semana provocadas por la borrasca Garoé ayudarán a paliar la situación de sequía.

Mar Gómez

La borrasca atlántica Garoé ha llegado a la Península Ibérica, trayendo consigo un cambio importante de tiempo con lluvias empujadas por los vientos Ábregos. A partir del lunes 20 de enero, se esperan lluvias generalizadas en gran parte de la Península, siendo más intensas en el cuadrante suroeste, especialmente en Extremadura y Andalucía occidental.

Pero, ¿podrán estas lluvias paliar la sequía que algunas cuencas hidrográficas afrontan desde el comienzo del año hidrológico?

Estado actual reservas hídricas en España

La situación actual de los embalses en España muestran una distribución desigual entre las distintas cuencas hidrográficas, con importantes diferencias en el nivel de agua almacenada. Según los últimos datos, la reserva hídrica total del país se sitúa en torno al 48%, pero varias cuencas enfrentan situaciones críticas mientras que otras mantienen niveles relativamente altos.

Entre las cuencas con peor estado, destacan el Guadalquivir, con solo el 35% de su capacidad llena, y la cuenca del Segura, que se encuentra en una situación alarmante al almacenar únicamente el 21% de su capacidad. Ambas regiones son altamente vulnerables debido a su dependencia de los recursos hídricos para la agricultura y el consumo humano.

Asimismo, las cuencas del Júcar (49%) y la Mediterránea Andaluza (28%) también presentan niveles bajos, reflejando un patrón crítico en el sureste y sur del país, zonas tradicionalmente más áridas y afectadas por sequías recurrentes.

En contraste, las cuencas con mejores reservas incluyen la del Ebro, que está al 76% de su capacidad, y la del Miño-Sil, con un 60% de llenado. Destaca especialmente la cuenca de Galicia Costa, que supera el 87%, y las cuencas del Tinto, Odiel y Piedras (82%) y el Cantábrico Oriental (82%). Estas cifras reflejan la influencia de las recientes lluvias en el noroeste y norte de España, áreas que históricamente tienen mayores precipitaciones.

Por comunidades autónomas, regiones como Galicia y el País Vasco muestran un estado positivo, con reservas en torno al 70% u 80%, gracias a su clima húmedo. En cambio, comunidades como Murcia, Andalucía y la Comunidad Valenciana enfrentan una fuerte presión hídrica, con niveles de embalses por debajo del 40% en la mayoría de los casos.

Un año hidrológico muy seco desde octubre

El año hidrológico que comenzó en octubre está siendo uno de los más secos registrados en las últimas décadas en España. Las precipitaciones acumuladas están muy por debajo de la media histórica, lo que ha generado un estrés hídrico significativo en varias regiones del país, especialmente en las cuencas del sur y el sureste, tradicionalmente más vulnerables.

Desde el inicio de este periodo, las lluvias han sido escasas e irregulares, afectando directamente los niveles de los embalses. Noviembre fue un mes muy seco con un valor de precipitación que representó solo el 48% de la media del mes y diciembre marcó un hito posicionándose como el segundo mes de diciembre más seco de este siglo. 

El déficit de precipitaciones se suma a un contexto climático marcado por temperaturas más altas de lo habitual, lo que agrava la evaporación y reduce la capacidad de almacenamiento de agua en los ecosistemas naturales. 

Para alcanzar niveles adecuados antes del verano, sería necesario que lloviera al menos entre 150 mm y 300 mm en las principales cuencas hidrográficas (Guadalquivir, Guadiana, Segura, Júcar, entre otras). Esto equivale a lluvias constantes y distribuidas durante varios meses (aproximadamente el 150% de lo habitual en primavera en algunas zonas)