Mario Picazo
El año 2021 ha sido el sexto más cálido del registro de temperaturas a nivel global según los datos publicados por la NOAA (Administración Nacional Atmosférica y Oceánica). En España el 2021 ha sido un año especialmente seco y cálido también. Pero, aunque el planeta en su conjunto no ha registrado un año récord de anomalías térmicas, un reciente estudio muestra cómo bajo la superficie de nuestros océanos si se han medido récords de temperatura.
Las temperaturas medidas en la superficie terrestre dicen una cosa, pero las que se miden en la parte superior de los océanos reflejan con más precisión el grado de calentamiento que está experimentando el planeta.
Lo que nos dicen las elevadas temperaturas oceánicas del calentamiento global
Sabemos que los océanos absorben en torno al 93 por ciento de la energía extra atrapada en la atmósfera. Esa energía la retienen los gases de efecto invernadero que generamos los humanos a través de nuestras actividades. El agua puede retener más energía que la tierra, de ahí que la zona superior de los océanos refleje mejor que ningún otro lugar el calentamiento global.

Los datos de temperatura de nuestros océanos, sobre todo los obtenidos con registros satelitales, nos dicen que hoy son los más cálidos del registro desde que se miden las temperaturas del agua.
A medida que se calientan los océanos, el exceso de energía sirve para fortalecer borrascas, frentes y otros sistemas meteorológicos. Aunque los océanos se calientan cada año más, que este 2021 no haya sido un año más cálido, se debe en parte, a las condiciones de La Niña. Esta se caracteriza por un patrón de agua fría en el Pacífico tropical, aunque influye en otros muchos patrones climáticos por todo el mundo.
El calentamiento oceánico puede causar un buen número de impactos
Hay mucha más variabilidad natural en las temperaturas del aire medidas en superficies de tierra que en las temperaturas del agua de los océanos. Eso se debe entre otras cosas a fenómenos como El Niño y La Niña, pero también a otros fenómenos meteorológicos.
Esa variabilidad natural en la parte superior de un océano que se calienta crea puntos calientes, a veces llamados «olas de calor marinas», y varían de un año a otro.

Los puntos calientes pueden influir de forma significativa en la vida marina. El impacto puede afectar a un buen número de especies, desde diminutos plancton hasta peces, mamíferos marinos y aves. Otros puntos calientes son los responsables de que haya una mayor actividad atmosférica, como puede ser la formación e intensificación de huracanes, tifones o ciclones.
Todos los océanos se están calentando, aunque los datos muestran que el mayor calentamiento se está registrando en el Océano Atlántico y en el Océano Austral que rodea Antártida. Esta última anomalía preocupa y mucho por el deshielo que puede registrarse en Antártida.
El mayor grado de calentamiento se esta registrando en los océanos Atlántico y Austral
El calor acumulado en el Océano Austral puede sumergirse bajo las plataformas de hielo Antárticas, fundiéndolas y provocando el desprendimiento de enormes icebergs. El calentamiento de los océanos también supone una preocupación por el aumento del nivel del mar que puede causar.

El calor oceánico influye en las temperaturas y precipitación sobre tierra firme
El calentamiento global en general, aumenta la evaporación, ayuda a secar la tierra, elevar las temperaturas, y aumentar el riesgo de olas de calor e incendios forestales. Este pasado 2021 han sido fenómenos frecuentes, especialmente en el oeste de América del Norte, pero también en países como Rusia, Grecia, Italia y Turquía.
Los océanos cada vez más cálidos también suministran más vapor de agua en forma de ¨ríos atmosféricos¨ (ocurrió en España por ejemplo en octubre de 2021, cuando un río atmosférico dejó grandes acumulados de lluvia). Son corrientes de aire sobrecargadas de humedad que llegan a zonas terrestres, aumentando el riesgo de inundaciones, como las que recientemente se han registrado en zonas del oeste de Canadá y Estados Unidos.
A mayor temperatura del agua en los océanos, mayor la humedad que aportan a la atmósfera. Esa humedad extra alimenta a tormentas, que a su vez alimentan a ciclones tropicales. El resultado pueden ser lluvias intensas, como las que se han registrado en muchos rincones del planeta este pasado año. En general, las tormentas tienden a volverse cada vez más intensas, más grandes y más duraderas.

¿Enfriaríamos nuestros océanos recortando las emisiones de gases de efecto invernadero?
En los océanos, el agua cálida se asienta sobre aguas más frías y densas. Se calientan de arriba a abajo de ahí que su estructura térmica sea estratificada. Eso inhibe la mezcla de agua entre capas y evita que el océano se caliente a niveles más profundos y absorba más dióxido de carbono y oxígeno.
Los 500 metros superiores del océano se han estado calentando desde 1980
Hoy sabemos que el calor acumulado en nuestros océanos está en niveles récord. Los 500 metros superiores de océano se han estado calentando desde 1980. Las aguas más profundas de 500 a 1000 metros, se han estado calentando desde aproximadamente 1990. Las profundidades de 1000 a 1500 metros desde 1998, y por debajo de los 1.500 metros desde aproximadamente 2005.
La lenta penetración del calor hacia las profundidades del océano significa que estos seguirán calentándose y que el nivel del mar seguirá aumentando incluso después de que se estabilicen las emisiones de gases de efecto invernadero.
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