El Everest arranca temporada con los dos primeros fallecidos en la montaña

Dos alpinistas, procedentes de Filipinas e India, han inaugurado la temporada del Everest perdiendo la vida en una de las montañas más complicadas del mundo.

Sergio Delgado Martorell

La temporada de ascensos en el Everest comenzó oficialmente en marzo y ya se ha visto marcada por la tragedia. Dos alpinistas, procedentes de Filipinas e India, han perdido la vida en sus respectivas expediciones mientras trataban de alcanzar —o regresar de— la cima del monte más alto del mundo.

Se trata de las dos primeras muertes registradas este año en esta emblemática montaña, símbolo tanto de superación como de riesgo extremo.

Cada primavera, cientos de montañistas procedentes de todo el mundo llegan a Nepal con un objetivo común: alcanzar los 8.848 metros de altitud que coronan el techo del planeta.

Pero lo que para muchos representa una experiencia transformadora puede convertirse, como ha ocurrido en este caso, en una trágica despedida. Las condiciones extremas, la altitud y el desgaste físico vuelven a recordarnos que el Everest no perdona errores ni fragilidades.

Dos muertes que inauguran la temporada 2025

Las autoridades nepalíes confirmaron el fallecimiento de Philip II Santiago, un montañista filipino de 45 años, en la tarde del miércoles. Según el Ministerio de Turismo de Nepal, Santiago murió por agotamiento tras alcanzar el Campamento IV, a unos 7.900 metros de altura.

Su cuerpo permanece en el lugar debido a las complicaciones meteorológicas y la dificultad logística de una evacuación a esa altitud.

El Everest arranca temporada con los dos primeros fallecidos en la montaña
Fuente de la imagen: Pixabay

Una ascensión agotadora hasta el colapso

Santiago formaba parte de una expedición organizada por la Mountaineering Association of Krishnanagar y la empresa Snowy Everest, una de las muchas compañías que gestionan ascensiones al Everest cada primavera.

Su muerte se produjo mientras descansaba en su tienda tras una intensa jornada de ascenso. Según testigos y responsables de la expedición, no mostró signos de poder continuar, y falleció pocas horas después.

La «zona de la muerte» se cobra otra víctima

Pocas horas más tarde, Subrata Ghosh, también de 45 años y natural de India, murió durante el descenso, tras alcanzar la cumbre del Everest. El alpinista sufrió una descompensación severa cerca del famoso escalón de Hillary, un paso situado a escasos metros de la cima pero dentro de la llamada zona de la muerte, donde la falta de oxígeno convierte cada paso en un reto extremo.

Se negó a seguir bajando

Según relató Bodhraj Bhandari, director de la agencia nepalí Snowy Horizon Treks and Expedition, el guía de Ghosh informó que el alpinista comenzó a mostrar síntomas de agotamiento y mal de altura.

A pesar de los intentos por ayudarle a continuar el descenso, Ghosh se negó a moverse. Finalmente, su cuerpo fue hallado en la misma zona, y se están realizando esfuerzos para trasladarlo al Campamento IV y, posteriormente, al campo base.

El Everest, una montaña tan lucrativa como letal

Cada temporada de escalada en primavera, Nepal emite centenares de permisos para ascender al Everest. En 2025, se han concedido 459 autorizaciones, y ya son cerca de un centenar los escaladores que han logrado hacer cumbre.

Sin embargo, las cifras de éxito suelen ir acompañadas de otras más sombrías. Según la base de datos del Himalaya, más de 345 personas han perdido la vida en la montaña en los últimos cien años.

Turismo de altura como motor económico

El alpinismo y el senderismo son pilares fundamentales del turismo nepalí, una de las fuentes de ingreso más importantes del país. El Everest, por su fama y dificultad, atrae a escaladores profesionales y aficionados con recursos suficientes para afrontar el elevado coste logístico de la expedición.

El impacto económico es indiscutible, pero cada temporada se cobra vidas humanas, muchas veces a causa de factores evitables como la falta de preparación o la saturación en la ruta.

Con estas dos tragedias, ya son siete los fallecidos en lo que va de temporada en distintas montañas del Himalaya. Aunque el Everest suele concentrar la atención mediática, otros picos de la región también exigen un altísimo nivel físico y técnico, y cada año dejan víctimas entre quienes subestiman su dureza.

Los expertos recuerdan que ascender el Everest no es una actividad para todos. La altitud, el frío extremo, los vientos y el esfuerzo físico prolongado convierten esta empresa en una de las más exigentes del planeta.

Además, factores como el mal de altura o el colapso por agotamiento pueden aparecer en cualquier momento, incluso en el descenso, cuando muchos montañistas bajan la guardia tras haber alcanzado la cima.