La nieve de los Alpes cubre cada vez menos superficie y dura menos

El mítico macizo Europeo ha visto como en los últimos 50 años la cobertura de nieve dura 36 días menos que la media

Mario Picazo

Mario Picazo

Un reciente estudio publicado en la revista Nature y realizado por científicos italianos muestra algo destacable: se ha podido demostrar que la nieve que se acumula en los Alpes dura cada vez menos tiempo.

La duración del manto nivoso se ha reducido 36 días respecto a la media de los últimos 50 años. Es un dato llamativo ya que no hay precedentes en el registro de extensión de nieve en la región reconstruido para los últimos 600 años.

Durante esos 50 años, el macizo de los Alpes ha visto una reducción de la cobertura de nieve del 5,6% cada década. El dato no es nada positivo dado que tener menos nieve en la superficie terrestre entre otras cosas afecta directamente al clima regional y global.

También tiene un impacto negativo para la economía y la cultura de la región. Y es que estas dependen en buena parte de la nieve acumulada durante los meses de invierno.  Tanto la actividad turística como el abastecimiento de agua para la población van unidas directamente de la nieve acumulada en esta extensa cordillera. 

Nieve Alpes
Fuente imagen: Pexels

Reconstrucción del clima durante cientos de años como método de comparación

Para realizar el estudio se han utilizado lo que en términos científicos se conoce como «dato proxy«. Son datos que se usan para reconstruir el clima del pasado ante la ausencia directa, por ejemplo, de datos de temperatura o precipitación. 

La reconstrucción se ha basado principalmente en el uso de registros del ancho de los anillos de arbustos de enebro que hay en la región. Con ellos, es posible evaluar la duración de la capa de nieve en los Alpes durante los últimos 6 siglos para llevar a cabo estudios comparativos de su evolución.

Se han analizado un total de 572 arbustos. El conjunto de los datos confirma que hay una sólida correlación entre el ancho de los anillos de los arbustos y la nieve acumulada. Durante el periodo de 600 años reconstruido se detectan algunos en los que la nieve permaneció más tiempo en la superficie. 

Es el caso de los periodos 1440 a 1460 y 1780 a 1800. Entre los periodos de menos nieve en el pasado destaca el de 1940 a 1960.  Pero el descenso más acusado parece que se empezó a registrar de manera continua a finales del siglo XIX. 

Para un periodo más reciente que se extiende desde 1971 a 2019, se ha observado que la cobertura de nieve en Los Alpes entre noviembre y mayo se ha reducido un 8,4%. La duración de esa nieve en el suelo también se ha reducido un 5,6%. 

Nieve Alpes
El análisis de los anillos de árboles en Los Alpes ha permitido reconstruir la evolución del manto de nieve en la región. Foto : Unsplash

Buena parte de Europa depende de la nieve de Los Alpes

Un macizo montañoso tan masivo como es el de Los Alpes abastece de agua a una amplia superficie del viejo continente. Cerca del 90 por ciento del agua de las llanuras europeas llega de la precipitación que acumulan Los Alpes. Tanto la que cae en forma de lluvia como la que se convierte en nieve y luego se funde durante los meses de deshielo. 

El declive de la extensión de la superficie cubierta de nieve supone un gran hándicap para la biodiversidad en la región. Según los informes más recientes del IPCC, esa nieve es esencial para la alimentación de animales y para preservar sus hábitats. 

El declive de la extensión de la superficie cubierta de nieve supone un gran hándicap para la biodiversidad en la región

También sirve como alimento y regulador del clima de muchas especies de plantas. Cuando el suelo se queda descubierto de nieve, sufre más debido a la erosión y la perdida de nutrientes. Algunos cultivos se ven afectados por el deterioro de la fertilidad del suelo. Pero es que también manto de nieve que sirve de aislante durante los duros meses de invierno.

Pero más allá de la biodiversidad, los expertos también resaltan la importancia que tiene el macizo montañoso como regulador del clima regional. Y, de manera indirecta, el global. Las superficies sin nieve absorben más radiación del sol.

A mayor energía acumulada en la superficie, más rápidamente se funde la nieve favoreciendo que las temperaturas suban antes y con mayor intensidad.

Poder reconstruir y estudiar la evolución del manto de nieve en una región que depende tanto de él, puede ayudar, y mucho. Especialmente a la hora de planificar todo aquello que en un futuro dependa del agua, esencial para el abastecimiento de una población que sigue aumentando a buen ritmo. Pero también para la actividad  industrial y la agricultura, o para la actividad turística especialmente en invierno.