La Gran Muralla Verde que cambiará el clima de algunas zonas de África

La Gran Muralla Verde de África pretende ayudar a modificar el clima de una amplia región del continente que se extiende de oeste a este justo al sur del mayor desierto del planeta.

Mario Picazo

Mario Picazo

En el año 2007 se planteó un proyecto muy ambicioso que consistía en plantar una línea de 8,000 kilómetros de árboles para crear una barrera natural que de alguna manera ayudara a contener el desierto del Sáhara en su avance hacia el sur.

El proyecto se llamó la Gran Muralla Verde, con la intención de que ese cinturón de árboles se extienda a lo largo de la vasta región del Sahel. La muralla irá prácticamente desde Senegal en el oeste, hasta Yibuti en el este.  Para 2030, el proyecto tiene como objetivo plantar 100 millones de hectáreas de árboles bordeando el extremo sur del desierto. 

La idea planteada en el proyecto es que esa línea de árboles pueda duplicar las precipitaciones en el Sahel y también disminuir las temperaturas medias de verano en gran parte del norte de África y en el Mediterráneo. 

El desierto del Sáhara avanza imparable hacia el sur y con el aumenta la destilación de muchas zonas limítrofes en el Sahel.

El desierto del Sáhara ya fue verde y frondoso hace miles de años

Algunos estudios han demostrado que en su día existió un Sáhara más verde. Esos periodos estaban relacionados con cambios en la intensidad y la ubicación del llamado monzón de África Occidental. El monzón es un régimen de vientos cambiantes y durante los meses fríos el viento llega seco, mientras que durante los meses cálidos, llega más húmedo y aporta precipitaciones. 

Los cambios en la intensidad del monzón, así como su extensión hacia el norte o hacia el sur, ayudó en su día a que el Sáhara se tiñera de verde. Las reconstrucciones climáticas muestran que fue un periodo que duró desde hace unos 11.000 a unos 5.000 años.

Hace miles de años el Sáhara fue una región teñida de verde por la intensificación del monzón africano que generó mucha más lluvia que hoy

También sabemos que en el pasado, los cambios del monzón de África Occidental han estado vinculados a variaciones cíclicas en la órbita de la Tierra. A medida que cambia la orbita de la tierra alrededor del sol, cambia la cantidad de radiación solar entrante y por lo tanto la energía disponible para calentar determinadas zonas del planeta como el Sáhara.

Modificar la climatología del lugar para paliar la intensa sequía en la región

La idea de la Gran Muralla Verde de África surgió en las décadas de 1970 y 1980, cuando el Sahel, que alguna vez fue fértil, comenzó a volverse estéril y seco como resultado del cambio climático y la sobre-explotación de la tierra. 

Plantar un muro protector de vegetación para contener un desierto era por aquel entonces una idea que ya se había probado en Estados Unidos y China con éxito.

Liderado por la Unión Africana, el proyecto de la Gran Muralla Verde de África se lanzó en 2007 y a día de hoy se ha desarrollado solo cerca del 15 por ciento. Se espera, que si se acaba completando como esta previsto para el 2030, aporte seguridad alimentaria y empleo para millones de habitantes en la región.

La sobre-explotación ganadera también ha contribuido a degradar el suelo en amplias zonas del Sahel africano.

Un proyecto de geoingeniería en toda regla al que no le falta controversia

La iniciativa es, esencialmente, un proyecto de geoingeniería que modificaría el actual clima de la región, pero que también tendría un importante impacto en la biodiversidad y la población humana.

Para investigar esos posibles impactos, se han realizado simulaciones numéricas del futuro calentamiento global, con y sin el muro simulado de árboles a lo largo del Sahel. En un contexto del calentamiento global elevado, la Gran Muralla Verde reduciría las temperaturas medias de verano en la mayor parte del Sahel hasta 1.5 grados centígrados.

La Gran Muralla Verde de África reduciría las temperaturas medias de verano en la mayor parte del Sahel hasta 1.5 grados centígrados

Pero las simulaciones también dicen que las zonas más cálidas del Sahel se calentarían más aún, con temperaturas medias aumentando hasta 1.5 grados. El reverdecimiento de la región también llevaría a un aumento de las precipitaciones, incluso duplicándolas en algunos lugares.

Los expertos dicen que los efectos de reverdecer el Sahara podrían extenderse mucho más allá de la región, tal y como sugieren las simulaciones numéricas. Un monzón de África Occidental más fuerte podría desplazar los patrones de circulación atmosférica más grandes hacia el oeste. Ese cambio influiría en otros patrones climáticos, como el fenómeno de El Niño, e incluso alteraría las trayectorias de los ciclones tropicales.