Los Ángeles declara «emergencia sanitaria» ante la crisis de la calidad del aire por los incendios

Concentraciones de partículas nocivas en el ambiente siete veces superiores a lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud en este momento en Los Ángeles

Redacción

Los incendios de California han llevado a las autoridades de Los Ángeles a declarar un estado de emergencia sanitaria debido a la grave contaminación del aire que ahora asola la ciudad.

El Índice de Calidad del Aire (ICA), por ejemplo en la comunidad de San Pedro, ha alcanzado este martes un nivel de 101, considerado «peligroso para la salud», con PM2.5 como el principal contaminante a una concentración de 35.6 µg/m³, más de siete veces el valor de referencia anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las autoridades han instado a los ciudadanos a permanecer en sus hogares y a utilizar mascarillas N95 si necesitan salir al exterior. Se han emitido órdenes de evacuación para las áreas más afectadas por los incendios, que han dejado un saldo de 16 personas fallecidas y 13 desaparecidas hasta el momento.

Además, más de 150.000 personas han sido desplazadas de sus hogares y se estima que unas 10.000 estructuras (viviendas y otra clase de edificios) han sido consumidas por las llamas.

El viento Santa Ana empuja las cenizas

La situación se ha visto agravada por los vientos de Santa Ana, que han esparcido el humo y las cenizas por toda la metrópoli. Las autoridades han prohibido actividades como la natación en la costa debido a la elevada cantidad de cenizas en la atmósfera y han abierto nuevos refugios para albergar a las personas evacuadas.

La nube de humo que envuelve la ciudad de Los Ángeles está compuesta también por materiales tóxicos como productos químicos, metales y plásticos, que pueden ocasionar afecciones respiratorias, irritaciones oculares y problemas en la piel.

Además, el humo de los incendios puede agravar ciertas patologías, como enfermedades cardiacas, respiratorias y pulmonares crónicas.

Los purificadores de aire se agotaron en tiendas en los últimos días y la compra de mascarillas adaptadas se ha disparado. Existe además cierta preocupación por las toxinas liberadas al ambiente, como plástico y asbesto, que podrían tener efectos negativos en la salud a largo plazo, ya que las partículas finas pueden permanecer en el aire aún con los incendios extinguidos durante un tiempo prolingado.