Furia de tornados en EE.UU.: siete estados arrasados y 39 fallecidos
Las tormentas más feroces de la última década han barrido el sur y centro de EE.UU., con tornados de categoría EF4, incendios arrasadores y vientos de 270 km/h.
Redacción
Un fenómeno meteorológico de proporciones catastróficas ha asolado el centro y sur de Estados Unidos, dejando un saldo trágico de al menos 39 víctimas mortales y devastación en siete estados.
Este brote de tormentas, que combinó tornados violentos, vientos huracanados e incendios forestales, ha afectado a más de 100 millones de personas, alterando por completo la vida de las comunidades golpeadas.
Tormentas colosales y vientos despiadados sacuden el país
Desde Missouri hasta Alabama, el cielo desató su furia en forma de tornados de categoría EF4 y ráfagas superiores a los 270 km/h, destrozando infraestructuras y reduciendo barrios enteros a escombros.
Missouri, epicentro del desastre, contabiliza 12 fallecidos, mientras que en Kansas, una tormenta de polvo provocó un colosal accidente en el que 50 vehículos quedaron atrapados en el caos, cobrando la vida de ocho personas.
Las imágenes de devastación son sobrecogedoras: viviendas destrozadas, postes eléctricos derribados y paisajes transformados en un campo de ruinas irreconocible. En Arkansas, la gobernadora Sarah Huckabee Sanders ha desplegado unidades de emergencia para mitigar los estragos y asistir a los damnificados.
Las autoridades han calificado este brote de tornados como uno de los más intensos registrados en la última década, no solo por su magnitud, sino por la combinación de múltiples fenómenos meteorológicos extremos en un corto período de tiempo.
Además de los tornados, tormentas eléctricas y granizo del tamaño de pelotas de béisbol han incrementado los daños materiales, dificultando las labores de rescate.
Incendios implacables y evacuaciones masivas en Oklahoma
Mientras los tornados azotaban el este del país, el fuego arrasaba Oklahoma y Texas. Más de 130 incendios forestales de propagación explosiva devoraron casi 700 kilómetros cuadrados de terreno, reduciendo cientos de viviendas a cenizas y obligando a evacuaciones en diversas comunidades.
En un esfuerzo desesperado por contener las llamas, el gobernador de Oklahoma, Kevin Stitt, declaró el estado de emergencia en 12 condados.
En algunas zonas, los incendios fueron avivados por ráfagas de viento superiores a los 100 km/h, lo que hizo que se propagaran a velocidades alarmantes. Equipos de bomberos de distintos estados han sido movilizados para combatir las llamas, mientras cientos de familias han tenido que abandonar sus hogares con lo puesto.
Amenaza latente: nuevas tormentas podrían intensificarse
El Servicio Meteorológico Nacional ha advertido que la pesadilla aún no ha terminado. En las próximas horas, una nueva oleada de tormentas podría desencadenar lluvias torrenciales, granizo de gran tamaño y vientos superiores a los 130 km/h en varias regiones.
Además, las zonas ya afectadas enfrentan un alto riesgo de inundaciones, con suelos saturados y cauces al borde del desborde.
Meteorólogos han señalado que este evento forma parte de un patrón climático cada vez más errático y extremo, vinculado a factores como el aumento de la temperatura del océano y el fortalecimiento de sistemas de baja presión. «Las condiciones actuales favorecen la formación de tormentas más destructivas, y es probable que veamos más eventos de este tipo en los próximos años», advirtió un experto en meteorología y climatología del Centro Nacional de Predicción Atmosférica.