Lluvias de abril: el breve respiro que ha mitigado la alergia en España
Gramíneas, olivos y plátanos de sombra marcarán un repunte alérgico en mayo tras un abril inusualmente húmedo en casi toda España.
Pablo Ramos
Las precipitaciones generalizadas de principios de abril han ejercido un efecto balsámico sobre la atmósfera, reduciendo de forma significativa la incidencia de los síntomas alérgicos en buena parte del país.
A pesar de los elevados registros de pólenes en los primeros días del mes, el panorama cambió con rapidez. En Semana Santa, la mayor parte del territorio español presentaba niveles bajos de polinosis, un escenario poco frecuente en esta época del año.
Este alivio, sin embargo, se prevé efímero. Conforme cedan las lluvias y disminuya la intensidad del viento, todo apunta a un repunte contundente en las concentraciones de polen a lo largo del mes de mayo.

Cómo han barrido la atmósfera las lluvias y los vientos de abril
Las borrascas primaverales y sus fenómenos asociados, como las lluvias intensas y los vientos sostenidos, han actuado como depuradores naturales del aire. Las gotas de agua, al precipitar, capturan y arrastran los granos de polen hacia el suelo, dificultando su reintroducción en suspensión.
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En consecuencia, su capacidad para penetrar en las vías respiratorias y mucosas oculares disminuye de forma drástica. A ello se suma el papel de los vientos moderados, que han ejercido un efecto de barrido atmosférico, empujando los alérgenos fuera de zonas densamente pobladas.
Aunque el viento también puede funcionar como vector de dispersión, la concentración de partículas suele diluirse a medida que recorren mayores distancias, reduciendo su impacto inmediato.

El escenario de mayo: un mes crítico para las personas alérgicas
No es casualidad que mayo sea tradicionalmente uno de los meses más complicados para quienes padecen alergia estacional. Este 2025, además, las condiciones meteorológicas precedentes han sido excepcionalmente favorables para el crecimiento vegetal: lluvias persistentes, temperaturas suaves y un suelo fértil han propiciado una floración exuberante y sincronizada
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Si la tendencia actual se mantiene y las lluvias ceden terreno ante el ascenso térmico, el entorno se convertirá en un caldo de cultivo idóneo para la polinización masiva. Las altas temperaturas y el alargamiento de las jornadas diurnas, habituales en mayo, acelerarán la liberación de granos de polen al ambiente.
En palabras de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), «las temperaturas anómalamente altas registradas a comienzos del año, sumadas a las intensas lluvias de febrero y marzo, podrían prolongar la permanencia del polen en la atmósfera, dando lugar a síntomas más persistentes y difíciles de controlar».
Gramíneas, olivos y otras especies protagonistas del repunte alérgico
Entre las especies vegetales responsables del pico de alergias que se anticipa en mayo, las gramíneas ocupan un lugar destacado. Este amplio grupo vegetal incluye tanto cultivos agrícolas —como el trigo, la cebada, el centeno, la avena o el maíz— como especies ornamentales presentes en jardines urbanos, como el césped.
También se engloban aquí malas hierbas altamente alergénicas que proliferan en márgenes de caminos, parques y áreas rurales. Su presencia generalizada y elevada capacidad de polinización las convierte en las principales responsables de los síntomas respiratorios que afectan a cerca de ocho millones de personas en España.
No menos relevantes son especies como el olivo, las ortigas, el plátano de sombra, algunas cupresáceas y la salsola, que también experimentan su pico polínico en mayo. En función de la región, unas especies dominan sobre otras, lo que condiciona la intensidad de la reacción alérgica.
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