Estas son las primeras imágenes del telescopio James Webb en color

Tal y como ha comentado el presidente de EEUU, se trata de imágenes históricas

Alejandro Riveiro

Alejandro Riveiro

La NASA ha publicado las primeras imágenes en color del telescopio James Webb, y son espectaculares. Desde algunas de las galaxias más lejanas jamás observadas, hasta la formación de nuevas estrellas en una gran nebulosa de la Vía Láctea.

Las primeras imágenes del telescopio James Webb muestran su potencia

La primera imagen en color del telescopio James Webb fue mostrada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Se trata de SMACS 0723, un enorme cúmulo de galaxias, que actúa como lente gravitacional, permitiendo ver galaxias más lejanas.

En la imagen, podemos ver muchas curiosidades en un solo vistazo. Los objetos con puntas pronunciadas son, en realidad, estrellas de la Vía Láctea. Todo lo demás son galaxias, a diferentes distancias de la nuestra. Algunas son muy lejanas.

Una de las primeras imágenes del telescopio James Webb: el cúmulo de galaxias SMACS 0723.
El cúmulo de galaxias SMACS 0723, con algunas de las galaxias más distantes observadas. Crédito: NASA, ESA, CSA, y STScI

La que más, la vemos tal y como era hace unos 13 100 millones de años. Es decir, apenas 700 millones de años después del Big Bang. Esta imagen es, además, el equivalente a sujetar un grano de arena, a la distancia de nuestro brazo estirado, en el cielo.

Es decir, la porción del cielo tapada por ese grano de arena, es lo que podemos ver en esta imagen. Si reparamos en ella, veremos que hay galaxias que aparecen muy curvadas o deformadas. Aparentemente describen un arco.

Se trata del efecto de lente gravitacional. La enorme gravedad de SMACS 0723 deforma la luz de las galaxias que se encuentran por detrás. Esto permite que se puedan ver mejor, a pesar de su aspecto, porque una lente gravitacional es algo similar a una lupa cósmica.

El cúmulo de galaxias SMACS 0723 observado por el telescopio Hubble. Crédito: NASA/ESA

Lo más impactante es que esta región ya fue observada por el telescopio Hubble hace algún tiempo. El telescopio necesitó diez días para obtener la imagen que se muestra bajo estas palabras. James Webb, sin embargo, solo necesitó 12 horas y media para la suya.

El espectro de un exoplaneta y la muerte de una estrella

En la jornada del martes, 12 de julio, la NASA presentó el resto de imágenes, además de la de SMACS 0723. La primera fue, en realidad, el espectro de un exoplaneta, WASP-96 b. Se trata de un gigante gaseoso con un tamaño similar al de Júpiter.

Sin embargo, tiene la mitad de masa del gigante joviano. Está en una órbita muy pequeña alrededor de su estrella, tardando 3,5 días en completar una órbita. En este caso, James Webb ha sido capaz de analizar la composición de su atmósfera.

Espectro de la atmósfera del exoplaneta WASP-96 b, un gigante gaseoso muy cercano a su estrella. Crédito: NASA, ESA, CSA, y STScI

Eso ha permitido determinar que contiene vapor de agua. También ha permitido estudiar su estructura, determinando que contiene nubes y neblinas. Es solo un anticipo de observaciones de otros exoplanetas, que se llevarán a cabo en el futuro.

La otra imagen es la de la Nebulosa del Anillo del Sur. Se trata de una nebulosa planetaria. A pesar de su nombre, hace referencia a las capas exteriores, de una estrella similar al Sol, que han sido expulsadas al llegar al final de la vida del astro.

Entre las primeras galaxias del telescopio James Webb, nos encontramos con una nebulosa planetaria.
La nebulosa del Anillo del sur, observada en infrarrojo cercano (izquierda) y en infrarrojo medio (derecha). Crédito: NASA, ESA, CSA, y STScI

El estudio de este tipo de formaciones ofrece un vistazo al futuro de nuestra propia estrella, que pasará por este mismo proceso dentro de unos 5000 millones de años. El nivel de detalle del telescopio James Webb es muy alto.

