La temporada de huracanes será más activa de lo normal en 2025

Este 2025 la temporada de huracanes puede llegar más activa de los normal con hasta 17 ciclones nombrados y 4 de cierta intensidad

Mario Picazo

Si 2024 tuvo una temporada de huracanes activa en la región del Atlántico, este año promete ser igual de activo. La Niña va perdiendo intensidad y volveremos a condiciones neutras en el Pacífico para el arranque de la temporada, un escenario que junto con otros ingredientes suele potenciar la actividad tropical en el Atlántico.

Según las predicciones más recientes, se espera que la temporada de huracanes en el Atlántico este 2025 sea más activa de lo normal.

Lo dicen los expertos de la Universidad Estatal de Colorado (CSU) que cada año por estas fechas elaboran sus predicciones sobre la formación y la actividad de ciclones tropicales en la región. 

El huracán Milton avanza hacia la península de Florida en octubre de 2024. Uno de los huracanes más devastadores el año pasado en aguas del Atlántico. Imagen: NOAA

Una temporada más activa de lo normal este 2025

Para este 2025 se han pronosticado 17 tormentas con nombre, 9 huracanes y 4 huracanes de categoría 3 o superior. La previsión para esta temporada es aproximadamente un 25% superior en cuanto a actividad que el promedio histórico de 1991 a 2020.  

La actividad ciclónica está influenciada por factores climáticos como las temperaturas cálidas de la superficie del mar en el Atlántico y las condiciones de El Niño o La Niña, que favorecen el desarrollo de tormentas de desarrollo vertical. 

La temporada 2025 de huracanes en el Atlántico llega un 25% más activa que la media

Así pues, se espera que durante la temporada de 2025 que arranca el 1 e junio, se transite de condiciones de La Niña a condiciones neutrales para agosto. Serían condiciones similares a las que formaron 5 huracanes en la región del Golfo en 2024.  

Es importante destacar que, aunque estas previsiones indican una temporada activa, incluso un solo ciclón tropical puede tener impactos significativos en las zonas afectadas. Por eso, independiente del número o tipo de ciclón tropical, se recomienda a los residentes de regiones costeras mantenerse informados y preparados para posibles impactos.

Anomalía de temperatura de la superficie del mar el 8 de abril de 2025. En el Atlántico tropical dominan las anomalías positivas al igual que en muchas otras regiones oceánicas pudiendo favorecer la formación de huracanes. mapa: NOAA

Un aporte extra de energía ciclónica acumulada

La Energía Ciclónica Acumulada (ACE en inglés) es un buen indicador del potencial de formación de ciclones tropicales que puede haber durante una determinada temporada. Para este 2025 se prevé que la ACE llegue a 155, un 26 % superior al promedio

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El dato supera los promedios a largo plazo del período 1991-2020, que registraron 14,4 tormentas con nombre, 7,2 huracanes, 3,2 huracanes mayores y una ACE de 123. El año pasado, hubo 18 tormentas con nombre, 11 huracanes, cinco huracanes mayores y una ACE de 162. 

En la última década, solo dos temporadas del Atlántico han tenido una ACE significativamente inferior al promedio de 1991-2020: 2022 y 2015. Entre los ingredientes que han ayudado a que el dato de la ACE haya ido aumentando y se mantenga alto con mayor frecuencia está las elevadas temperaturas del océano. 

Predicción de condiciones de El Niño, La Niña o Neutrales para los próximos meses. A medida que entremos en la temporada de huracanes las condiciones serán principalmente neutras con las de La Niña posiblemente aumentándonoslas. Un ingrediente que puede favorecer la formación de huracanes. gráfico: NOAA/CPC

Entre Niños y Niñas anda la cosa

Según las más recientes predicciones de la NOAA, hay un 49% de probabilidad de condiciones neutras, un 38% de probabilidad de La Niña y un 13% de probabilidad de El Niño para el pico de la temporada de huracanes en el Atlántico. Son datos que puede ir cambiando algo con el paso de los meses antes del pico de la temporada que llega sobre el mes de septiembre.

Durante El Niño la temporada de huracanes en el Atlántico es menos activa de lo habitual debido al aumento de los vientos en niveles superiores sobre el Atlántico tropical. A medida que los vientos se tornan más cambiantes a diferentes alturas, aumenta la cizalladura vertical del viento, y las tormentas suelen disiparse. 

huracanes vacaciones

Por el contrario, cuando se presentan condiciones neutras o de La Niña, como parece ser el caso este 2025, la probabilidad de una temporada de huracanes activa es mayor. Un dato curioso publicado por la NOAA es que desde 1950, la probabilidad de que grandes huracanes toquen tierra en Estados Unidos ha sido más del doble durante un año de La Niña que durante un año de El Niño.

Un océano Atlántico más cálido y mayor número de ondas tropicales

Mirando el mapa de anomalías de temperatura del agua a nivel global se observa que son muchos los rincones de nuestro planeta donde las anomalías de temperatura están por encima de lo normal. 

El Atlántico no es una excepción, salvo en algunas zonas. Las temperaturas superficiales del mar son mucho más cálidas que el promedio en el Atlántico occidental y central, así como en el Atlántico subtropical oriental. Sin embargo, se encuentran cerca o ligeramente por debajo del promedio en el Atlántico tropical oriental. 

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El aumento de la temperatura en el Atlántico subtropical oriental y en el Caribe se correlaciona bien con lo que se observa típicamente en abril, antes de las temporadas activas de huracanes en el Atlántico. También es cierto que durante temporadas como está que está evolucionando ahora en 2025, hay un mayor número de ondas tropicales africanas que se zambullen desde el continente al océano. 

Este último ingrediente puede tener una doble lectura, ya que, a mayor número de ondas tropicales, mayor es la probabilidad de que se acabe formando un ciclón tropical que evolucione a huracán. 

También es cierto, que, si esas ondas van acompañadas de un intenso flujo de viento, pueden arrastrar polvo del desierto y aire seco hacia la región de inestabilidad. De ser así, se acaba reduciendo la probabilidad de formación de ciclones el Atlántico oriental.