Geoingeniería: ¿es la solución para revertir y re-congelar el Ártico?

La Geoingeniería siempre ha sido una técnica controversial a la hora de luchar contra el Cambio Climático pero ahora se plantea su uso para recuperar el hielo del Ártico

Mario Picazo

Hace años, la geoingeniería sonaba a ciencia ficción, de esa que con frecuencia vemos en las películas de Hollywood. Hoy, sin embargo, se ha convertido en una solución tangible para revertir algunos de los procesos climáticos que están ocurriendo y que podrían llegar a un punto de no retorno.

Uno de los más evidentes es la fusión del hielo en el Ártico. Con el paso de los años, el volumen y la extensión de hielo han ido disminuyendo. Parece un proceso imparable, y no es de extrañar, dado que es la región del planeta que más se está calentando. En muchas zonas, el aumento térmico es de entre 3 y 4 veces la media global.

El hielo de nuestro planeta es un gran espejo que ayuda a regular su sistema climático, pero sin él, absorbemos mucha más energía de la que nos manda el sol.

No solo eso, con la fusión del hielo también están cambiando la salinidad y las corrientes de los océanos. Tampoco debemos olvidar el impacto que estos cambios tienen sobre la biodiversidad y la actividad humana.

Geoingeniería
Bombear agua del océano para recubir de hielo la plataforma de hielo oceánica en el Ártico es el nuevo proyecto de geoingeniería para recuperar el hielo de la región. Foto: Unsplash

Soluciones alternativas al fallido intento de reducir emisiones

Desacelerar el calentamiento global ha sido el objetivo que nos hemos planteado desde hace años. Se han acordado acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que son los responsables de buena parte del calentamiento del planeta.

Esos objetivos no se han alcanzado y, hoy, el clima sigue cambiando, mientras el Ártico se deshiela a un ritmo cada vez más rápido. El dato es alarmante: se estima una pérdida del 12 % de hielo por década, lo que significa que en algún momento de la próxima década, en verano, veremos un Ártico libre de hielo en muchas zonas.

Está claro que para reducir el ritmo de calentamiento debemos recortar al máximo las emisiones de gases como el dióxido de carbono, el metano o los óxidos de nitrógeno, entre otros. Como no parece que eso vaya a ocurrir al ritmo necesario, los expertos comienzan a plantear el uso de técnicas de geoingeniería que ayuden a restaurar el entorno y el clima.

Aproximadamente un tercio del hielo marino de verano del Ártico ha desaparecido en los últimos 40 años. Se trata de una superficie de aproximadamente 2,4 millones de kilómetros cuadrados, equivalente al tamaño de Argelia. Mapa: NSIDC.

Geoingeniería en lugar de recorte de emisiones

La geoingeniería ha generado mucho debate en los últimos años. Hay multitud de proyectos sobre la mesa que no acaban de arrancar debido al impacto que podrían tener o a la incertidumbre que generan. En el caso de recuperar el hielo del Ártico, los expertos consideran que el impacto medioambiental no sería tan grande como en otros proyectos.

El planteamiento es de una empresa emergente británica llamada Real Ice. Este equipo de expertos pretende usar agua de mar para engrosar la capa de hielo en algunas zonas del Ártico.

Lógicamente, el proyecto ha suscitado, como en otros casos, todo tipo de comentarios, ya que incitan a pensar en soluciones artificiales en lugar de solucionar de raíz el problema de las emisiones.

Aproximadamente un tercio del hielo marino de verano del Ártico ha desaparecido en el pasado 40 años. Se trata de una superficie de aproximadamente 2,4 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente el tamaño de Argelia. Mapa: NSIDC

Re-congelar el Ártico para recuperar el hielo de la región

La técnica consiste en perforar el hielo oceánico para acceder al agua y bombearla hasta la superficie para extenderla. Rellenando las bolsas de aire que hay sobre la superficie con agua, esta acabaría congelándose. Así se consigue convertir la nieve en hielo y aumentar su volumen total.

Los expertos también cuentan con que esa transformación artificial aumente la conductividad térmica de la plataforma de hielo. Esto implicaría que el frío del aire ártico se extendería por la plataforma, provocando el crecimiento de más hielo en la parte inferior.

Ya se han hecho experimentos a pequeña escala con un área de hielo del tamaño de un campo de fútbol. La limitación es que, para lograr un impacto climático significativo, sería necesario tratar miles de kilómetros cuadrados, lo que implicaría instalar miles de bombas y sistemas de perforación.

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Fabricar hielo en el Ártico supone una inversión millonaria para algunos fundamental a la hora de reducir el calentamiento global. Foto: NSIDC

Inversión millonaria para fabricar hielo

Real Ice planea desarrollar un dron submarino que podría viajar a través del Ártico, perforando el hielo en puntos estratégicos para bombear agua de mar sobre él. La empresa colabora con el Instituto de BioRobótica de la Escuela de Estudios Avanzados Sant’Anna en Pisa, Italia, para diseñar los drones re-congeladores.

Hay que tener en cuenta que un solo dron puede cubrir 2 kilómetros cuadrados de hielo por temporada. Los cálculos iniciales sugieren que se necesitarían 500.000 drones para transportar 500 kilómetros cúbicos de hielo marino adicional cada invierno, en una superficie total de 1 millón de kilómetros cuadrados.

Esta ardua tarea supondría una inversión aproximada de 6.000 millones de euros por año. Una suma importante para demostrar que la técnica realmente funciona y que serviría para revertir uno de los puntos de no retorno que actualmente experimenta el planeta.

Como ocurre con muchos otros proyectos de geoingeniería, el problema no solo es la gran inversión que supone, sino también la controversia que genera por su potencial impacto medioambiental.

Pero, sobre todo, preocupa que se desvíe la atención de la principal solución al problema del calentamiento global: el recorte de las emisiones de gases de efecto invernadero.