El invierno de 2023 no ha sido tan frío como crees

El invierno meteorológico acaba de terminar el pasado 28 de febrero. Sin embargo, y aunque pueda parecer lo contrario, el invierno de 2023 ha sido cálido en casi todo el país. ¿Cálido? Sí, y todo es debido al diciembre más cálido desde que hay registros. Y en lo que respecta a lluvias, ha sido un invierno peculiar.

El invierno de 2023, cálido pese a los episodios fríos

El invierno de 2022-2023 comenzó con un mes de diciembre que resultó extremadamente cálido en casi todo el país. Las temperaturas máximas y mínimas fueron muy elevadas, con ausencia casi total de heladas en amplias zonas del territorio.

Como resultado, las anomalías de temperatura (diferencia entre la media climática y lo observado) han sido superiores a los +2ºC e incluso +3ºC. De hecho, fue el diciembre más cálido en España desde al menos 1961.

Tras esto llegó enero, con un fuerte descenso de las temperaturas que ya se notó a principios. Durante el resto del mes, las temperaturas se mantuvieron bajas, con un marcado episodio de frío en la segunda quincena, que nos dejó algunos de los días más fríos del invierno.

Febrero ha continuado con la tónica de enero en su tramo final, pero tuvo también importantes episodios de temperaturas elevadas, especialmente en las máximas. En cualquier caso, ambos meses han resultado en general normales o fríos. Sin embargo, sus anomalías han sido insuficientes para compensar la marcada anomalía cálida que dejó diciembre.

Destacan los episodios fríos de finales de enero y de finales de febrero, que dejaron temperaturas muy bajas. Especialmente destacadas fueron las mínimas de finales de febrero en el conocido "triángulo del frío", con valores que casi rozaron los -20ºC.

Invierno normal o húmedo en muchas zonas, pero con ausencia de lluvias

Los datos del conjunto de la estación nos muestran que el invierno ha sido en amplias zonas del país, especialmente en la vertiente atlántica, normal o incluso húmedo. Caso contrario ha sido el de la vertiente mediterránea, donde ha llovido menos de lo normal.

No obstante, estos datos maquillan la realidad: en general, la estación fue seca. Sí, llovió lo que debía o más, pero lo hizo en muy pocos días. La mayor parte de las lluvias se concentraron en los primeros quince días de diciembre. Tras esto, las precipitaciones fueron escasas e irregulares, siendo más relevantes en la cornisa cantábrica.

El dato de días de lluvia en cada punto analizado es muy esclarecedor: lo normal este invierno han sido apenas 18 días de lluvia. En muchas zonas, de hecho, apenas se han superado los 15 días con precipitaciones.

Así, si bien la estación puede haber sido húmeda en cantidad de lluvia, la realidad es que la sequía ha marcado la mayor parte de la estación. Como se aprecia en la siguiente figura, la mayor cantidad de días de lluvia se ha concentrado en el norte del país.

Enero y febrero han sido, en muchas zonas de la vertiente atlántica, dos meses muy secos. Esto se suma a que las precipitaciones de diciembre no fueron suficientes para paliar la sequía arrastrada en amplias zonas. Por tanto, se puede seguir hablando de sequía y de déficit hídrico en ciertas regiones del país.