De la tos a los ojos irritados: así afecta la calima a tu salud

La calima o polvo en suspensión genera una mala calidad del aire que puede afectar seriamente a nuestro salud. Consejos para evitarlo.

Redacción

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La calima suele empeorar los índices de calidad del aire a su paso. Entradas de polvo sahariano suelen enturbiar el cielo de las Islas Canarias o llegar incluso a la Península cada cierto tiempo. Lo llamamos calima o polvo en suspensión.

¿Pero qué es la calima? Pues bien, la calima es un fenómeno meteorológico que se produce en la atmósfera y está caracterizado por la presencia de partículas de polvo y arena (e incluso cenizas y arcilla) en suspensión. El resultado, un ambiente turbio.

Existen dos tipos de calima:

  • La calima tipo «A»: Cuando se forma por efecto del polvo, sales (sodio) o elementos presentes en el ambiente
  • La calima tipo «B»: Si hay episodios de contaminación o incendios forestales, son los llamados eventos especiales.

En nuestro país, la calima se presenta de forma relativamente habitual en las islas Canarias en invierno, sobre todo en Lanzarote y Fuerteventura. Esto es debido a la dirección de los vientos, de componente este, que arrastran el polvo del desierto del Sáhara hasta el archipiélago y provocan que la visibilidad se reduzca de forma considerable.

¿Cómo afecta la calima a la salud?

Los efectos sobre la salud de la calima son reseñables. La visibilidad se ve reducida de forma importante (en función de su densidad) y empiezan a aparecer los primeros síntomas.

Los principales están relacionados con problemas respiratorios e irritación de las mucosas: obstrucción nasal, picor en los ojos y tos. Si la calima es persistente y su densidad abundante, pueden aparecer pasados unos días broncoespasmos (dificultades serias para respirar), dolor torácico y asma. Además, pueden desencadenarse crisis de ansiedad.

La calima intensa puede provocar problemas respiratorios e irritación de las mucosas: obstrucción nasal, picor en los ojos y tos

Recomendaciones en días de calima

Para mitigar sus consecuencias, es importante seguir las predicciones meteorológicas e informar de forma rápida y con la suficiente antelación a la población de riesgo y susceptible a sufrir sus efectos.

Algunos de las consejos que debemos seguir son mantener las ventanas cerradas, usar mascarillas si tenemos que salir al exterior, evitar el ejercicio al aire libre e ingerir abundantes líquidos, en especial niños y ancianos, para evitar la deshidratación.

Finalmente, la calima se retira cuando tenemos un cambio de masas de aire, con viento y lluvia asociados, que ayuden a disipar las partículas.