Ha permitido estudiar la estructura del material expulsado, permitiendo reconstruir la historia de la estrella antes de llegar al final de su vida. Además, ha permitido observar que, como se sospechaba, en realidad es un sistema binario (formado por dos estrellas).

Los complejos procesos del Quinteto de Stephan

Otro de los objetivos del telescopio James Webb ha sido el Quinteto de Stephan. Se trata de un grupo compacto de galaxias. De ellas, cuatro están en proceso de colisión, mientras que la quinta está mucho más cerca de la Vía Láctea.

Es decir, solo es miembro del grupo de forma visual, por su ubicación. Está a 40 millones de años-luz, mientras el resto se encuentran a unos 300 millones de años-luz. James Webb ha mostrado detalles muy interesantes.

En el caso de la galaxia más cercana (en la izquierda) ha logrado observar estrellas de forma individual. En el resto, ha permitido observar el movimiento del material mientras las dos galaxias centrales colisionan. Se puede observar, por ejemplo, regiones de formación de estrellas.

El Quinteto de Stephan, un grupo de galaxias compacto, también está entre las primeras imágenes del telescopio James Webb.
El Quinteto de Stephan, observado por el telescopio James Webb. Crédito: NASA, ESA, CSA, y STScI

La parte más atractiva, probablemente, se encuentra en la galaxia en la parte superior. El telescopio ha mostrado que contiene un núcleo de galaxia activo. Dicho de otra manera, el agujero negro supermasivo, en su centro, está absorbiendo mucho material.

Esto provoca que ese material se caliente a temperaturas elevadísimas. Brilla con muchísima fuerza, comparable al brillo combinado de 40 000 millones de estrellas como el Sol. No solo eso, también ha permitido estudiar ese material.

Así, se ha desvelado la composición del material que se precipita hacia ese agujero negro. También su movimiento. Parte de ese material está precipitándose al interior, a una velocidad de hasta 200 kilómetros por segundo. Otra parte, sin embargo, se aleja.

Entre las primeras imágenes del telescopio James Webb también tenemos el nacimiento de nuevas estrellas

El último objeto, no menos espectacular, es una pequeña región de la nebulosa de la Quilla. Esta nebulosa es una de las regiones de formación de estrellas más grande de la Vía Láctea. Está a 7500 años-luz del Sistema Solar.

La imagen muestra tan solo una pequeña parte de ese conjunto, conocido como NGC 3324. Por primera vez, se ha podido observar el interior de la nebulosa, mostrando los procesos que tienen lugar en torno a estrellas recién nacidas.

Así, en la parte superior podemos ver un intenso brillo azul. La intensa radiación ultravioleta, de las estrellas jóvenes, está empujando el polvo y el gas a su alrededor, erosionando poco a poco la nebulosa. Al mismo tiempo, eso también tiene un impacto positivo.

NGC 3324, una pequeña parte de la nebulosa de la Quilla, una región de formación de estrellas, vista por el telescopio James Webb. Crédito: NASA, ESA, CSA, y STScI

Desencadena la formación de nuevas estrellas en la región. Así que estamos ante un delicado equilibrio entre la erosión de la nebulosa y el nacimiento de nuevos astros. En la parte inferior podemos ver multitud de estrellas en proceso de formación.

Como nota final, hay que destacar que los colores utilizados aquí son, en realidad, una traducción de los colores del espectro infrarrojo, que es invisible al ojo humano. Los colores con una longitud de onda más corta se asocian hacia el azul. Los más largos hacia el rojo.

De esta manera, podemos ver una parte del espectro electromagnético (el infrarrojo cercano y medio) que nuestros ojos no pueden ver. Esto es solo el principio, porque próximamente se publicarán nuevas imágenes, incluyendo algunas de planetas del Sistema Solar.

Puedes ver las primeras imágenes, también, en la web de la NASA dedicada al telescopio James Webb.