Las imágenes del cambio climático más estremecedoras

Estas fotografías captadas por satélites demuestras sus evidentes consecuencias. Porque una imagen vale más que mil palabras

Jorge Robles

Jorge Robles

El par de fotos, “a pié de glaciar”, con que abrimos este post son impresionantes. Ese “ahora lo ves, ahora no lo ves” se refiere al glaciar Muir en Alaska. El mismo encuadre separado tan solo por 63 años.

Sería estupendo poder disponer de una comparativa similar en cada rincón de nuestro Planeta, pero ¿tenemos tantos fotógrafos? La respuesta es sí.

Afortunadamente disponemos de satélites meteorológicos que nos pueden ayudar. Bueno los geoestacionarios (Meteosat, Goes, etc…) que vuelan a 36.000 km quizás se nos queden “cortos”, pero los satélites de órbita polar (que solo están a unos 800 kilómetros de altura) son fantásticos retratando nuestro Planeta.

En este post vamos a tratar tres casos de observaciones “curiosas”: el hombre modifica un mar, un glaciar retrocede y un delta que crece rompiendo la tendencia general.

El hombre, capaz de modificar el Mar de Aral

Quizás una de las grandes constataciones de que la mano del hombre es capaz de modificar grandes espacios. Cambios prácticamente “geográficos” que tienen lugar en muy poco tiempo.  Situado entre Kazajistán y Uzbekistán, este mar fue el cuarto más grande del mundo (con una superficie de 68.000 kilómetros cuadrados).

Pero en la década de los 60 la Unión Soviética, buscando llevar agua a zonas casi desérticas, desvío los cauces de los ríos Amu Daria y Sir Daria que abastecían de agua de deshielo al Mar de Aran. ¿Los efectos? ¡Veámoslo!

La primera imagen 1989 (NASA) muestra un Mar de Aral “casi completo”. Apenas 11 años después la superficie del Mar de Aral vemos como se ha reducido drásticamente y a día de hoy podemos pensar que la frase “no es ni sombra de lo que era” parece escrita para este ex-mar.

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Colapsado y con un considerable aumento de la salinidad de sus cada vez más escasa aguas, el clima de toda la zona se ha visto afectado de forma radical. Solo debemos de pensar en el enorme déficit de humedad que, sin duda, debe de implicar una disminución notable de la cantidad de lluvia que soporta la zona.

El increíble retroceso del Glaciar Columbia

Si pensamos en cambio climático o aumento global de temperaturas, seguramente el mejor indicador de que algo está pasando lo encontremos en el estudio de los glaciares. Un ejemplo espectacular lo encontramos en el retroceso experimentado por el Glaciar Columbia (sureste de Alaska, EEUU).

Se trata de un “glaciar de marea” (es decir, muere en el mar), lo que le hace más frágil ante cualquier cambio en las condiciones climáticas. El Columbia fue descubierto en 1794 y parece que se mantuvo bastante estable hasta 1980.

Desde entonces hasta hoy, ha retrocedido algo más de 20 kilómetros y ha perdido cerca de la mitad de su volumen. Se trata, sin duda, del glaciar de más rápida evolución.

Las imágenes que mostramos están coloreadas de forma artificial y han sido obtenidas por el Lansat-5 y el Landsat-8 respectivamente. Los Landsat nos has permitido seguir perfectamente la evolución del Columbia, un glaciar que incluso ha visto modificada su forma de fluir hasta el punto de que su parto se termina produciendo en dos frentes.

Pero “bajándonos” de los Landsat también podemos observar el retroceso del Columbia en este vídeo o echar un un vistazo a su estado actual a través de esta web.

El alarmante caso del delta del Mississippi

Por último vamos a fijarnos en una de esas excepciones que parecen confirmar una regla y que nos llama profundamente la atención. En los últimos 80 años, se estima que el delta del Mississippi se ha reducido en unos 5.000 kilómetros cuadrados, prácticamente se pierde una hectárea cada hora.

Esta reducción que se viene distribuyendo por los más 300 kilómetros de costa de Louisiana (EEUU), pero esta tendencia se rompe en ATCHAFALAYA BAY, un delta tan peculiar como difícil de pronunciar, donde su delta viene a crecer cerca de 3 kilómetros cuadrados por año.

Este crecimiento parece atribuible en parte a una obras de control del cauce del río realizadas en los años 60, y está siendo estudiado para intentar contrarrestar la alarmante perdida de la desembocadura del Mississippi.

De nuevo recurrimos al falso color proporcionado por los Landsat (5 y 7) para descubrir el resurgir de este delta pantanos en un intervalo de 30 años.

Tan solo hemos entreabierto tres páginas en ese “mundo-satélite” que nos acerca a comprender nuestro Planeta. Así que ahora seguiremos disfrutando y aprendiendo.

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