Este municipio pretende terminar con la mortal procesionaria a golpe de escopeta

Redacción

El Ayuntamiento de Sant Lluís, en Menorca (Baleares) ha tomado decisiones drásticas para terminar con las mortales plagas de oruga procesionaria en su municipio. Han anunciado jornadas de control de la procesionaria del pino, una plaga que ha causado graves problemas en la región por las consecuencias mortales que tiene en perros.

En un enfoque poco ortodoxo, la campaña contará con la ayuda de voluntarios locales armados con escopetas, quienes serán supervisados por inspectores de medio ambiente.

Este año la plaga de procesionarias se ha adelantado y además ha llegado con más fuerza. Las temperaturas suaves del invierno han adelantado la proliferación habitual de esta oruga de primavera a principios de febrero.

Esta medida tomada por este Ayuntamiento de Menorca, que podría parecer extremada, se justifica por el peligro que representan estas orugas para la salud pública, en particular para los perros que pueden sufrir graves consecuencias si entran en contacto con ellas.

El uso de escopetas, con munición especializada, ha sido autorizado por la Delegación del Gobierno y se ha convertido en una herramienta efectiva en la lucha contra esta plaga.

Nidos con hasta 200 orugas

La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es una especie bien establecida en los pinares europeos, y su presencia en Sant Lluís es una preocupación constante. Los nidos de estas orugas pueden contener hasta 200 individuos, cuyos pelos protectores liberan una toxina peligrosa al tacto. Los efectos en los canes pueden ir desde la inflamación y ulceración de la lengua hasta la necrosis, pudiendo ser fatal.

Fuente de imagen: Pixabay

Además de la intervención con armas de fuego, el Ayuntamiento también trabaja con endoterapia vegetal, un tratamiento más sostenible y menos invasivo. Sin embargo, la urgencia de la situación ha llevado a la adopción de métodos más inmediatos y contundentes.

Los ciudadanos de Sant Lluís son instados a mantener a sus mascotas alejadas de las zonas afectadas y a estar atentos a los síntomas de contacto con la procesionaria. En caso de sospecha, se recomienda acudir al veterinario sin demora.

La jornada de este sábado promete ser un paso decisivo en la lucha contra un enemigo pequeño, pero con consecuencias potencialmente devastadoras para el ecosistema local y la salud de las mascotas.