La población del lince ibérico alcanza cifras históricas en la península ibérica
Castilla-La Mancha se convierte en el principal refugio de la especie, con más del 40 % de los ejemplares censados en 2024
Redacción
La recuperación del lince ibérico, una especie en peligro de extinción durante décadas, sigue avanzando con paso firme. Según el último informe del grupo de trabajo especializado, el número total de individuos contabilizados en España y Portugal se ha elevado hasta los 2.401 ejemplares, lo que representa un crecimiento del 19 % respecto al año anterior. Se trata del mayor registro desde que se comenzaron a realizar censos oficiales.
La ONG WWF España ha celebrado los datos, aunque ha advertido que el éxito no debe dar lugar a la complacencia. «Aunque los avances son notables, la especie sigue enfrentándose a amenazas como el furtivismo, la caza ilegal y los atropellos en carretera, que comprometen su viabilidad a largo plazo», ha señalado Ramón Pérez de Ayala, uno de los principales expertos en conservación del lince en el país.
Uno de los datos más destacados del informe es el caso de Castilla-La Mancha, donde no se encontraba ningún ejemplar hasta el año 2014. En solo una década, la comunidad ha pasado a liderar la recuperación del lince ibérico, con 842 animales censados en 2024 y una media de 2,3 crías por hembra territorial, ligeramente superior a la media peninsular.
El éxito se atribuye en gran medida a los esfuerzos del proyecto LIFE Iberlince, que ha reintroducido con éxito la especie en zonas como Montes de Toledo y Sierra Morena Oriental, entornos con abundante presencia de conejo de monte, alimento clave para su supervivencia.
«El modelo aplicado aquí ha superado las expectativas y ahora Montes de Toledo alberga más linces que la histórica zona de Andújar, en Andalucía», han explicado desde la organización conservacionista. En total, casi uno de cada cinco linces ibéricos vive ya en esta zona del centro peninsular.
Pese al progreso, los expertos insisten en que el riesgo de desaparición aún existe si no se mantienen las medidas de protección y se refuerzan los corredores ecológicos que permiten el intercambio genético entre poblaciones. También se subraya la necesidad de reforzar la concienciación ciudadana y mejorar la señalización en carreteras para reducir el número de atropellos.
Con esta tendencia positiva, el lince ibérico se acerca poco a poco al umbral que podría permitir su salida de la lista de especies en peligro de extinción. No obstante, las autoridades y organizaciones implicadas mantienen la cautela y recuerdan que la conservación de una especie no termina cuando se estabiliza su población, sino que requiere una vigilancia y apoyo continuado.