Cada vez hay menos lluvias atlánticas en invierno: una atmósfera más estable
Los datos desde la década de 1950 son claros: cada vez tenemos menos lluvias atlánticas en invierno y la atmósfera se vuelve más estable.
Roberto Granda
Este invierno de 2021-2022 está desde enero marcado por una realidad: no hemos tenido lluvias atlánticas. Las precipitaciones han sido escasas, y junto a otros factores, provocan que el nivel de nuestros embalses esté bajando en la época donde debería subir. A su vez, las perspectivas de lluvia y temperatura para los próximos meses son malas.
Este panorama nos puede llevar a preguntarnos si acaso esto es algo habitual. La respuesta rápida es sí: en nuestro clima los períodos secos son normales. No obstante, los datos desde 1950 nos cuentan algo: en la zonas atlánticas, sobre todo en las más dependientes de los vientos ábregos, cada vez llueve menos. Además, las temperaturas suben en todo el país. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
Reanálisis: una gran herramienta a nuestra disposición
Antes que nada, ¿qué son las lluvias atlánticas? Nos referimos a los temporales de ábregos, con vientos húmedos del oeste y el suroeste, que en invierno son responsables de dejar mucha lluvia en las zonas atlánticas. Las borrascas y frentes asociados a estas situaciones riegan de forma amplia y profusa amplias áreas del país.
¿Cómo analizamos si cada vez hay más o menos? A día de hoy los meteorólogos disponemos de muchas herramientas para analizar la evolución de numerosas variables. Sin duda, una de las mejores para las últimas décadas son los reanálisis atmosféricos, que nos permiten conocer la evolución de la atmósfera en las últimas décadas.
Por ejemplo, podemos obtener el valor medio de la temperatura a 850 hPa (unos 1500 metros de altura) para el trimestre invernal, que en meteorología se compone de diciembre, enero y febrero de dos años consecutivos. Una vez tenemos esta serie de datos ordenados en el tiempo, podemos analizar tendencias.
Si a estos datos de variables atmosféricas le sumamos los datos obtenidos en estaciones y observatorios, podemos buscar cómo se relacionan unas con otras y cómo pueden explicar los cambios percibidos en nuestro clima.
Cada vez más estabilidad, más calor y menos lluvias
¿Se está volviendo la atmósfera más estable? Para saberlo, analizamos la presión a nivel del mar y la altura geopotencial a 500 hPa, que es la altitud en metros a la cual tendríamos una presión atmosférica de 500 hPa.
Sabemos además que a mayor presión atmosférica, mayor estabilidad. Lo mismo aplica en el caso de la altura geopotencial: cuanto mayor sea, más estable es la atmósfera. Ambas suelen ir relacionadas, por lo que las presiones más elevadas suelen ir acompañadas de mayores alturas geopotenciales.
Para ver la tendencia, hemos escogido un punto al suroeste del Cabo de San Vicente, por donde deberían entrar las lluvias atlánticas. Como se ve en la imagen superior, la altura geopotencial a 500 hPa ha ido ascendiendo desde 1950, destacando los últimos años. Esto nos dice que cada vez tenemos más estabilidad y menos situaciones de lluvias atlánticas.
Las lluvias atlánticas de invierno, en caída
Las tendencias en casi toda la vertiente atlántica son claras: desde 1950, las precipitaciones del trimestre invernal han ido a la baja. Esta realidad es más evidente en zonas de gran dependencia de los vientos ábregos, como es el caso de Jaén (uno de los puntos de España donde más se han reducido las precipitaciones). La serie histórica de Jaén se divide en dos estaciones, pero están muy cercanas y permiten agruparlo como una sola serie.
Tal y como se puede observar, la tendencia en ambas estaciones es muy clara, siendo especialmente acusada en el caso de Jaén. Sin embargo, ¿qué relación guarda esto con las variables previamente vistas? Para ello, podemos buscar la correlación entre las variables. La correlación nos indica cómo de relacionadas están dos variables.
Analizando las correlaciones entre la precipitación invernal y las variables del reanálisis, se puede extraer una conclusión: a mayor geopotencial o mayor presión, menores precipitaciones. Además, mientras estas dos primeras variables han ido en aumento, la precipitación ha descendido. La relación parece clara.
Las temperaturas también lo acusan
Sin embargo, la mayor correlación se ha encontrado en las temperaturas. Tomando la media de las temperaturas máximas invernales para Madrid y correlacionando con la evolución de la altura geopotencial a 500 hPa previamente mostrada, obtenemos la siguiente figura.
Como se ve, la dispersión de los puntos es pequeña, y la línea es ascendente. Esto nos dice que la relación entre la media de las máximas y la altura geopotencial a 500 hPa es directa y sólida: a mayor altura geopotencial, mayores temperaturas máximas en Madrid.
La tendencia tanto de la altura geopotencial como de las máximas ha sido a ascender en estos 70 años. ¿Por qué? La explicación probablemente resida en el hecho de que las situaciones de mayores geopotenciales se asocian a estabilidad y a fenómenos de subsidencia, que provocan que las temperaturas máximas se disparen.
En resumen: más calor y menos lluvias atlánticas en invierno
Los datos nos arrojan una realidad que muchos percibimos: las temperaturas máximas han ido subiendo en muchas zonas, a la vez que las lluvias atlánticas de invierno han ido descendiendo. Además, según los datos la atmósfera en estos meses es cada vez más estable, lo que está sin duda directamente relacionado con las tendencias a mayor estabilidad.
¿Cambiará la dinámica este año y llegarán las lluvias? No podemos saberlo con certeza, pero todo parece indicar que en las próximas jornadas y semanas sólo tendremos algunas lluvias débiles. Por ahora no se ven situaciones de ábregos húmedos que tanto necesitamos.