La «mancha fría del Atlántico» inquieta a la ciencia: un síntoma del colapso climático
Un nuevo estudio muestra como la AMOC y su ralentización podría explicar la presencia de la conocida ¨mancha fría¨ del Atlántico norte
Mario Picazo
Durante décadas se ha observado un extraño punto frío en el Atlántico Norte, conocido como el Cold Blob o «mancha fría» del Atlántico. El fenómeno ha captado la atención de los expertos, sobre todo porque, a medida que se calienta el planeta y, en especial, los océanos, esa zona del Atlántico se ha ido enfriando.
Esta anomalía negativa de temperatura del mar parece estar estrechamente relacionada con la desaceleración de una de las corrientes oceánicas más importantes del planeta, la Circulación Meridional de Retorno del Atlántico (AMOC), de la cual forma parte la Corriente del Golfo.

Mientras el planeta se calienta, una parte del Atlántico se enfría sin explicación sencilla
La AMOC principal causa de la anomalía
Un estudio realizado por expertos de de la Universidad de California, Riverside, demuestra que los Un estudio realizado por expertos de la Universidad de California en Riverside demuestra que los cambios observados en la AMOC explican las variaciones en los patrones de temperatura y salinidad oceánica.
La AMOC se está desacelerando, y este cambio afecta directamente a la salinidad y temperatura del agua. Al ser un sistema de corrientes masivas que regula el clima, transportando aguas cálidas y saladas hacia el norte y aguas más frías hacia el sur en profundidad, su impacto es considerable.
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Actuando como una gigantesca cinta transportadora, la AMOC lleva calor y sal desde los trópicos hasta el Atlántico Norte. Cuando este sistema se debilita, llega menos agua cálida y salina a la región subpolar, lo que provoca el enfriamiento y la disminución de salinidad observados al sur de Groenlandia.
Con una corriente más débil, se transporta menos calor y menos sal desde las zonas tropicales y subtropicales hacia el Atlántico Norte. Eso enfría y dulcifica las aguas superficiales, datos clave para comprender la intensidad y el comportamiento de esta circulación.
El corazón del océano Atlántico está perdiendo fuerza, y con él, el equilibrio climático del planeta

¿Qué hay detrás de la ralentización de la AMOC?
La AMOC es una de las principales corrientes responsables de regular el clima en regiones densamente pobladas como Norteamérica y Europa. Este sistema depende, en gran medida, de la llamada convección termohalina, un proceso impulsado por las diferencias de temperatura y salinidad del agua. Cuando el agua cálida del Atlántico Norte se enfría y se vuelve más salina, se hunde, manteniendo en movimiento la cinta transportadora.
Sin embargo, los expertos han observado que, desde hace más de un siglo, la AMOC muestra señales de debilitamiento. Entre las causas principales destacan el aumento del deshielo en Groenlandia y el incremento de las precipitaciones en el Atlántico Norte debido al cambio climático.
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Ambos fenómenos aportan grandes cantidades de agua dulce al océano, lo que reduce la salinidad y, por tanto, la densidad del agua superficial. Esto interfiere con el proceso de hundimiento que mantiene activa la AMOC.
Como resultado, se reduce el transporte de aguas cálidas hacia el norte, lo que provoca un enfriamiento anómalo en una zona concreta del Atlántico Norte: la ya conocida «mancha fría». Mientras otras regiones oceánicas se calientan, esta permanece anómalamente fría por la ausencia de calor transportado por la Corriente del Golfo.a se enfría porque no está recibiendo el calor que normalmente le llevaría la Corriente del Golfo.

El impacto global de una AMOC cada vez más débil
Si la AMOC continúa debilitándose, una de las primeras consecuencias será un enfriamiento significativo del noroeste de Europa, ya que el calor transportado desde el Atlántico disminuirá.
Además, este debilitamiento alterará los patrones de lluvia tropical. Por ejemplo, la Zona Intertropical de Convergencia (ZITC) podría desplazarse hacia el sur, provocando sequías en el Sahel africano y el noreste de Brasil, mientras aumentan las lluvias en regiones tropicales del hemisferio sur.
Los monzones de África y Asia también podrían verse afectados, debilitándose y modificando los patrones de lluvia de los que dependen millones de personas para su agricultura.
Otro efecto importante sería el aumento del nivel del mar en la costa atlántica de América del Norte, ya que una circulación más débil reduce el desplazamiento del agua lejos de estas costas, elevando el nivel local del mar.
Por otra parte, el debilitamiento de la AMOC podría acelerar el deshielo en Groenlandia y la Antártida, liberando aún más agua dulce al océano y amplificando el debilitamiento de la corriente en un ciclo de retroalimentación.
Y, por último, este proceso también afectaría la distribución de nutrientes en el océano, alterando las poblaciones de plancton y toda la cadena alimenticia marina.ún más la circulación, en un ciclo de retroalimentación. Por último, la distribución de nutrientes en el océano cambiaría, afectando al plancton y a toda la cadena alimenticia marina.